ENRIQUE
LÓPEZ VIEJO
LÓPEZ VIEJO
![]() |
Marc Fumaroli. Fotografía de Olivier Roller |
¿Hay algo más placentero
y angelical que tumbarse en un diván, una mañana radiante del final de la primavera,
en el porche de una casita coqueta, junto a unas jaulas doradas donde sus
alegres pajarillos celebran con sus trinos el sol que hace brillar los jardines,
trinos confundidos con la música de dos harpas y alguna cuerda suelta de viola,
violín, o violón? ¿Hay algo más encantador? Trinos y liras meciéndose en la
brisa que refresca la mañana. (…)
y angelical que tumbarse en un diván, una mañana radiante del final de la primavera,
en el porche de una casita coqueta, junto a unas jaulas doradas donde sus
alegres pajarillos celebran con sus trinos el sol que hace brillar los jardines,
trinos confundidos con la música de dos harpas y alguna cuerda suelta de viola,
violín, o violón? ¿Hay algo más encantador? Trinos y liras meciéndose en la
brisa que refresca la mañana. (…)
No es una escena
fabulada este precioso momento Rococó
que describo. Era como la reina Maria
Antonieta organizaba sus matinées en
el Petit
Trianon de Versalles, junto a sus amigas y visitantes. El plan no podía
ser más más divino.
fabulada este precioso momento Rococó
que describo. Era como la reina Maria
Antonieta organizaba sus matinées en
el Petit
Trianon de Versalles, junto a sus amigas y visitantes. El plan no podía
ser más más divino.
Momentos encantadores de
la Historia. Pero nunca lo tuvo bien la pobre reina, y en ese encantador
ambiente que propiciaba, tuvo el infortunio de decir que si no había pan en las
calles, que les dieran croissants,
sugerencia que pasó a ser una de las más perversas que recuerda la
Historia, el colmo de la ingenuidad o la
mayor frivolidad. Mal dado consejo de la reina preocupada por sus trinos y liras
sin pensar en el afilado acero que daría fin a su vida. Pobre austríaca, la
odiaron. El fin de una época, la que trata Fumaroli en este gran trabajo que ha
realizado.
la Historia. Pero nunca lo tuvo bien la pobre reina, y en ese encantador
ambiente que propiciaba, tuvo el infortunio de decir que si no había pan en las
calles, que les dieran croissants,
sugerencia que pasó a ser una de las más perversas que recuerda la
Historia, el colmo de la ingenuidad o la
mayor frivolidad. Mal dado consejo de la reina preocupada por sus trinos y liras
sin pensar en el afilado acero que daría fin a su vida. Pobre austríaca, la
odiaron. El fin de una época, la que trata Fumaroli en este gran trabajo que ha
realizado.
El resultado de la
mezcla musical particular de la reina, no lo tenemos que imaginar, lo podemos
escuchar. Lo estoy escuchando. Afortunadamente, cada vez más, se recuperan
músicas y partituras ocultas en secreteres, en archivos, en cajitas de música
guardadas por siglos en bargueños. Felizmente, y gracias a la labor de estos
músicos, es el día que disfrutamos de la grabación de estas joyas
reinterpretadas por encomiables artistas, cada vez mejores y virtuosos.
mezcla musical particular de la reina, no lo tenemos que imaginar, lo podemos
escuchar. Lo estoy escuchando. Afortunadamente, cada vez más, se recuperan
músicas y partituras ocultas en secreteres, en archivos, en cajitas de música
guardadas por siglos en bargueños. Felizmente, y gracias a la labor de estos
músicos, es el día que disfrutamos de la grabación de estas joyas
reinterpretadas por encomiables artistas, cada vez mejores y virtuosos.
Últimamente, los
profanos estamos descubriendo verdaderas maravillas que amplían nuestro campo
de escucha y que nos muestran un arte
musical divino oculto por las grandes estrellas. Y dentro de lo mucho y
bueno, han llegado a mí una selección de arpistas galantes, aquellos que con
sus tañidos y sus coloridos pajaritos deleitaban a la reina francesa que pronto
sería víctima del horror de los horrores, el
Terror.
profanos estamos descubriendo verdaderas maravillas que amplían nuestro campo
de escucha y que nos muestran un arte
musical divino oculto por las grandes estrellas. Y dentro de lo mucho y
bueno, han llegado a mí una selección de arpistas galantes, aquellos que con
sus tañidos y sus coloridos pajaritos deleitaban a la reina francesa que pronto
sería víctima del horror de los horrores, el
Terror.
Dulces y encantadoras
sonatas, cuartetos, cancioncillas. ¿No fue la lira, junto a la flauta, los
primeros instrumentos que empezaron a tañer los más antiguos humanos, los
griegos, los celestes chinos? ¿No son las primeras melodías de la Creación
cuando el Cielo exultante iba formando la Tierra, dibujaba el Paraíso Terrenal?
sonatas, cuartetos, cancioncillas. ¿No fue la lira, junto a la flauta, los
primeros instrumentos que empezaron a tañer los más antiguos humanos, los
griegos, los celestes chinos? ¿No son las primeras melodías de la Creación
cuando el Cielo exultante iba formando la Tierra, dibujaba el Paraíso Terrenal?
Pobre María Antonieta,
con planes como los que tenía, le vino lo que le vino. Del croissant, los
pajaritos y las arpas, a ver la cabeza sesgada en una picota tras la ventana
enrejada en su celda, como así exhibieron los revolucionarios a la Princesa de Lamballe, íntima y
confidente de la archiduquesa reina esperando cortasen la suya propia. Qué
horror el Terror. En aras de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, Europa
y la Historia llenaron de sangre, plazas, calles y campos. El solar europeo se
desoló sangriento con el democrático resultado de millones de muertos. Que la Revolución Francesa trajera más
beneficios que perjuicios es algo absolutamente relativo. Particularmente.
con planes como los que tenía, le vino lo que le vino. Del croissant, los
pajaritos y las arpas, a ver la cabeza sesgada en una picota tras la ventana
enrejada en su celda, como así exhibieron los revolucionarios a la Princesa de Lamballe, íntima y
confidente de la archiduquesa reina esperando cortasen la suya propia. Qué
horror el Terror. En aras de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, Europa
y la Historia llenaron de sangre, plazas, calles y campos. El solar europeo se
desoló sangriento con el democrático resultado de millones de muertos. Que la Revolución Francesa trajera más
beneficios que perjuicios es algo absolutamente relativo. Particularmente.
Arpas, pajarillos
azulones, esmeraldas, canarios, periquitos, pinzones; la viola de un escondido
músico (maestro de la tercera hija de Luis XV, es lo que escucho al momento), y
lo hago con el final de la lectura de otra maravilla escrita por Marc Fumaroli, Cuando europa hablaba francés,
editado por Acantilado y muy bien traducido por José Ramón Monreal.
azulones, esmeraldas, canarios, periquitos, pinzones; la viola de un escondido
músico (maestro de la tercera hija de Luis XV, es lo que escucho al momento), y
lo hago con el final de la lectura de otra maravilla escrita por Marc Fumaroli, Cuando europa hablaba francés,
editado por Acantilado y muy bien traducido por José Ramón Monreal.
El libro de Fumaroli es
interesantísimo. Hace un repaso y unas excepcionales semblanzas de los ilustres
y prominentes extranjeros en la Francia Borbónica de los siglos XVII y XVIII,
artistas, intelectuales, aristócratas. El mundo del Siglo de las Luces, de la
Razón, el tiempo de las damas salonnière, de los
philosophes, la Enciclopedia y, finalmente, la Revolución.
interesantísimo. Hace un repaso y unas excepcionales semblanzas de los ilustres
y prominentes extranjeros en la Francia Borbónica de los siglos XVII y XVIII,
artistas, intelectuales, aristócratas. El mundo del Siglo de las Luces, de la
Razón, el tiempo de las damas salonnière, de los
philosophes, la Enciclopedia y, finalmente, la Revolución.
Fumaroli, profesor
francés de conocimiento profundo, nos entretiene contando centenares de
anécdotas, de aventuras y presencias de personajes que se convierten en héroes
para el lector. Fumaroli, cuyo verbo y pluma son impecables, permite un
verdadero gozo lector cuando nos cuenta todo lo que nos cuenta, sin entrar en
el concepto intelectual que tiene, sobresaliente en sumo, y, para alguno de
nosotros, identificador, lo que siempre es un placer, poder observar que hay
gente que te ilumina en la realidad de muchas cosas y que, encima, lo explican
cómo tu no pudieras. Él, además, lo sabe todo. Lo sabe todo.
francés de conocimiento profundo, nos entretiene contando centenares de
anécdotas, de aventuras y presencias de personajes que se convierten en héroes
para el lector. Fumaroli, cuyo verbo y pluma son impecables, permite un
verdadero gozo lector cuando nos cuenta todo lo que nos cuenta, sin entrar en
el concepto intelectual que tiene, sobresaliente en sumo, y, para alguno de
nosotros, identificador, lo que siempre es un placer, poder observar que hay
gente que te ilumina en la realidad de muchas cosas y que, encima, lo explican
cómo tu no pudieras. Él, además, lo sabe todo. Lo sabe todo.
Amigo lector de estos
párrafos. Este es mi consejo. Vaya a su librería, adquiera Cuando europa hablaba francés, busque el acompañamiento musical que adjuntamos en el texto u otro, y comience la lectura de este libro, muy pocas
páginas más tarde me agradecerá la sugerencia musical y lectora que
le propongo.
párrafos. Este es mi consejo. Vaya a su librería, adquiera Cuando europa hablaba francés, busque el acompañamiento musical que adjuntamos en el texto u otro, y comience la lectura de este libro, muy pocas
páginas más tarde me agradecerá la sugerencia musical y lectora que
le propongo.
Enrique
López Viejo (Valladolid,
1958-Madrid 2016). Autor de La vida crápula de
Maurice Sachs, Pierre Dreu La Rochelle, Tres rusos muy rusos, Francisco
Iturrino, memoria y semblanza y La culpa fue de Baudelaire.
López Viejo (Valladolid,
1958-Madrid 2016). Autor de La vida crápula de
Maurice Sachs, Pierre Dreu La Rochelle, Tres rusos muy rusos, Francisco
Iturrino, memoria y semblanza y La culpa fue de Baudelaire.