Fritz: De una vez por todas quiero decirlo en voz bien alta: ¡Basta ya con las guerras!
Maestro: Muy bien querido Fritz. Entonces sin duda alguna también estamos de acuerdo en otro punto, y que consiste en que se debe ser justo y no tolerar lo injusto.
Fritz: ¡Por supuesto!
Maestro: Hemos de conseguir que los malhechores no puedan hacer daño alguno. Hoy día ocurre que los delincuentes se hacen con el poder, unos con astucia y perfidia y otros con la violencia. Por lo tanto no queda más remedio que castigarlos y neutralizarlos para que no puedan hacer daño alguno. Pero si un criminal poderoso se defiende, puede ser necesario hacer la guerra en contra suya.
Fritz: ¿La guerra?
Maestro: Sí, la guerra, pero no se trata de una guerra verdadera. Mas bien diría que es lo mismo que hacen los oficiales de los juzgados todos los días.
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Alfred Rethel |
Fritz: Pero los oficiales del juzgado no emplean bombas.
Maestro: Claro que no, pero tu tienes que empezar a pensar en términos jurídicos. Jurídicamente hablando no se trata de una guerra. Pero si prefieres creer que se trata de una guerra, al menos debes admitir que se trata de una buena causa y una guerra justa.
Fritz: Sí, lo admito.
Maestro: Los hombres buenos y justos se juntan para castigar a los malvados e injustos. Cuando la maldad es derrotada, llega el momento de la expiación. Considera también el coste de una guerra. Los justos no pueden permitirse el desembolsar tanto dinero a fondo perdido. Por eso se hacen entregar por el vencido sustanciales resarcimientos, indemnizaciones, deudas, fianzas. Todo esto no es difícil de entender. El que no lo entienda es un estúpido e inconsciente. Es mas, incluso él mismo es un criminal contra el cual debemos actuar enseguida para neutralizarlo.
Fritz: ¡Bravo!
Maestro: Así que, querido Fritz, ahora podemos enunciar nuestro primer principios del derecho internacional: las guerras injustas se permitirán y formarán parte de los deberes de todo hombre honesto; las guerras justas son las que hacen los justos en contra de aquellos que se han declarado a favor de la injusticia.
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Alfred Rethel |
Fritz: Estoy de acuerdo.
Maestro: Ves Fritz, ya hemos resuelto el mayor problema. Estoy seguro que todos los sabios de todos los tiempos están de acuerdo con nosotros en este punto.
Fritz: ¡Fantástico! Entonces pronto reinará la paz en el mundo.
Maestro: Dentro de poco tiempo. En el mundo ya quedan pocos malvados y delincuentes. Ellos representan el último obstáculo para la paz universal. En contra de ellos combatiremos una guerra justa.
Fritz: ¡Magnífico! ¡En marcha por la guerra justa!
(1955)
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Alfred Rethel |
CARL SCHMITT (1988-1985) es uno de los más destacados pensadores alemanes en el ámbito de la Teoría del Estado y la Ciencia Política. Durante los años de la república de Weimar, su Teoría de la Constitución (1928) y otras obras como La dictadura (1921), El concepto de los político (1928), Legalidad y legitimidad (1932)… tuvieron una gran influencia en el pensamiento político occidental, contribuyendo a la crisis de la teoría del estado Liberal de Derecho. El carácter radical de su pensamiento, expresado casi siempre son suma brillantez y eficacia, pone de manifiesto las contradicciones de la teoría política liberal. En su prolongada vida publicó numerosas obras, buena parte de ellas traducidas al español.