![]() |
Mijaíl Artsybashev |
rusa no se nutre solo de los grandes escritores decimonónicos que todos
conocemos, Tolstói, Dostoyevski o Turguéniev, (…)
o los tan de
moda en la actualidad, el Iván Goncharov que escribiera la divina
historia de Oblómov, o el
bueno de Mijaíl Bulgákov de la sobresaliente El maestro y Margarita. También hay muchos excelentes
desconocidos para nosotros que podemos disfrutar gracias a la audacia de
editores como los de Ardicia y su último libro publicado.
singular Mijaíl Artsybashev, un escritor que transitó los siglos XIX y
XX, me dispongo a recomendaros esta novela de preciosa lectura, novela breve
que me ha subyugado.
(Ucrania) en 1878, en el decenio “nihilista”. Tras estudiar Bellas
Artes y Dibujo, el joven se promete escribir y se traslada al San Petersburgo
revolucionario, que inmediatamente sería Petrogrado y luego Leningrado, a
trabajar como periodista independiente y consiguiendo ser un escritor de cierto
éxito. La capital zarista se mantiene como cabeza sobre la que se posa la
corona Romanov, la cabeza de un cuerpo, un Imperio obeso y enfermo.
y la agitación en las ciudades provocada por todo tipo de círculos, partidos y
bandas de todo signo, muchas terroristas, comienza a ser considerable. La
agitación se traslada al campo, a la inmensa estepa y a los territorios
ilimitados de un Imperio de muy difícil sostenibilidad. La juventud urbana “va
al pueblo”, todavía exhausto de siglos de servidumbre, recién liberados de esta
condición en el reinado de Alejandro II, apenas un par de decenios antes
al momento que referimos. Rusia se convulsiona y Mijaíl Artsybashev tiene su
perspectiva, un enorme espíritu crítico, muchas ganas de contarlo y una manera
muy especial, pues se considera extraordinariamente libre.
primera revolución de 1905, se sitúa como un periodista crítico que, retratando
los avatares revolucionarios, se considera independiente a ellos. Cuentos y
artículos con sugestivos títulos, La
mancha de sangre, Sobre la
blanca nieve o La ola humana,
narran los movimientos previos a la Gran Revolución de Octubre, y en los que
parece va manifestando un tétrico pesimismo y un absoluto anticonvencionalismo,
“un pesimismo macabro”, cierto desprecio de todo. Dicen los que le calificaron
en su día que era un escritor amoral, un autor aciago, un amargado en cuya obra
el sexo y la muerte están omnipresentes, y para colmo, no se amedrentó en
apologizar el suicidio.
principal. Las ventas de esta novela y la popularidad alcanzada fueron su gran
perjuicio, pasando de ser una promesa literaria de cierta envergadura a ser
considerado un enemigo público, su obra fue prohibida e incluso acabaría en los
tribunales en Alemania. Sanin,
publicada en 1907, se prohibió en 1910 en ambos imperios, en el ruso decadente
y en el germano militarista, por “la ofensa al pudor” que suponía la obra. La
sensualidad de sus textos era exagerada, decían.
antiguas costumbres y las nuevas convenciones comunistas, Artsybashev publicó
varias novelas, Las sombras de la
mañana o En el límite extremo,
algunas piezas para teatro, Los celos o Los salvajes. Pero, definitivamente, era un hombre contrario al
régimen marxista instalado en la nueva Rusia; su literatura fue calificada de
ofensiva, de perversa, de inmoral para todas las moralidades, convirtiéndose en
enemigo de todas las facciones. Sus escritos, considerados casi como
pornográficos, eran algo que iba en directa colisión con el “revolucionario”
jesuitismo bolchevique, y que le conduciría a ser expulsado de la recién
fundada Unión Soviética coincidiendo está proscripción con la muerte de Lenin
y sin que el camarada Trotsky se enterara de que perdían a un gran
autor, por más que se mostrase tan interesado en la cultura y las artes,
siendo, sin embargo, su gran labor la militarista, su Ejército Rojo.
la tierra de su madre, nación y reino más sufrido que ninguno entonces y
siempre, donde fundaría en Varsovia un periódico al que llamó ¡Por la Libertad! Crítico con la
deriva bolchevique, fue, como dicen las enciclopedias, “un enemigo
irreconciliable del Régimen Soviético”. Un excepcional periodista y escritor
pasaba de ser ucraniano y ruso a ser polaco muy polaco, y como tal, con el
exacerbado síndrome del deseo de libertad.
de estos exquisitos editores de Ardicia, Los millones, en
mi opinión, una novela divina. Breve, se lee en una sola sesión y en ella se
nos presenta apenas a cinco, seis personajes, y las circunstancias vitales de
los retratados en un momento crítico de sus vidas. Sus dudas, sus
controversias, sus emociones son –muy- precisamente reflejadas en el cuadro que
se presenta.
millonario, formado en la Rusia convulsa del nihilismo revolucionario y el
populismo promovido por Alexander Herzen, los desengaños de su
confundida amante, del hermano de este, de un escritor amigo. Todos confluyen
en el desprecio por el tipo de vida que tienen y las circunstancias que en lo
sentimental, social y económico sufren, justo en el momento de los grandes
cambios que sobrevenían entre el extinto zarismo y la nueva sociedad comunista.
Es, pues, un retrato de la sociedad rusa prerrevolucionaria, de las dudas
morales de los personajes en distintos órdenes. Como se ha dicho, en lo
sentimental en cuanto se da un juego perverso de amores, de la estructura
social que están viviendo, de un conflicto obrero que atenaza la situación, y
la amenaza de una economía que desinteresa al protagonista; de las trágicas
consecuencias que todo ello trae. Como muchas novelas del naturalismo
decimonónico (aunque sea una novela de comienzos del XX), es también una novela
de adulterio que culmina con el suicidio de su encantador protagonista, Fiodor
Ivánovich Mizhúyev, arrojándose al mar tras saltar por la borda haciendo un
crucero en Yalta.
desencanto y la desilusión, pero una historia encantadora de lectura perfecta.
Una historia redonda, bien sucedida en lo que se nos cuenta, y con una
literatura propia de lo mejor del naturalismo ruso, os lo aseguro.
editores que nos están haciendo soberbias entregas de autores de especial
interés, muchos desconocidos para humanos mortales como nosotros, un catálogo
sorprendente a cuyo elogio no puedo sustraerme.
casualidades. Según escribo este final del artículo, suena aleatoriamente en mi reproductor de mp3, en el que tengo seleccionadas
cientos de canciones populares, la “Canción
de los Partisanos del Amur”, canción emblemática del Ejército Rojo, aquel
ejército invasor, represor e instaurador de una de las más largas dictaduras en
la Historia, a la que pretendió combatir el autor hoy retratado en estos
páginas y cuya novela, Los Millones,
recomiendo vivamente.
hermosísima canción con la que me despido:
![]() |
Mijaíl Artsybashev |
Magnífica descripción, que invita a leer la novela, sin duda. Precioso colofón con la melodía de "Los Partisanos del amur".