–
Holaaaaa, qué suerte, pensé que no
te encontraría en casa.
Holaaaaa, qué suerte, pensé que no
te encontraría en casa.
–
Sí, claro, te llamo desde el locutorio.
¿Todo bien estos días?
Sí, claro, te llamo desde el locutorio.
¿Todo bien estos días?
–
Sí, tranquilo. ¿Y tu viaje? ¿Lo
pasaste bien?
Sí, tranquilo. ¿Y tu viaje? ¿Lo
pasaste bien?
–
Sí, ya sabes, con las chicas siempre
genial. Nos hemos reído muchísimo… Bueno, entonces, ¿voy para allá?
Sí, ya sabes, con las chicas siempre
genial. Nos hemos reído muchísimo… Bueno, entonces, ¿voy para allá?
–
Sí, te espero en casa. Voy
preparando algo para comer o, si lo prefieres, cuando llegues salimos a algún
lado.
Sí, te espero en casa. Voy
preparando algo para comer o, si lo prefieres, cuando llegues salimos a algún
lado.
–
No, mejor nos quedamos en casa. Me
apetece más… Venga, un beso.
No, mejor nos quedamos en casa. Me
apetece más… Venga, un beso.
–
Bien, entonces voy pensando en el
menú… Un beso. Hasta ahora.
Bien, entonces voy pensando en el
menú… Un beso. Hasta ahora.
Mis labios aún conservan el último
beso de Marcos. De los cuatro días que he estado con mis amigas en la
playa, solo pasamos juntos la segunda noche, pero esta mañana madrugó para
acompañarnos hasta la parada y despedirnos. Lo nuestro no puede considerarse
una historia, pero hay una inevitable atracción entre los dos…
beso de Marcos. De los cuatro días que he estado con mis amigas en la
playa, solo pasamos juntos la segunda noche, pero esta mañana madrugó para
acompañarnos hasta la parada y despedirnos. Lo nuestro no puede considerarse
una historia, pero hay una inevitable atracción entre los dos…
Me asusta pensar que Rubén pueda
advertir algo extraño en mi comportamiento. Solo hace 24 horas que he estado
con Marcos. No había nada planeado, pero las cosas surgieron de aquella fogosa
forma. Como siempre entre nosotros. Las chicas no dijeron nada, discretas y
sabedoras de la historia pasional que hubo tiempo atrás entre nosotros. ¿Y
Rubén? Es la primera vez que estoy con otro hombre desde que empezó nuestra
relación. Pero solo ocurrió esa noche y, en realidad, esto de Marcos ha sido
algo así como un reencuentro con el pasado… Desde luego, si tengo que hacer un
balance de lo positivo y lo negativo, mi vida está ahora mismo con Rubén. Ese
es el resumen…
advertir algo extraño en mi comportamiento. Solo hace 24 horas que he estado
con Marcos. No había nada planeado, pero las cosas surgieron de aquella fogosa
forma. Como siempre entre nosotros. Las chicas no dijeron nada, discretas y
sabedoras de la historia pasional que hubo tiempo atrás entre nosotros. ¿Y
Rubén? Es la primera vez que estoy con otro hombre desde que empezó nuestra
relación. Pero solo ocurrió esa noche y, en realidad, esto de Marcos ha sido
algo así como un reencuentro con el pasado… Desde luego, si tengo que hacer un
balance de lo positivo y lo negativo, mi vida está ahora mismo con Rubén. Ese
es el resumen…
El sabroso olor de la carne en el
horno y el cálido abrazo de Elis Regina en los altavoces me reciben.
horno y el cálido abrazo de Elis Regina en los altavoces me reciben.
–
¡¡¡Hooooola!!! ¡¡¡Ya estoy en
casa!!!
¡¡¡Hooooola!!! ¡¡¡Ya estoy en
casa!!!
–
Estoy en la ducha… Ahora salgo,
cariño…
Estoy en la ducha… Ahora salgo,
cariño…
Cariño… Qué vacía me suena ahora esa
palabra. Y sin embargo no es falsa. ¿Por qué, cuando estamos más cerca de la
cumbre, nos entra el pánico? ¿Por qué, teniendo la felicidad a nuestro alcance,
elegimos darle la espalda? ¿Por qué, después de tantos años deseando
calladamente a Julia, ha tenido que pasar esto justo ahora, que me
encuentro tan bien con Ana?
palabra. Y sin embargo no es falsa. ¿Por qué, cuando estamos más cerca de la
cumbre, nos entra el pánico? ¿Por qué, teniendo la felicidad a nuestro alcance,
elegimos darle la espalda? ¿Por qué, después de tantos años deseando
calladamente a Julia, ha tenido que pasar esto justo ahora, que me
encuentro tan bien con Ana?
No hemos establecido ningún pacto
sobre estar o no con otras personas; es más, creo que nunca hemos hablado sobre
este asunto. Pero Ana… Está tan enamorada que jamás podría mirarla a los ojos y
decirle que he estado con otra aprovechando su ausencia. Le rompería el
corazón. No puedo hacerle tanto daño. Pero ¿y si lo que ocurrió anoche
significa que no la quiero tanto como creo? No, no, eso es absurdo, no puedo
concebir ahora mi vida sin ella.
sobre estar o no con otras personas; es más, creo que nunca hemos hablado sobre
este asunto. Pero Ana… Está tan enamorada que jamás podría mirarla a los ojos y
decirle que he estado con otra aprovechando su ausencia. Le rompería el
corazón. No puedo hacerle tanto daño. Pero ¿y si lo que ocurrió anoche
significa que no la quiero tanto como creo? No, no, eso es absurdo, no puedo
concebir ahora mi vida sin ella.
Julia, la tierna pero distante
Julia… Después de tantos años compartiendo con ella mesa y mantel,
confidencias, carreras dentro y fuera de la oficina, anoche le tocó a la cama.
No puedo decir que esté enamorado de ella, pero sí que la deseaba. Siempre la
deseé. Quizá como una de esas bellezas universales que no podemos poseer del
todo pero que, de alguna forma, queremos que sea parte de nuestra colección
particular. No lo sé. ¿Y por qué ahora? ¿Por qué no hace un año, cuando yo
estaba tan solo? Ana… ¿Cómo seguir a partir de esto?
Julia… Después de tantos años compartiendo con ella mesa y mantel,
confidencias, carreras dentro y fuera de la oficina, anoche le tocó a la cama.
No puedo decir que esté enamorado de ella, pero sí que la deseaba. Siempre la
deseé. Quizá como una de esas bellezas universales que no podemos poseer del
todo pero que, de alguna forma, queremos que sea parte de nuestra colección
particular. No lo sé. ¿Y por qué ahora? ¿Por qué no hace un año, cuando yo
estaba tan solo? Ana… ¿Cómo seguir a partir de esto?
¡Qué detalle! Sabe que me encanta el
aroma del suavizante y ha dejado las sábanas recién lavadas aquí encima para
ponerlas ahora. No esperaba tanto detalle para cuando yo llegase… Y, mientras,
yo… con Marcos. Creo que es preferible no hablar de que nos hemos visto, ni
siquiera mencionar su nombre, no sea que enseguida me sonroje (me pasa tanto…),
pero ¿y si me pregunta por él? Rubén sabe que muchas veces hemos coincidido
allí… Bueno, ya pensaré en eso luego. Voy a ir haciendo la cama.
aroma del suavizante y ha dejado las sábanas recién lavadas aquí encima para
ponerlas ahora. No esperaba tanto detalle para cuando yo llegase… Y, mientras,
yo… con Marcos. Creo que es preferible no hablar de que nos hemos visto, ni
siquiera mencionar su nombre, no sea que enseguida me sonroje (me pasa tanto…),
pero ¿y si me pregunta por él? Rubén sabe que muchas veces hemos coincidido
allí… Bueno, ya pensaré en eso luego. Voy a ir haciendo la cama.
–
Hola preciosa, ¡qué ganas de verte!
Hola preciosa, ¡qué ganas de verte!
–
Mmmm, qué rico olor. ¿Cómo estás?
Mmmm, qué rico olor. ¿Cómo estás?
–
Bien… Echándote mucho de menos.
Bien… Echándote mucho de menos.
–
Bueno, bueno, no ha sido tan grave,
solo cuatro días. Y seguro que no has parado en casa.
Bueno, bueno, no ha sido tan grave,
solo cuatro días. Y seguro que no has parado en casa.
–
Sí, salimos un día la gente de la
oficina, pero vamos, algo en plan tranqui… Oye, ¿has mirado el horno para ver
cómo marcha la comida?
Sí, salimos un día la gente de la
oficina, pero vamos, algo en plan tranqui… Oye, ¿has mirado el horno para ver
cómo marcha la comida?
–
No, he venido directamente para el
dormitorio… Pero ¿qué te parece si lo apagamos y nos quedamos un ratito aquí?
No, he venido directamente para el
dormitorio… Pero ¿qué te parece si lo apagamos y nos quedamos un ratito aquí?
–
Mmmm, sí, bueno, yo tengo hambre y
luego tengo que irme a entregar unos papeles… pero sí, claro… cuatro días son
muchos…
Mmmm, sí, bueno, yo tengo hambre y
luego tengo que irme a entregar unos papeles… pero sí, claro… cuatro días son
muchos…
–
¡Cómo te he extrañado! Ha sido
genial estar con las chicas, pero necesitaba abrazarte y besarte, sobre todo
por las noches.
¡Cómo te he extrañado! Ha sido
genial estar con las chicas, pero necesitaba abrazarte y besarte, sobre todo
por las noches.
–
Sí… las noches…
Sí… las noches…
La toalla de Rubén había abandonado su cuerpo un rato antes
y Ana tampoco vestía ya su ropa playera. Sus cuerpos estaban desesperadamente
entrelazados y, en el momento de máxima excitación, él advirtió una mancha
violácea en la base del cuello de Ana al tiempo que ella extendía su
brazo para sacar un preservativo de la caja donde solían guardarlos y descubrió
que estaba vacía. A pesar de todo, siguieron adelante…
y Ana tampoco vestía ya su ropa playera. Sus cuerpos estaban desesperadamente
entrelazados y, en el momento de máxima excitación, él advirtió una mancha
violácea en la base del cuello de Ana al tiempo que ella extendía su
brazo para sacar un preservativo de la caja donde solían guardarlos y descubrió
que estaba vacía. A pesar de todo, siguieron adelante…