Fetiches en una estantería de la biblioteca de Francisco Javier Jiménez

Las casualidades
librescas me hicieron dar con esta editorial dedicada al ensayo en sus
múltiples vertientes y su editor cuando tuve que hacer una reseña del libro de
Fernando Castillo «Noche y Niebla en el París ocupado». De este modo
conocí a Francisco Javier Jiménez y Fórcola. En su  catálogo de delicatessen hay un trabajo muy bien hecho que
los amantes de los libros agradecemos. Francisco Javier Jiménez conoce el
oficio bien, ya que es el autor junto a Manuel Gil de una obra básica sobre el
sector «
El nuevo
paradigma del sector del libro»
(2007) lo que se nota y es una gran ventaja. Pero además tiene olfato
libresco y sabe airear lo que edita por todos los medios posibles, incluidas
las redes sociales, para que puedan llegar al máximo número de lectores.  Pero dejemos que se explique él mismo.
 ¿Tenías experiencia en el mundo
editorial antes de crear Fórcola?
 Llevo veinte años trabajando
en el mundo del libro y la edición. Primero en librerías (Crisol y Paradox), y
más tarde en editoriales (Siruela y Páginas de espuma). Con los años descubrí
que cuando uno se dedica con pasión a esto de los libros, trabajo y vida se
funden, y entonces todas las experiencias vividas cobran sentido. Ese sentido,
en mi caso, se materializó dando un paso importante y definitivo: fundando mi
propia editorial.
¿En qué año has empezado?
 Fórcola nace oficialmente
como sello independiente hace ahora precisamente tres años: el 1 de diciembre
de 2009, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en el estado de
Jalisco, México. Presenté allí mi primer libro, Si quieres lee,
del ensayista mexicano Juan Domingo Argüelles, subrayando el marcado carácter
hispanoamericano de la línea editorial, dedicada al género ensayístico o de no
ficción.

Cualquier momento es
bueno para leer un buen libro. Aquí, Franscisco Javier Jiménez esperando un vuelo en el aeropuerto de México D.F

¿Qué colecciones tiene Fórcola?
 La no ficción, o el género
del ensayo, cubre un campo de actuación muy amplio: desde la crítica literaria
y la literatura comparada, hasta la historia o el arte, sin dejar de lado el
cine, el género epistolar o biográfico, así como la literatura de viajes. Todas
estas temáticas están recogidas en las cuatro colecciones de la editorial: Señales
(ensayo «duro» de autores españoles e hispanoamericanos); Singladuras
(clásicos, libros sobre libros y rarezas); Periplos (literatura
de viajes y periplos personales); y Siglo XX (historia, guerra y
cultura).

¿Por qué te decidiste crear una
editorial en un momento tan complicado como éste?
 Decidí fundar Fórcola en un
momento concreto de mi vida y de mi trayectoria profesional. Tras años de
trabajar para otros dando lo mejor de mi mismo, decidí darme la oportunidad de
tener voz propia: tenía y creo tener cosas que aportar al mundo de la cultura y
la edición. El hecho de que la fundación y primeros años de la editorial
Fórcola coincidan con la peor crisis social y económica que podamos recordar es
producto de la casualidad y mera coincidencia. Eso sí: curte.
¿Crees que hay hueco para una
editorial como la tuya en el mercado?
Sigue habiendo huecos para aquellos
que apostamos por la calidad, desde el convencimiento de aportar algo de valor,
y siempre desde la honestidad. Ya que estamos en el mercado, y ya que hay que
vender, mi opción es vender libros que merezcan la pena, no solo ni sobre todo
por criterios cuantitativos, sino en términos cualitativos. A partir de ahí, hay
que salir al mundo en busca de esos lectores a los que sabemos gustaremos. El
secreto consiste en saber encontrarlos.
  

¿Cuáles son tus focos de interés
editorial?
La historia moderna y
contemporánea; la memorialística (biografías, diarios, epistolarios); los
libros sobre libros; la narrativa de viajes (geográficos o de los que se hacen
sin salir del propio cuarto); los ensayos literarios; la música…
¿Cuántos libros editas al año y qué
facturación tiene Fórcola?
Mi objetivo es editar no más libros
de los que pueda defender, promocionar y presentar en condiciones. Eso nos da
una media de entre 10 y 14 libros al año; no más. Y la facturación de la
editorial creo que solo le interesa a mi contable, que tiene que presentar el
cierre financiero anual a efectos del pago de los impuestos correspondientes
ante el Ministerio de Hacienda. 
De los libros editados por ti, dime
de los que te sientes más orgulloso y el por qué.
 Todos los libros que he
publicado tienen un porqué, una razón de ser, de tal forma que no me arrepiento
de ninguno de publicados hasta ahora he publicado en Fórcola. De ahí que
destacar un título es cometer una injusticia con el resto. De todas formas,
puedo señalar tres: 1. Consejos maternales para una reina, la
correspondencia entre María Antonieta de Francia y su madre María Teresa de
Austria, en edición de Blas Matamoro. Este libro es producto de una
investigación personal y que tiene como objetivo descubrir al lector, por
primera vez en español, los pensamientos más íntimos de la siempre topicalizada
e incomprendida Antoinette. 2. Dickens enamorado, de
Amelia Pérez de Villar. Este libro parte del descubrimiento de unas cartas
inéditas en español y muy desconocidas del escritor Charles Dickens a una
enamorada de su primera juventud, Maria Beadnell. Me llenó de satisfacción dar
la oportunidad a esta excelente traductora para que escribiese su primer ensayo
biográfico, que ha logrado amplio reconocimiento de crítica y lectores con
ocasión del Bicentenario del nacimiento de Dickens. 3. Amundsen-Scott:
duelo en la Antártida
, del científico español Javier Cacho. Un proyecto
que vino de la mano de una buena amiga y que, tras meses de duro trabajo, se ha
convertido en un libro que lleva tres ediciones vendidas y que ha logrado
apasionar a miles de lectores.

Una de las sesiones de trabajo con Silvano Gozzer: en la mesa, pruebas
de cubierta, capillas, regado con agua con gas y un capuccino.

¿El diseño de las portadas y las
colecciones es idea tuya?
De mis colaboradores (todos ellos
excelentes) más estrechos e imprescindibles debo destacar a Silvano Gozzer,
consultor de contenidos digitales y como él mismo dice «apasionado de la literatura
y la edición electrónica». Silvano es un profesional del mundo de la edición
que desde el comienzo de Fórcola se ha ocupado de su imagen corporativa y del
diseño de sus libros, colecciones y su página web. Tras años trabajando mano a
mano, me llena de satisfacción su complicidad y profesionalidad. Podríamos
decir que fue el primer forcoliano.
Para que un libro se venda bien,
¿qué es más importante, el contenido o la estética general del mismo?
La venta de un libro siempre es un
misterio, algo que explicamos siempre a posteriori. En Fórcola, todo es
importante, todo suma a la hora de editar un buen libro: tanto su contenido
como su aspecto formal y estético, en un equilibrio que pretendemos genere
belleza. El que el libro haya vendido menos ejemplares no quiere decir
necesariamente que no hayamos conseguido ese equilibrio.
  
¿Cuál crees que son los problemas
del libro, aparte la crisis económica?
El libro viene asociado a dos
elementos fundamentales de una sociedad democrática: la educación y la cultura.
Sin el convencimiento por parte de las instituciones públicas y de la
ciudadanía de que invertir (de forma permanente y no ideológica) en educación y
cultura (gobierne quien gobierne) es fundamental para la vitalidad y futuro del
país, el libro y lo que representa no tendrá más sentido que el de mero
entretenimiento, y tendrá el valor de una lata de atún. Responder a la pregunta
¿por qué leer? tiene mucho que ver con el sentido de nuestras vidas. Por eso el
libro es importante.
 Cuéntanos que vais a sacar
a la calle estos próximos meses.
Comenzaremos el año con tres
libros: 1. un nuevo ensayo del bibliotecólogo y ensayista venezolano Fernando
Báez, Los primeros libros de la Antigüedad: El mundo antes de la imprenta
y de Internet
; 2. Mi testamento, de Napoleón Bonaparte,
editado y precedido por un ensayo de Blas Matamoro; 3. Retratos y
caricaturas
, una selección de semblanzas de escritores y pensadores
 del cronista Julio Camba.

En Tlaquepaque, Guadalajara, estado de Jalisco, México. Una parada para
comer en la Feria del Libro de Guadalajara. La foto, cerca de El Patio. Fórcola
estuvo allí.