MARTA M. VALLS
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Amelia Pérez de Villar |
Las mujeres, o al menos eso dicen los especialistas en la materia
que, curiosamente, suelen ser hombres, somos más emocionales. Pero no les voy a
hablar de cuestiones de género sino de El
pulso de la desmesura la primera novela de Amelia Pérez de Villar, traductora del inglés y del italiano y
autora de un ensayo sobre Dickens enamorado (Fórcola 2012).
que, curiosamente, suelen ser hombres, somos más emocionales. Pero no les voy a
hablar de cuestiones de género sino de El
pulso de la desmesura la primera novela de Amelia Pérez de Villar, traductora del inglés y del italiano y
autora de un ensayo sobre Dickens enamorado (Fórcola 2012).
El pulso de la desmesura es una novela breve que cuenta
el monólogo de una mujer, Lola B., víctima del desamor
y del desinterés de su marido, aunque también se podría mencionar muchos otros
aspectos, como la soledad, el vacío o cierto tedio vital. En compensación (por
explicarlo de un modo sucinto) Lola B. construye una relación ficticia con un
presentador de televisión al que sólo ve en la pantalla. Esta personalidad
obsesiva y desamparada escribe lo que ella misma define como “un monólogo interior, un flujo
de conciencia, una sarta de reproches.”
el monólogo de una mujer, Lola B., víctima del desamor
y del desinterés de su marido, aunque también se podría mencionar muchos otros
aspectos, como la soledad, el vacío o cierto tedio vital. En compensación (por
explicarlo de un modo sucinto) Lola B. construye una relación ficticia con un
presentador de televisión al que sólo ve en la pantalla. Esta personalidad
obsesiva y desamparada escribe lo que ella misma define como “un monólogo interior, un flujo
de conciencia, una sarta de reproches.”
Como lectora me gusta la forma de esta novela, donde parece casi
un poema en prosa y las frases ocupan
una línea, a veces ni eso, otras dos o están inacabadas. Tampoco faltan las
repeticiones obsesivas que alimentan las direcciones que emprende su
pensamiento, que siempre acaba en el mismo punto por mucho o poco que se mueva de
un lado a otro. Lola B. está encerrada en un laberinto que nos atrapa con su
discurso sobre lo
que le pasa por la cabeza, lo que quiere hacer y no puede o hace a medias.
Emociones contenidas de una mujer emocional.
un poema en prosa y las frases ocupan
una línea, a veces ni eso, otras dos o están inacabadas. Tampoco faltan las
repeticiones obsesivas que alimentan las direcciones que emprende su
pensamiento, que siempre acaba en el mismo punto por mucho o poco que se mueva de
un lado a otro. Lola B. está encerrada en un laberinto que nos atrapa con su
discurso sobre lo
que le pasa por la cabeza, lo que quiere hacer y no puede o hace a medias.
Emociones contenidas de una mujer emocional.
Frente a otros monólogos femeninos que una ha leído, como Cinco
horas con Mario de Miguel Delibes, aquí se “moderniza” el fondo y la forma,
aunque sólo sea porque entre hueco y hueco de cada frase nos da tiempo a pensar
sobre todas las Lolas B. de este mundo y lo que podrían decir y completar al
discurso de la protagonista de esta novela, aunque permanezcan en silencio y
nunca se atrevan a contarlo para que no les atribuyan los mismos males de Lola
B.
horas con Mario de Miguel Delibes, aquí se “moderniza” el fondo y la forma,
aunque sólo sea porque entre hueco y hueco de cada frase nos da tiempo a pensar
sobre todas las Lolas B. de este mundo y lo que podrían decir y completar al
discurso de la protagonista de esta novela, aunque permanezcan en silencio y
nunca se atrevan a contarlo para que no les atribuyan los mismos males de Lola
B.
Por eso la historia de Lola B.
puede resultar conocida, pero aquí se cuenta de una forma distinta, sin
muchos detalles sobre su aspecto físico o el de su mundo. Amelia Pérez de Villar ha renovado la historia de esas mujeres emocionales que no
se resignan a ser ignoradas mientras buscan una solución a sus obsesiones y certezas, en
definitiva sentimientos.
puede resultar conocida, pero aquí se cuenta de una forma distinta, sin
muchos detalles sobre su aspecto físico o el de su mundo. Amelia Pérez de Villar ha renovado la historia de esas mujeres emocionales que no
se resignan a ser ignoradas mientras buscan una solución a sus obsesiones y certezas, en
definitiva sentimientos.
Hace unas semanas leí una
entrevista a una escritora, cuyo nombre no recuerdo pues apunté la frase
pero no su nombre, que se preguntaba por
qué un libro no puede ser ambicioso aunque sea corto. En el caso de Amelia Pérez
de Villar la respuesta está clara: sí.
entrevista a una escritora, cuyo nombre no recuerdo pues apunté la frase
pero no su nombre, que se preguntaba por
qué un libro no puede ser ambicioso aunque sea corto. En el caso de Amelia Pérez
de Villar la respuesta está clara: sí.