Antoine Legrand (1956) es un fotógrafo francés que empezó a trabajar en los diarios  Liberation y Le Monde para colaborar después con revistas  como Elle, Vanity Fair, The New Yorker, W, GQ,entre otras. En sus fotos juega con luces y reflejos, así como con espejos, humo o distintos elementos para crear retratos poderosos y expresivos, irónicos y bastante gráficos. Dice que no puede fotografiar a alguien que no conozca y admire por su trabajo lo que permite que la máscara caiga y aparezca la persona. Fia todo en el instinto y cree que el retrato es poner un punto de interrogación en el retratado. Sin embargo, se queja de que hoy día la libertad del retrato está oprimida por el comercio que acompaña a los famosos. Por eso echa de menos sus comienzos, cuando se podía hacer algo mágico y no como ahora, donde a un actor le pueden acompañar los representantes de cuatro casas de moda. Admirador de Buñuel, algunos de sus retratos tienen un aire surrealista, aunque lo fundamental es crear una complicidad entre fotógrafo y modelo. La editorial Damiani de fotografías ha publicado el primer volumen de retratos suyos en blanco y negro.

 

Portraits. Ediz. illustrata