Una nueva exposición digital presentará el conjunto de la creación de Chagall, revelando una obra anclada en su tiempo, en la encrucijada de las innovaciones artísticas y culturales de su siglo y en constante renovación. París y Nueva York, capitales emblemáticas del arte moderno, representan dos etapas cruciales en la larga trayectoria del artista. París fue su ciudad predilecta, ofreciendo, gracias a las vanguardias de la década de 1910, un caldo de cultivo para la investigación experimental del joven pintor de origen ruso, que las alimentó con sus propias referencias culturales. Nueva York fue inicialmente un lugar de exilio en la difícil década de 1940, que sin embargo dio un nuevo impulso a la creatividad del artista.

Después de la guerra, varias grandes exposiciones y encargos artísticos seguirían forjando vínculos entre París y Nueva York y traerían a Chagall de vuelta a Estados Unidos hasta la década de 1970. Mientras buscaba su propio camino estilístico y sin poder circunscribirse a una escuela o movimiento entre los que encontró y observó, Chagall supo nutrir su obra de las experiencias más diversas y actuales en cada una de las ciudades y continentes donde vivió.

 

 

Así, mientras en París se enfrentaba a los movimientos cubista y fauvista, experimentaba con una nueva luz y desarrollaba su paleta rica e intensa, en Vitebsk se unía a la vanguardia, militando en particular por la renovación del arte escénico y la decoración urbana. Pero fue en Nueva York donde la experiencia del espacio y la arquitectura del Nuevo Mundo enriqueció aún más esta exploración revolucionaria. Mucho más allá de la pintura, abarca ahora el vestuario escénico y de ballet, la escultura, la cerámica, las vidrieras, los mosaicos, el collage… en una búsqueda multidisciplinar y decididamente monumental, que el visitante también llevará a cabo, inmerso en esta creación digital.

 

 

Durante esta exposición inmersiva, todos los temas que componen el imaginario del artista recorrerán las paredes del Atelier des lumières, como recortes entrelazados. Se intercalarán con extractos de música clásica, klezmer o jazz, que también forman parte integrante de su universo cultural. Su bestiario fantástico, así como los maravillosos personajes del circo, la fábula o la ópera, pero también episodios bíblicos y referencias a la cultura rusa, traducen de forma poética la rica experiencia personal del artista, que resuena con toda naturalidad en la experiencia colectiva de su pueblo y de su generación. Testigo de los grandes acontecimientos históricos del siglo XX, desde los más oscuros hasta los más radiantes, Chagall hizo así de su arte audaz e imaginativo su principal instrumento de compromiso, paz y esperanza.

 

Una creación artística de Gianfranco Iannuzzi
Asesora científica: Cecilia Braschi
Producción: Spectrelab
Producción: Culturespaces Digital
Colaboración musical: Start-Rec

 

 

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