que todavía existimos los mensajeros de carne y hueso. Suena increíble porque
estamos en una época en la que el desarrollo tecnológico y científico llegó a
su cima, el mundo es uno solo, ya se extinguieron todas las culturas diferentes
a la occidental, así como todo pensamiento opuesto al capitalismo, en resumidas
cuentas asistimos al fin, a los últimos años de nuestra especie. Los documentos
impresos son una rareza, todo funciona a nivel virtual, no es esencial verse
con nadie ni trasladarse a ningún lugar, la información va por el aire, es
invisible. Sin embargo, los mensajeros seguimos existiendo. Somos bien
remunerados, trabajamos para los altos círculos de poder, nuestra misión es
siempre secreta.
extraviado)
Bordamalo García (Bogotá, 1983)
estudió Filología e Idiomas (…)
en la Universidad Nacional de Colombia. Es
traductora de inglés y alemán. También escritora y artista visual. Su primer
libro ilustrado de cuentos cortos, Perros
en el cielo, vio la luz en 2009. Acaba de publicar El jinete extraviado. La
escritora colombiana nos cuenta que su humor en los textos quedó casi intacto,
que sus viajes tienen una gran relación con sus inspiraciones de la mano de las
letras y el arte visual pero que sus libros están inundados de cosas que ve,
escuchó por ahí, historias de otros y de cosas que siente a flor de piel. Son
cuentos cortos, de lectura rápida, con una mezcla de
ficciones y realidades. El booktrailer de su último libro, sus
animaciones y todo su trabajo pueden verse en su página web www.camilabordamalo.com.
inspiración para El jinete extraviado?
seis años no publicaba un libro y sentía que era el momento de decir: aquí
estoy, sigo escribiendo. Durante esos seis años tuve el deseo de publicar otro
libro de cuentos, pero de algún modo no estaba lista ni estaba listo el libro.
Se requería una larga serie de transformaciones en mi vida para que el libro
estuviera terminado, transformaciones titánicas que me tomaron un buen tiempo.
Una larga serie de pruebas a las que casi no sobrevive mi escritura, la más
dura de ellas: el trabajo como escritora fanstasma. Fueron varias
inspiraciones, cada cuento del libro es producto de una de ellas. La
inspiración final sucedió de un modo bastante clásico: soñé la imagen de la
carátula y la recordé justo al despertar. Importé al lector automático el
archivo con la selección que ya había hecho de los cuentos y me eché en la cama
a leerlos. En ese momento entendí que el libro ya estaba listo y era el momento
de publicarlo.
el arte de hacer la realidad más interesante por medio de distintos trucos y
recursos. El jinete extraviado tiene historias de la vida real
mezcladas con ficción y es sobre la vida en general. Un mensajero
decepcionado por la calidad de su mensaje, alguien que desaparece mientras
corre, alguien a quien le roban la ropa, alguien con un trabajo raro, el máximo
jefe de una mafia, una actriz desemascarada, un usurpador, un ferroviario, un
ladrón de aguardiente, una casa calmada, un jinete extraviado…
![]() |
Camila Bordamalo |
cielo se trata de narraciones cortas, algunas de ellas rayando el
límite con lo poético. El jinete extraviado es un poco más
poético, creo. Sin querer, casi sin darme cuenta, mi escritura ha ido
acercándose a un punto en el que el límite entre la prosa y la poesía es
borroso. Pero el humor sigue estando ahí, puede que en una dosis menor que
en Perros en el cielo, pero sigue presente. He espiado a algunos
lectores y los he visto reírse.
escribía. Pero tuve que vencer muchas resistencias y al final el libro solo
adquirió forma cuando mi vida, que estaba un tanto “fuera de foco”, adquirió
forma. Los dos “cristalizaron” al mismo tiempo.
construcción de personajes?
escribir un libro de crónicas de viajes. He visto y vivido cosas increíbles
viajando, pero al escribirlas quedan como crónicas y no como cuentos. Todavía
me sobrepasan las historias de mis viajes, aún no estoy lista para convertirlas
en literatura, sospecho que lo estaré cuando dé el salto a la novela. Son
historias insólitas.
técnicas porque temo que destruyan el mágico mecanismo de la literatura.
Presiento que fallan todas. No he contado las horas que le dedico a escribir,
pero son muchas menos de las que debería dedicarle. No escribo todos los días;
cuando quiero escribir, pero no tengo ninguna historia en mente, escribo
apuntes de diario, tengo no sé cuántos diarios empezados y abandonados. Desde
hace unos años mi romance con la animación, mejor sería decir con la alquimia
visual, ha consumido buena parte de mi tiempo. Creo que todo esto
llevará a una fusión muy interesante entre la literatura y las artes visuales.
Por ahora van cada una por su lado, pero es probable que en un momento se
fusionen en un lenguaje nuevo para mí.