Pactar con el diablo para lograr algún deseo que la vida nos niega y creemos que merecemos es un argumento literario de largo recorrido. Sin ir demasiado atrás en el tiempo, basta acordarse del Faustode Goethe, publicado en 1831, y origen de otras obras maestras con el mismo asunto, como el Doctor Faustode Thomas Mann (1947) o El maestro y Margarita de Mijail Bulgakov (publicada en versión completa en 1973)
Ira Levin (1929-2007) fue un escritor neoyorquino de ascendencia judía que tuvo mucho éxito con distintas obras de intriga y terror. La semilla del diablo(1967) fue una de ellas y cuenta la historia de una pareja de jóvenes recién casados, Rosemary y Guy Woodhouse. Él es un joven actor que desea fervientemente el éxito.
La joven pareja alquila un apartamento en un edificio del siglo XIX en el Upper West Side de Nueva York, tras haberlo intentado varias veces. Pese a que sus amigos les cuentan que en ese sitio han ocurrido extraños sucesos, les gusta ese piso de cuatro habitaciones de techos altos, preciosas chimeneas y numerosos detalles ornamentales de calidad. Los vecinos son raros pero amables. Sobretodo hay una pareja de ancianos que intentan hacerse sus amigos. Roman y Minnie Castavet. Son gente encantadora, extraña como el resto del vecindario, pero pendientes de satisfacerles y ayudarles.
Del piso de sus vecinos proceden extraños ruidos y mientras Guy conecta bastante bien con ellos, su mujer está convencida de que detrás de la fachada se oculta algo y no le falta razón porque dirigen una secta satánica. Finalmente Guy consigue un ansiado papel en Broadway y Rosemary se queda embarazada tras ser elegida, sin saberlo ella, como madre del Anticristo.
La novela fue publicada enseguida en España (1968) y ha sido reeditada innumerables veces. La última en la edición de bolsillo de Ediciones B el año pasado (ver ficha libro abajo). Definida por Truman Capote como «una oscura y brillante historia de brujería moderna que induce a creer en lo increíble», la trama es buena, y la imaginación del lector debe hacer su trabajo porque no se enseña tanto como parece. El texto mantiene el equilibrio entre lo contado y lo no contado y la tensión crece en cada página. Puestos a etiquetarla, diremos que se encuentra a caballo entre la novela de terror y el thriller psicológico.
De esta novela el cineasta polaco Roman Polanski hizo una película que se puede considerar una de las mejores dentro del género de terror, aparte de inaugurar el subgénero del satanismo que dio al cine buenas películas como El exorcista, de William Friedkin en 1973.
Polanski siguió fielmente la novela, excepto el final que es menos explícito. En cambio potenció los personajes, interpretados por John Cassavetes y Mia Farrow y la ambientación.
La mayoría de las novelas de Levin fueron adaptadas con éxito en el cine, como Las mujeres perfectas(2004), dirigida por Frank Oz, con Nicole Kidman, Matthew Broderick, Glenn Close y Bette Midler; remake de una película de 1975 titulada, como la novela La fábrica de esposas. Los niños del Brasil, (1976), sobre supuestos niños clonados a imagen y semejanza de Hitler según el criminal de guerra Josef Mengele, obra dirigida en 1978 por Franklin J. Schaffner con actores de la talla de Gregory Peck y Laurence Olivier. Bésame antes de morir (1991), dirigida por James Dearden y protagonizada por Sean Young y Matt Dillon, también tuvo gran aceptación y cuenta la historia de un hombre que mata a su novia para quedarse con su hermana.
Tanto éxito debió inspirarle su obra teatral Trampa mortalen el que un escritor intenta matar a un rival de éxito para robarle una novela. Como era de rigor, tanto la obra teatral como la película, protagonizada en los años ochenta por Michael Caine y Christopher Reeve cumplieron con el cometido para el que fueron creadas: sumar lectores y espectadores.
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