Un problema constante de las Exposiciones Universales es qué hacer con las estructuras provisionales que se han creado para el evento. Roma es un caso muy especial de una ciudad donde nunca una Exposición Universal se realizó, aunque dejó una estructura tan estable que se convirtió en un barrio entero. Un distrito del cual en este año de 2018 se celebran sus ochenta años, incluso con un libro y una exposición. Es el Eur: acrónimo de Esposizione Universale Roma, “Exposición Universal Roma”.

En la gran X que describe aproximadamente el mapa de Roma, el Eur es el final del brazo sur-oeste, proyectado hacia el mar. Y así se llama porque Mussolini quiso que allí se celebrase la Exposición Universal de Roma que hubiera tenido que inaugurarse en 1942, pero que nunca se hizo debido a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, sigue siendo un gran ejemplo de arquitectura racionalista, que el urbanista Marcello Piacentini contaminó con los recuerdos de la Roma imperial y quizás también con sugerencias de la pintura metafísica de Giorgio De Chirico. «Un barrio muy congenial para quienes tienen la profesión de representante de imagenes”, lo definió Federico Fellini.

Tan amplias pueden ser las  perspectivas “metafísicas”del Eur -para decirlo justamente a la De Chirico- que en el Eur, en 1963, se rodó L’ultimo uomo della Terra, en español El último hombre de la tierra: primera transposición de esa novela de Richard Matheson, cuyo título original es I Am Legend, en español Soy leyenda. Es la historia del unico hombre que permaneció normal después de una epidemia que transformó al resto de la humanidad en vampiros, que luego regresaría al cine en 1971 como The Omega Man (El último hombre vivo) y en 2007 como I Am Legend (Soy Leyenda). Una Coproducción italoamericana con doble dirección de Sidney Salkow y Ubaldo Ragona y que tenía a Vincent Price como protagonista en ese papel que en las dos películas posteriores habría sido de Charlton Heston y Will Smith.

Muchos piensan también que fue su atmósfera que habría dado idea a Romero por sus Zombies. Hay que decir que el Eur es un contexto sugerente pero nunca explícito. Y también que en la idea de hacer del Eur un escenario apocalíptico probablemente influyó en gran parte lo que era la percepción previa a los años 60 del siglo pasado. Finalmente valorizado por los Juegos Olímpicos de 1960, el Eur perdió mucha de esta aura un poco inquietante, para llegar a ser el distrito financiero y terciario más importante de la capital italiana.

Cuando yo era niño recuerdo un programa de televisión, con la historia de un chico que con sua familia se trasladaba del campo al Eur, y no entendía que estaba en Roma. Para ver el Coliseo, San Pedro, Castel Sant’Angelo, Piazza Navona, Piazza di Spagna y todos los otros lugares famososs tenía que hacer un viaje al Centro, equivalente a una escapada turística. Pero al final él también se enamoraba del Eur, y en la última escena se le podía ver corriendo mientras gritaba con todas sus fuerzas: “¡Esposizione Universale Roma! ¡Esposizione Universale Roma!”.

Es una visión que volvió a mi cabeza al leer el comienzo EUR 42/oggi. Visioni differenti: “Eur 42/hoy”, el libro que el fotografo Carlo D’Orta dedicó al barrio con motivo de sus 80 años.  “Hace más de treinta años, durante un par de semanas vivió en la casa romana de mis padres, en el Aventino, una estudiante canadiense de dieciocho años conectivo de un intercambio cultural para estudiantes de secundaria. Al final de su estancia en Roma, la joven canadiense hizo un comentario que nos sorprendió. Cuando se le preguntó acerca de qué Roma la había gustado más, la chica respondió: ‘el Coliseo, San Pietro, y luego el Eur, un hermoso barrio, ¡uno de los lugares que más me ha impresionado!’”.

Foto de Carlo D´Orta

Entre los «protagonistas» de este libro de fotos está el Palazzo della Civiltà Italiana. Un edificio de cincuenta y cuatro arcos por fachada  -nueve columnas de seis arcos cada una – cuya imagen fue definida por alguien como «babilónica». Dedicado actualmente a museo y exposiciones, el Palacio de la Civilización Italiana fue objeto de una reciente controversia por un artículo del The New Yorker del octubre pasado. “Why Are So Many Fascist Monuments Still Standing in Italy?”, se preguntaba Ruth Ben-Ghiat, profesora de Historia y Estudios Italianos de la Universidad de Nueva York. «¿Por qué hay tantos monumentos fascistas todavía en pié en Italia?» De hecho, hablaba de muchas cosas, pero las fotos que acompañaban el articulo eran las del Palacio de la Civilización Italiana, así como el Estadio de los mármoles en el Foro Italico coo queriendo decir: «es aquí donde deberíamos comenzar a derrumbar”. Ruth Ben-Ghiat empezaba recordando cómo, en 2004, Italia reconoció el interés cultural del Palazzo della Civiltà Italiana. Según ella, un símbolo de la agresión italiana contra Etiopía (1935) . Las respuestas en Italia fueron duras por interlocutores pertenecientes a todas las posiciones políticas.

Muy similar al estilo del Palazzo della Civiltà Italiana, de hecho, es el Palazzo dell’Archivio dello Stato, donde se conservan  los archivos de la Italia republicana y democrática. Y un importante protagonista del libro de D’Orta es también el Palazzo degli Uffici, che fue el primer edificio construido en todo el Eur, y donde tiene su sede la institución del barrio.

D’Orta comenzó su investigación fotográfica sobre Eur en 2012, y en 2016 ya había contribuido a las conmemoraciones con una exposición. Otra tuvo lugar entre el 3 y el 31 de mayo de 2018 en la sala de exposiciones del  Palazzo dell’Archivio dello Stato, basada precisamente en el libro. En la exposición se podía ver tanto el material histórico sobre el Eur (planos de planta, proyectos, bocetos) que el Archivo del Estado Central conserva y gestiona, como las 200 fotografías de Carlo D’Orta, de las cuales 50 se imprimieron en gran formato y las otras se proyectaron en la pared.