Primero, no toques las agujas de tu corazón. Segundo, domina tu cólera. Tercero y más importante, no te enamores jamás de los jamases. 



Si no cumples estas normas, la gran aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo. Así comienza el relato con el que Mathias Malzieu nos adentra en un auténtico cuento de hadas, en un mundo con tintes infantiles pero dirigido a adultos.
La historia comienza en una vieja casa sita en la colina más alta de Edimburgo, donde vive la doctora Madeleine, comadrona de toda la vida a la que sus vecinos tildan de “loca” y que, teniendo en cuenta su avanzada edad, aún conserva una belleza singular. Además de asistir partos de todo tipo, es una gran especialista en prótesis mecánicas; no falta de nada en su taller. El relato se desarrolla a finales del siglo XIX, por lo que no es difícil convertir a la doctora Madeleine en sospechosa de brujería. De hecho, se rumorea que la partera mata a los recién nacidos y los transforma, con sus herramientas, en seres a los que esclaviza y que se acuesta con aves extrañas para engendrar monstruos.

Inmersa en mil habladurías, la vida en la cima más alta de Edimburgo se desarrolla con relativa normalidad. Un día de intensa nevada, una joven se esfuerza por parir a un bebé del que sabe que tendrá que desprenderse. Ni siquiera se atreve a mirar su abultado vientre a punto de dar a luz en aquella casa a la que ha llegado despacio y llorando. La primera que ve el rostro del recién nacido es la doctora Madeleine, que, presa de su profesionalidad, comienza a inspeccionar aquel pequeño cuerpo que tiene entre las manos. De repente, se percata de que algo no encaja. Palpa el torso del niño, tuerce el gesto y la sonrisa inicial ante el nacimiento de un nuevo ser la abandona definitivamente. El chico, al que deciden llamar Jack, tiene el corazón congelado. 
Mathias Malzieu

La comadrona le agita fuertemente y observa que se produce el mismo ruido que cuando se sacude una caja de herramientas. Rápidamente, la doctora se lo lleva a su taller, lo sitúa en la mesa de trabajo y comienza a revolver la estantería donde están los relojes mecánicos, relojes de todo tipo. Madeleine apoya su oído en el pecho del muchacho y con el otro escucha los tic tac de los relojes que, entre tanta variedad, ha seleccionado. Finalmente se decide por un viejo reloj de cuco. Un reloj de madera, excepto en su mecanismo de esfera y agujas. La doctora se pone un delantal blanco y comienza a crear su obra. Ajusta el reloj a las doce en punto, pero se da cuenta de que no funciona y ha pasado bastante tiempo sin que el corazón defectuoso del pequeño Jack lata con normalidad. Las horas suceden con su cadencia establecida y el mecanismo no termina de ponerse en marcha totalmente. Pero, de pronto, el canto del cuco que el bebé tiene alojado en el pecho comienza a resonar fuerte. Para seguir con vida, Jack tendrá que darle cuerda cada mañana a su corazón; de lo contrario, dormiría para siempre. 
Los días en casa de la comadrona se precipitan en un devenir de jóvenes parejas que desean adoptar el niño que no han logrado tener. Pocas se fijan en el pobre Jack y menos cuando ven su diminuto pecho en el que reside un pequeño reloj de cuco. Cuando Jack cumple cinco años, ya ni siquiera es mostrado para adopción. A los diez años, tras insistencia casi diaria, la doctora Madeleine decide enseñar la ciudad al inquieto muchacho.
La ciudad le engulle con su movimiento, se le despiertan todos sus sentidos adormecidos tras años en aquella casa que le vio nacer. En un momento dado, llega hasta ellos el sonido más encantador que jamás haya oído aquel niño. Una minúscula muchacha se pone a cantar y, al observarla más de cerca, le invade la euforia. Jack se ha enamorado hasta el último tornillo de su mecanismo interno, lo cual tendrá consecuencias inmediatas en el incierto destino del niño-reloj. Sabe que para vivir tiene que seguir unas reglas muy estrictas que no son fáciles de cumplir para un chiquillo enamorado. 
La lucha interna entre lo racional y lo sentimental se mezcla en la narración con altas dosis de ternura y melancolía. Una historia extremadamente cuidada que nos hará viajar a muchos momentos de nuestra infancia y adolescencia y que logrará arrancar una sonrisa al lector que tenga el privilegio de tener entre sus manos este bello cuento para niños grandes.
La mecánica del corazón es un libro publicado en 2007 y escrito por Mathias Malzieu, cantante del grupo de rock Dionysos, basado en un álbum conceptual de su banda.