Kamil Korolczuk
¿Qué  es lo
que gusta a la  gente hoy día?
Por  supuesto el dinero, (…) 


pero
tampoco  todo el mundo está dipuesto a
trabajar de sol a sol para ser el hombre mas rico del cementerio. Preferimos consumir pero tampoco podemos comprar todo lo que nos apetece. De cupido y el amor cada día son menos los afortunados que gozan de sus favores. En cuanto a la sexualidad, su mercantilización
la ha devaluado a un objeto publicitario
donde  el deseo se ha transformado en una mercancía más.
De la comida, qué vamos a decir, si casi todos estamos a dieta. ¿La  religión? Siempre estuvo ligada a la muerte y
esta última se ha convertido en un gadget
más, con sus calaveras metálicas para adorno de motoristas que sueñan con carreteras
donde no haya radares que controlen la velocidad.

Dios parece frágil y su promesa de otra vida una posibilidad más. Quedan aficiones menores, como las redes
sociales
, el cine para adolescentes de
cuarenta años, el fútbol, el nacionalismo y el turismo para dar rienda suelta a
nuestras bajas o altas pasiones.
Pero empujados por el narcisismo de nuestros
ombligos y nuestras vidas en serie, tenemos la obligación de certificar lo que
hacemos. Y para eso sirven  los millones
de móviles que usamos para fotografiarnos a nosotros mismos con
la  ayuda de nuestro brazo o  un 
palito que pone distancia entre el 
móvil y yo.

El selfi  es
el espejo de  nuestra existencia y la
suma de  todos los selfis que nos
hacemos los que vivimos en un mismo lugar y nos encontramos el mismo día, y a la
misma hora en las mismas calles es el
verdadero nacionalismo de este siglo.
Ya no se se trata de abrir ventanas hacia el
mundo, sino mirarse en el espejo y
comprobar que mi vecino y yo, pertenecemos al mismo o distinto club y usamos los mismos ritos para dejar constancia de
nuestros intereses íntimos. Porque la importancia del selfi, a diferencia de la
fotografía, es lo que nos rodea, ya sea el estadio Santiago Bernabéu o el Nou Camp.
Si antes la fotografía era la
capacidad de mirar hoy es solo memoria y recuerdo parcial. El  problema puede ser, en caso de incendio  en nuestra casa, de los miles 
y miles de selfis que guardamos en móviles y tabletas, ¿cuál salvaríamos
como resumen de nuestra vida? ¿El  de la
última  diada o el de la boda?