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Ilustración de Gustavo Doré para «Caperucita roja» |
Alicia Digón (Buenos Aires, 1954) es una escritora distinta en el panorama actual de la literatura argentina. Por eso la traemos a «Libros, nocturnidad y alevosía». Alicia conoce bien las nuevas voces que germinan no sólo en su país, sino en el resto del continente. Partidaria de ganar la batalla al mercado y las camarillas que lo sustentan, sabe que es una tarea nada fácil pero que esta amante del cine y la literatura está dispuesta a propiciar día a día. Poeta y narradora, es autora de diversos libros y dirige la revista GuKa que auspicia la Biblioteca Nacional de Argentina. Su última novela publicada es «El Country de los milagros», (Edicioneslajuncal).
En el Country de los milagros ocurren cosas increíbles. Cuando no hay nada para llevar a la boca, la panza duele de hambre, las tripas crujen, los chicos tiemblan de frío. Es difícil imaginar que esos niños se pueden concentrar y estudiar con la panza vacía, esto es tremendo, pero es una dura realidad. El Country de los milagros de Alicia Digón fue una novela que no pude dejar de leer, me interesó y mucho. Fue una lectura veloz, que te atrapa y donde todo es actual. Esta novela tiene muchos personajes y detrás de cada uno muchas historias y secretos. Es muy fácil que el lector pueda ir imaginando las escenas a medida que continua su lectura pero sin pestañar demasiado. Es una novela filosa donde la prostitución, el poder, la droga se dan la mano. Esa sed de progresar está latente todo el tiempo, historias de mafias y narcos que se entremezclan con la marginalidad y la pobreza. En El Country de los milagros todos tienen sueños de superación para lograr estar mejor, todos especulan, se esconden, viven para otros pero también sueñan con vida propia. Poco a poco se van cerrando las historias, todo va dejando escalofriantes sensaciones, y permanezco atónita y sorprendida de saber cómo se manejan los negocios, los trabajos. El lector puede imaginar que El Country de los milagros bien puede ser una fabulosa novela de ficción. Sin embargo, Alicia Digón aclara que es realidad pura, que trabajó como psicóloga forense durante muchos años en gabinetes de escuelas primarias y otras más. Fue directora de escuelas secundarias y esto es el fruto del trabajo de veinte años en una realidad escalofriante.
Cómo surgió la idea de incorporar el ambiente de la cumbia en tu libro?
En realidad no es una incorporación casual ni caprichosa, surge de una investigación de diez años, quizá algo más. El trabajo como psicóloga en escuelas en situación de alto riesgo social. En ese ámbito tener un grupo de cumbia es la aspiración de todo adolescente. En distintos viajes pude ver que es una música de festividad y alegría. Es el deseo también en contextos de clase media de Latinoamérica. Es la festividad que derriba lo triste de la pobreza.
¿Cuánto tiempo te llevó escribirla?
Poco más de diez años. Se fue transformando y se fueron incorporando elementos nuevos.
¿Qué anécdotas podrías contar mientras el libro tomaba forma?
Esto es muy interesante porque hubo una sola anécdota que fue enseñanza. Por ejemplo no hablar de la obra mientras se está gestando. Se inspira en un suceso real acontecido en el año 2000. Un adolescente muerto por la policía en un marco no delictivo. Llamo al periodista que firma la nota para averiguar algo más, saber, conocer el hecho más profundamente y no sólo me trata mal, sino que, al tiempo sale un libro de él referido a la cumbia que, bueno me hizo dudar profundamente si editarlo o no, ¿por qué? Porque no se había escrito nada sobre cumbia que fuera resultado de un trabajo de investigación. Ocurre que estaba registrado con el título de «Cumbia villera» antes de ser el «Country de los milagros». Y di una vuelta más al tema. Así se transforma y agrega elementos que, si bien, toma como disparador el episodio de esa muerte, trata de algo más profundo: las relaciones perversas entre la nueva población de los countries (urbanizaciones) luego del neoliberalismo y sus empleados, y/o vecinos que siempre están duramente divididos por autopistas, arroyos o etcéteras que serían largos de enumerar, pero fundamentalmente por una nueva especie de feudalismo cruel y arrogante.
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Ilustración de Gustavo Doré para «Caperucita roja» |
¿Qué relación tiene este libro con los anteriores?
Es la segunda novela editada. Mi primer libro fue de poesía. La primera fue una novela destinada para adolescentes pero que, mientras la escribía no imaginaba que tenía ese público y que se tituló «Ciudad del Mar». Muy bien aceptado por docentes y alumnos de escuelas secundarias. Tuvo una primera edición de doscientos ejemplares. Luego una de mil y se distribuyó en escuelas.
Lo primero fue poesía: un primer libro edito por el desaparecido cómico Esteban Mellino en la editorial de su nombre y un segundo también de poesía con el premio Fundación Argentina para la poesía. Editorial Botella al mar, que lo presenta a solicitud de él, el escritor Isidoro Blaisten. Luego cuentos que se editan en diferentes medios del país y revistas del extranjero especialmente de los EEUU destinados a los hispanoparlantes que residen en California, específicamente en Los Ángeles. O sea la no-relación es aparente, porque comentan los entendidos que hay cierta musicalidad en la prosa, como una resonancia del lenguaje poético. En el Centro Editor de América Latina, obtiene el primer premio un libro que se edita en forma de fascículo «Los juguetes». Luego una edición de poesía, artesanal, cuyas tapas las realizo en el taller de Ana Tarsia y con dibujos de ella. «Five o clock» que no sólo se vendió aquí con el boca a boca, sino también en España. En cuentos hubo dos distinciones interesantes. El premio Municipal Ciudad de Córdoba otorgado por Abelardo Castillo, Dalmiro Sáenza y Miguel Ángel Bustos.
¿Cómo es el proceso de escritura con el que trabajás a diario?
Anárquico como yo, estuve casi veinte años sin escribir y/o escribiendo poco porque como diría un amigo: soy un ganapán, adjetivo que sirve a los dos géneros y además por razones obvias estuve un tiempo viviendo en Francia, época en la que escribí poco y leí mucho.
¿Por qué siente la necesidad de narrar un escritor?
La escritura te toma, al menos a mí.
¿Por qué surgieron los primeros textos?
Empecé a escribir desde muy chica y como una manera de conjurar la soledad y el temor al abandono. Luego a los doce años la SADE oeste me otorga un primer premio en poesía, y la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos organiza un concurso nacional y me otorgan también el primer premio también a los trece. Un gran poeta Horacio Forti, y otro enorme Hamlet Lima Quintana, junto a Osvaldo Milano Arrieta, me legitiman con su reconocimiento y consigo un trabajo como secretaria de redacción de uno de los ex intendentes de Morón, César Albistur Villegas, en una revista periódico. Estuve allí cinco años. Luego conozco al escritor Isidoro Blaisten y le debo la posterior relación con el cuento, porque me legitima en la prosa con un reconocimiento que me lleva a la narración.
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Detalle de foto de Jan Saudek |
¿Cómo ves a los nuevos escritores contemporáneos en nuestro país y el resto de Latinoamérica?
Hay excelentes poetas. No son tan nuevos, me gustan Eugenio Mandrini, Jorge Boccanera, La uruguaya Marossa di Giorgio, en fin, de los nuevitos que asoman están Leticia Martín y diametralmente opuesta a Leticia está Natalia Litvinova, que es para mi una loba de la poesía por lo que promete y por lo que da. Eduardo Espósito. María Fernanda Sánchez Barros en el Chaco ahora. Pero hay muchos más y no quiero que se enoje nadie.
¿Cuál será tu próximo libro?
Tengo una novela en concurso que trata sobre una ciberrelación, es decir de un amor que se gesta por facebook y descubre a un escritor excelente, se enamoran y colorín colorado. Si no es premiada también le bancaré su edición. Es una novela sobre redes.
Si podés, da una opinión sobre la importancia de las redes sociales en los tiempos que nos toca vivir.
Si no fuera por las redes seguirían existiendo los elefantes blancos de la escritura. Amo las redes. Paso buena parte del día en ellas, me nutro de gente de otros lugares, conozco escritores como tu caso.Mencióname algunos libros que te parece que no deben faltar en una biblioteca de un lector.
Anárquico también, Fogwill, Aira, Carver. Haroldo Conti y su agua. El uruguayo Mario Levrero. Habría muchos de esta época muchos, y también clásicos: Carson Mccullers.
Hay un chileno joven que no recuerdo el nombre que me atrae fuertemente. Muchos, hay muchos muy buenos tanto argentinos como latinoamericanos.
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