Voy
rapidito, que el verano es muy pesado, que estos calificativos serán toscos,
severos y cacofónicos. Últimamente muy cacofónicos, hediondos y
ultra-escatológicos.
rapidito, que el verano es muy pesado, que estos calificativos serán toscos,
severos y cacofónicos. Últimamente muy cacofónicos, hediondos y
ultra-escatológicos.
Olvidando
otros sucesos de la Antigüedad, en la bellísima ciudad de Praga tenemos
reconocida la primera defenestración política de la historia moderna -o no muy
moderna-, pero que son sucesos que podemos recordar con memoria, documentación
e imágenes gráficas reales. Defenestraciones en las que ya resultan
reconocibles los sucesos, los personajes, edificios y ambiente, y que conocemos
el porqué del asunto conflictivo, por muy eslavo, usita o sajón, o todo lo
austro-húngaro que se quiera.
otros sucesos de la Antigüedad, en la bellísima ciudad de Praga tenemos
reconocida la primera defenestración política de la historia moderna -o no muy
moderna-, pero que son sucesos que podemos recordar con memoria, documentación
e imágenes gráficas reales. Defenestraciones en las que ya resultan
reconocibles los sucesos, los personajes, edificios y ambiente, y que conocemos
el porqué del asunto conflictivo, por muy eslavo, usita o sajón, o todo lo
austro-húngaro que se quiera.
Estoy
sin cuadernos ni apuntes a pie de pantalla, pero creo que en el siglo XV se
produjeron dos importantes defenestraciones en la Stare Mesto de
la Madre de Todas las Ciudades, la bellísima ciudad de Praga. Que una tercera
defenestración se produjo en el Hradcany, el fabuloso conjunto
castellar palaciego que la ciudad tiene, y una cuarta en que se lanzó por la
ventana al bueno de Jan Masaryk, prócer opuesto a la vomitiva política
del Kommintern, esto ya mediando nuestro anterior siglo.
sin cuadernos ni apuntes a pie de pantalla, pero creo que en el siglo XV se
produjeron dos importantes defenestraciones en la Stare Mesto de
la Madre de Todas las Ciudades, la bellísima ciudad de Praga. Que una tercera
defenestración se produjo en el Hradcany, el fabuloso conjunto
castellar palaciego que la ciudad tiene, y una cuarta en que se lanzó por la
ventana al bueno de Jan Masaryk, prócer opuesto a la vomitiva política
del Kommintern, esto ya mediando nuestro anterior siglo.
Uno
recuerda esta expeditiva manera que se tenía de solucionar determinados
problemas municipales, políticos, (generalmente, de fe o de impuestos), que con
mayor o menor traumatismo, más resolutivamente -o su contrario-, solventaban el
problema de forma espectacular, con un disfrute encomiable por parte del pueblo
que observaba ese vuelo gallináceo de quienes habían sido gallos, gallinas o
pollos, que con mejor o peor suerte, eran lanzados por balcones y ventanas en
arrebatos de popular justicia, de venganza, en búsqueda de rápidas soluciones a
problemas de distinto orden.
recuerda esta expeditiva manera que se tenía de solucionar determinados
problemas municipales, políticos, (generalmente, de fe o de impuestos), que con
mayor o menor traumatismo, más resolutivamente -o su contrario-, solventaban el
problema de forma espectacular, con un disfrute encomiable por parte del pueblo
que observaba ese vuelo gallináceo de quienes habían sido gallos, gallinas o
pollos, que con mejor o peor suerte, eran lanzados por balcones y ventanas en
arrebatos de popular justicia, de venganza, en búsqueda de rápidas soluciones a
problemas de distinto orden.
Escribo
a vuelapluma, a media tecla -tuerto de un ojo que estoy-, con el mero recuerdo
en la mente, sin más datos que esta memoria de un despertar hospitalario. A lo
largo de la historia hay defenestraciones con gran atractivo y enjundia,
teniendo verdaderos buenos recuerdos de petimetres saliendo azarosos de ojivas
o saltando baluartes de piedra o forja, haciendo balconing.
a vuelapluma, a media tecla -tuerto de un ojo que estoy-, con el mero recuerdo
en la mente, sin más datos que esta memoria de un despertar hospitalario. A lo
largo de la historia hay defenestraciones con gran atractivo y enjundia,
teniendo verdaderos buenos recuerdos de petimetres saliendo azarosos de ojivas
o saltando baluartes de piedra o forja, haciendo balconing.
De
las de Praga, la más importante defenestración fue la de principios del XVII,
en la que se cortaría la cinta que inauguraba la Guerra de los Treinta Años,
que asolaría el espacio europeo, conflicto menos largo que la de los Cien Años
entre ingleses y franceses peinados a flequillo, pero que involucraría a todos
y cada uno de los países europeos, fueran del norte, del sur, este u oeste, que
se mezclaron en este conflicto multinacional que tras la Paz de Westfalia
definiría el mundo moderno europeo tal como lo venimos entendiendo hasta hoy.
las de Praga, la más importante defenestración fue la de principios del XVII,
en la que se cortaría la cinta que inauguraba la Guerra de los Treinta Años,
que asolaría el espacio europeo, conflicto menos largo que la de los Cien Años
entre ingleses y franceses peinados a flequillo, pero que involucraría a todos
y cada uno de los países europeos, fueran del norte, del sur, este u oeste, que
se mezclaron en este conflicto multinacional que tras la Paz de Westfalia
definiría el mundo moderno europeo tal como lo venimos entendiendo hasta hoy.
Lo
de las defenestraciones (el antiguo balconing)
se llegó a instituir como un fenómeno sustitutivo drástico, una tradición
expeditiva efectiva como ninguna, pero que mucha gente entendía y ansiaba
contemplar como suceso, como algo propio de la idiosincrasia política o
sentimental de un país, de una ciudad, como Bohemia o Verona o Venecia (que
caían al agua), como en el jubiloso Dresde del que ahora hablaremos.
de las defenestraciones (el antiguo balconing)
se llegó a instituir como un fenómeno sustitutivo drástico, una tradición
expeditiva efectiva como ninguna, pero que mucha gente entendía y ansiaba
contemplar como suceso, como algo propio de la idiosincrasia política o
sentimental de un país, de una ciudad, como Bohemia o Verona o Venecia (que
caían al agua), como en el jubiloso Dresde del que ahora hablaremos.
Al
facineroso, al estúpido, al ladrón, se le tiraba por el balcón. Era una
solución. Siendo niños, ¿cuántos muñecos hemos visto caer desde el alféizar de
las ventanas del castillete al vacío almenado cubierto por una improvisada
telita negra? En teatrillos, entre títeres, en nuestras mesas camillas, en las
sombras del sábado con nuestros primos jugando.
facineroso, al estúpido, al ladrón, se le tiraba por el balcón. Era una
solución. Siendo niños, ¿cuántos muñecos hemos visto caer desde el alféizar de
las ventanas del castillete al vacío almenado cubierto por una improvisada
telita negra? En teatrillos, entre títeres, en nuestras mesas camillas, en las
sombras del sábado con nuestros primos jugando.
Hubo
balconing en infinitos affaires
románticos medievales y renacentistas, con los más frescos de los
dieciochescos. Que si capuletos y montescos, que si tenorios y casanovas. Hubo balconing en la política y en las artes
(En la política reciente ni recordarlo ahora). Ahí tenemos a los teutones y
germanos, tedescos todos, muchos tedescos que para eso tenían y tienen esa
fiebre constructora que siempre les hace querer ser un país über
alles, elevando piso, mirada y tacón. Siendo un país estupendo, con
lo suyo bueno y lo suyo horrible (especialmente el chucrut), muchas
veces hacen el ridículo más pasmoso (sobradamente con sus salchichas). Ahora
son los anglos y jutos los que adoran el salto de la baranda. Son modas, ¡qué
le vamos hacer!
balconing en infinitos affaires
románticos medievales y renacentistas, con los más frescos de los
dieciochescos. Que si capuletos y montescos, que si tenorios y casanovas. Hubo balconing en la política y en las artes
(En la política reciente ni recordarlo ahora). Ahí tenemos a los teutones y
germanos, tedescos todos, muchos tedescos que para eso tenían y tienen esa
fiebre constructora que siempre les hace querer ser un país über
alles, elevando piso, mirada y tacón. Siendo un país estupendo, con
lo suyo bueno y lo suyo horrible (especialmente el chucrut), muchas
veces hacen el ridículo más pasmoso (sobradamente con sus salchichas). Ahora
son los anglos y jutos los que adoran el salto de la baranda. Son modas, ¡qué
le vamos hacer!
![]() |
Zwinger Dresden |
Un
ejemplo de un defenestrado entre los tedescos en este campo de las artes es el
del virtuoso Veracini, que ahora escucho una de sus sonatas, un figura
del violín que Augusto el Fuerte contrató para que, reinterpretando a Arcangelo
Corelli (nada menos), lo pasasen bomba él, sus amigos y sus muchas
cortesanas. Augusto era un fenómeno al que gustaban la música, las artes y el
fornicio (se le atribuyen más de trescientos hijos), pero no pudo evitar frenar
las inquinas de otros músicos contra el virtuoso veneciano que tuvo que saltar,
salir por piernas desde una ventana de no sé que palacio de la ciudad acosado
por otros músicos aburriditos de ser los compositores de las misas que se
decían en la ciudad, y no dedicarse al género galante que resultaba mucho más divertido
e interesante, dado el ambiente que en la ciudad tenían, que hasta el Gran
Duque, rey de Polonia y príncipe elector, todo en uno, tenía amantes negras y
turcas reconocidas.
ejemplo de un defenestrado entre los tedescos en este campo de las artes es el
del virtuoso Veracini, que ahora escucho una de sus sonatas, un figura
del violín que Augusto el Fuerte contrató para que, reinterpretando a Arcangelo
Corelli (nada menos), lo pasasen bomba él, sus amigos y sus muchas
cortesanas. Augusto era un fenómeno al que gustaban la música, las artes y el
fornicio (se le atribuyen más de trescientos hijos), pero no pudo evitar frenar
las inquinas de otros músicos contra el virtuoso veneciano que tuvo que saltar,
salir por piernas desde una ventana de no sé que palacio de la ciudad acosado
por otros músicos aburriditos de ser los compositores de las misas que se
decían en la ciudad, y no dedicarse al género galante que resultaba mucho más divertido
e interesante, dado el ambiente que en la ciudad tenían, que hasta el Gran
Duque, rey de Polonia y príncipe elector, todo en uno, tenía amantes negras y
turcas reconocidas.
Como
el “superrey”, en verdad príncipe elector, era católico para polacos y
lituanos, y protestante para los sajones muy sajones de la futura dinastía Sajonia
Coburgo, en la ciudad del Elba se decían más misas que en las cien
parroquias de mi barrio castellano de mi levítica ciudad. Allí estaban el checo
Zelenka haciendo misas católicas y Reichenhauer oberturas una
detrás de otra (este debía de ser muy rarito, no sabemos bien si joyita o
joyón). Pero el caso es que el bueno de Veracini se tiró por el balcón y se fue
con su violín a su Venecia natal, donde mandó al demonio a Tartini, que compuso
el famoso Trino del Diablo por muchos
conocido.
el “superrey”, en verdad príncipe elector, era católico para polacos y
lituanos, y protestante para los sajones muy sajones de la futura dinastía Sajonia
Coburgo, en la ciudad del Elba se decían más misas que en las cien
parroquias de mi barrio castellano de mi levítica ciudad. Allí estaban el checo
Zelenka haciendo misas católicas y Reichenhauer oberturas una
detrás de otra (este debía de ser muy rarito, no sabemos bien si joyita o
joyón). Pero el caso es que el bueno de Veracini se tiró por el balcón y se fue
con su violín a su Venecia natal, donde mandó al demonio a Tartini, que compuso
el famoso Trino del Diablo por muchos
conocido.
Hasta
este momento, asuntos de la Historia, el balconing
histórico. Defenestraciones políticas, sentimentales, artísticas, pero
hasta aquí lo justo y no queremos nada más. Lo que estamos viviendo en la
actualidad es de una grosería infinita y no por las pérdidas (meras bajas
estadísticas de quienes carecen de neuronas), pero la imagen, la suciedad, el
horror real de ver sesos, vísceras y asquerosos huesos astillados, supone un
espectáculo imperdonable y una publicidad a no pagar, a prohibir, sí, del verbo
prohibir.
este momento, asuntos de la Historia, el balconing
histórico. Defenestraciones políticas, sentimentales, artísticas, pero
hasta aquí lo justo y no queremos nada más. Lo que estamos viviendo en la
actualidad es de una grosería infinita y no por las pérdidas (meras bajas
estadísticas de quienes carecen de neuronas), pero la imagen, la suciedad, el
horror real de ver sesos, vísceras y asquerosos huesos astillados, supone un
espectáculo imperdonable y una publicidad a no pagar, a prohibir, sí, del verbo
prohibir.
Publicidad
de la barbarie. Jóvenes borrachos, bajo la ingesta de tóxicos metílicos y
metaanfetamínicos que se tiran de un balcón a otro para tratar de hacerse daño
o, incluso, perder la vida, y de manchar el terrazo de la piscina, la escalera
donde rebotan o el cristal que estallan. Para ensuciar el césped y el parterre.
Son unos mamarrachos en la precisa acepción del término. Pero, ¿qué decir de
los que están permitiendo que esto ocurra?
de la barbarie. Jóvenes borrachos, bajo la ingesta de tóxicos metílicos y
metaanfetamínicos que se tiran de un balcón a otro para tratar de hacerse daño
o, incluso, perder la vida, y de manchar el terrazo de la piscina, la escalera
donde rebotan o el cristal que estallan. Para ensuciar el césped y el parterre.
Son unos mamarrachos en la precisa acepción del término. Pero, ¿qué decir de
los que están permitiendo que esto ocurra?
Lo
de esas calles de Magalluf, en un reducido ámbito del municipio de Calviá,
es la escoria del excremento. Quema estupendamente y debiéramos hacerlo, además
de tirar a unos cuantos responsables por la ventana, inversores perversos,
melifluos munícipes, o quienes tengan parte responsable en que ocurran
semejantes tropelías públicas, que aceptan tal vejación social ya no de esos
seres humanos -si lo son, pueden que sean chimpancés camuflados-, sino la
vejación de nuestras calles, de la imagen de nuestro entorno. ¿No es un
problema de salud pública? ¿No hay escándalo y vejación? ¿Por qué cerramos un
chiringuito estupendo en la playa por un decibelio de más y permitimos que una
joven sea torturada por glandes purulentos de gentes que no debieran haber
nacido?
de esas calles de Magalluf, en un reducido ámbito del municipio de Calviá,
es la escoria del excremento. Quema estupendamente y debiéramos hacerlo, además
de tirar a unos cuantos responsables por la ventana, inversores perversos,
melifluos munícipes, o quienes tengan parte responsable en que ocurran
semejantes tropelías públicas, que aceptan tal vejación social ya no de esos
seres humanos -si lo son, pueden que sean chimpancés camuflados-, sino la
vejación de nuestras calles, de la imagen de nuestro entorno. ¿No es un
problema de salud pública? ¿No hay escándalo y vejación? ¿Por qué cerramos un
chiringuito estupendo en la playa por un decibelio de más y permitimos que una
joven sea torturada por glandes purulentos de gentes que no debieran haber
nacido?
Entiendo
el balconing. Es lo que se lleva
ahora entre los más tontos, que siempre los habrá. Pero por favor que no nos lo
cuenten, que no nos lo enseñen ni publiciten, que cierren determinados negocios
tóxicos y hediondos. Así se acaba el problema y ni un comentario más. Chitón
¿Dónde están los ecologistas para evitar esas calles tóxicas? ¿Y los comunistas
para tanta afrenta a la ética social? ¿Las feministas contra la servidumbre
sexual? ¿Y los de Aurora´s rosary? ¿La Adoración nocturna? Los tártaros
de Tamerlán. ¡Joder! El sentido común.
el balconing. Es lo que se lleva
ahora entre los más tontos, que siempre los habrá. Pero por favor que no nos lo
cuenten, que no nos lo enseñen ni publiciten, que cierren determinados negocios
tóxicos y hediondos. Así se acaba el problema y ni un comentario más. Chitón
¿Dónde están los ecologistas para evitar esas calles tóxicas? ¿Y los comunistas
para tanta afrenta a la ética social? ¿Las feministas contra la servidumbre
sexual? ¿Y los de Aurora´s rosary? ¿La Adoración nocturna? Los tártaros
de Tamerlán. ¡Joder! El sentido común.
Déjenlo,
dejen que el idiota se autodefenestre, pero sepan ustedes, quienes permiten que
ocurra siendo tan fácil su erradicación, que son mala, muy mala gente, y lo son
por cobardes, por mierdas, por débiles.
dejen que el idiota se autodefenestre, pero sepan ustedes, quienes permiten que
ocurra siendo tan fácil su erradicación, que son mala, muy mala gente, y lo son
por cobardes, por mierdas, por débiles.
Tomo
un refrescante Tom Collins sentado en mi hamaca azul marino, y lo hago
aquí, en Calviá, municipio al que la naturaleza le regaló calas, sierras,
bosques y playas. Desde aquí lo digo y lo proclamo en alta voz y todo lo escatológicamente
que se estime necesario: me defeco en la cara de aquellos que están permitiendo
esto, que los defenestraría con plomo en su cabeza, con erizos en sus
orificios, y haciéndoles tragar sapos y culebras con excitados chinches que les devorasen la mierda de
vísceras que componen su cuerpo por darle un nombre a su conjunto de moléculas.
Vergonzoso, vergonzante,sinvergüenzas desvergonzados, Mallorca desespera por
una estupidez y una moda del pasado que gentes de flácidos glúteos no saben
parar. Excrementos ellos, residuos nosotros, basura que los votamos. Qué asco.
un refrescante Tom Collins sentado en mi hamaca azul marino, y lo hago
aquí, en Calviá, municipio al que la naturaleza le regaló calas, sierras,
bosques y playas. Desde aquí lo digo y lo proclamo en alta voz y todo lo escatológicamente
que se estime necesario: me defeco en la cara de aquellos que están permitiendo
esto, que los defenestraría con plomo en su cabeza, con erizos en sus
orificios, y haciéndoles tragar sapos y culebras con excitados chinches que les devorasen la mierda de
vísceras que componen su cuerpo por darle un nombre a su conjunto de moléculas.
Vergonzoso, vergonzante,sinvergüenzas desvergonzados, Mallorca desespera por
una estupidez y una moda del pasado que gentes de flácidos glúteos no saben
parar. Excrementos ellos, residuos nosotros, basura que los votamos. Qué asco.
Y
ahora –para colmo- el mamading, que
no era suficiente con la tradición reconvertida en esta modernidad del balconing, que ahora son las felaciones
masivas entre orines de cerveza. Algo infinito, infinitesimal, muy mal.
ahora –para colmo- el mamading, que
no era suficiente con la tradición reconvertida en esta modernidad del balconing, que ahora son las felaciones
masivas entre orines de cerveza. Algo infinito, infinitesimal, muy mal.
¡Qué
orgullo –verdad- para quienes nos dirigen! Nos dirán que están trabajando en
ello.
orgullo –verdad- para quienes nos dirigen! Nos dirán que están trabajando en
ello.