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Maclovia (Emilio Fernández, 1948) |
Aunque me
cueste decirlo, a veces sospecho que la lucha más cruel y despiadada de un
exorcista es la que mantiene consigo mismo, porque de alguna manera llega a los
límites de la fe, su batalla es con la oscuridad, que se manifiesta en su
interior a través de la duda. Es una batalla de por vida que se pelea de
cuerpo, alma, corazón y espíritu. Y nunca termina. Por eso, aunque el oscuro
quiera que desista, voy a seguir escribiendo. Es necesario que lo haga.
cueste decirlo, a veces sospecho que la lucha más cruel y despiadada de un
exorcista es la que mantiene consigo mismo, porque de alguna manera llega a los
límites de la fe, su batalla es con la oscuridad, que se manifiesta en su
interior a través de la duda. Es una batalla de por vida que se pelea de
cuerpo, alma, corazón y espíritu. Y nunca termina. Por eso, aunque el oscuro
quiera que desista, voy a seguir escribiendo. Es necesario que lo haga.
(Súcubo. La
Trinidad de la antigua serpiente. Nicolás Correa)
Trinidad de la antigua serpiente. Nicolás Correa)
Nicolás Correa (Morón, Argentina, 1983) es autor de, entre otras obras, libros de
cuentos como Made in China (2007), Engranajes de
sangre (2008) o
Prisiones terrestres (2010) y
poemarios como Virgencita de los
muertos (2012). Su novela Súcubo (Editorial Wu Wei, 2013) inicia una
trilogía, La Trinidad de la antigua
serpiente, que completará con la aparición de Íncubo (2014) y de El
señor de las moscas. Como en su obra, confiesa que no entiende “vivir
sin escribir”.
cuentos como Made in China (2007), Engranajes de
sangre (2008) o
Prisiones terrestres (2010) y
poemarios como Virgencita de los
muertos (2012). Su novela Súcubo (Editorial Wu Wei, 2013) inicia una
trilogía, La Trinidad de la antigua
serpiente, que completará con la aparición de Íncubo (2014) y de El
señor de las moscas. Como en su obra, confiesa que no entiende “vivir
sin escribir”.
¿Cuál es la experiencia que
viviste al escribir una novela que combina el terror, el exorcismo, la curia y
el peronismo?
viviste al escribir una novela que combina el terror, el exorcismo, la curia y
el peronismo?
De alguna
manera, uno es inconsciente que refiere a tantas lecturas cuando enfrenta un
proceso de escritura. En mi caso, tenía una historia, un personaje, un drama y
la experiencia de cierta parte del drama. El resto es pura interpretación del
lector. Y creo que esa es una parte esencial de cualquier creación, que el
lector la complete en la lectura con sus percepciones. Jamás me propuse contar
nada relacionado con el peronismo ni los problemas de la iglesia, es decir, no
empecé planteando esos puntos. Yo quería contar mi drama con los exorcismos, lo
que había visto alguna vez y, principalmente, una historia de demonios, basada
en la fe de un tipo que comete muchos errores, un hombre lleno de
contradicciones.
manera, uno es inconsciente que refiere a tantas lecturas cuando enfrenta un
proceso de escritura. En mi caso, tenía una historia, un personaje, un drama y
la experiencia de cierta parte del drama. El resto es pura interpretación del
lector. Y creo que esa es una parte esencial de cualquier creación, que el
lector la complete en la lectura con sus percepciones. Jamás me propuse contar
nada relacionado con el peronismo ni los problemas de la iglesia, es decir, no
empecé planteando esos puntos. Yo quería contar mi drama con los exorcismos, lo
que había visto alguna vez y, principalmente, una historia de demonios, basada
en la fe de un tipo que comete muchos errores, un hombre lleno de
contradicciones.
¿Cómo nació esta
obra?
obra?
Nació cuando reconocí que la batalla entre el bien y el mal eran parte
de lo mismo, Daemon est Deus inversus,
dice H.P. Blavatsky. También me di
cuenta de que la tradición literaria argentina, en tanto terror, género que de
a poco se va sacando la inocencia de encima, no tenía exorcistas ni historias
de demonios. Me pareció que tenía que darle a la literatura argentina una
historia sobre demonios y exorcistas. Ahora ya la tiene.
de lo mismo, Daemon est Deus inversus,
dice H.P. Blavatsky. También me di
cuenta de que la tradición literaria argentina, en tanto terror, género que de
a poco se va sacando la inocencia de encima, no tenía exorcistas ni historias
de demonios. Me pareció que tenía que darle a la literatura argentina una
historia sobre demonios y exorcistas. Ahora ya la tiene.
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Nicolás Correa |
¿Cómo crees que sería de diferente
enfrentar la vida con seres demonizados fuera
del libro?
enfrentar la vida con seres demonizados fuera
del libro?
Cuando están poseídos es difícil vivir con ellos, si es que son conscientes
de la posesión. Quienes fueron poseídos aseguran que la vida cambia para ellos.
Hay que tener voluntad de ver esa realidad oculta a los ojos, que para mí es
una realidad para ser vista con otros ojos.
de la posesión. Quienes fueron poseídos aseguran que la vida cambia para ellos.
Hay que tener voluntad de ver esa realidad oculta a los ojos, que para mí es
una realidad para ser vista con otros ojos.
¿Cómo definirías
el género de tu obra?
el género de tu obra?
La historia de Súcubo está escrita desde el realismo más simple,
como tantas otras historias, pero es atravesada por el terror y el fantástico,
y eso es lo que me atrae de estos dos géneros: el poder de cortar con la
pobreza del realismo, y ampliar a su vez los límites de la realidad. El problema, como siempre, está en saber qué es lo fantástico y qué es
el terror. Es inútil ir al diccionario, yo no me molestaría en hacerlo, habrá
una definición, que será aparentemente impecable, pero una vez que la hayamos
leído, los elementos imponderables de lo fantástico y del terror, tanto en la
literatura como en la realidad, se escaparán de esa definición. Creo que, como
decía Poe, tiene que ver con un
sentimiento. Ese sentimiento de lo fantástico me acompaña desde muy pequeño;
mucho antes de comenzar a escribir, me negué a aceptar la realidad tal como
pretendían imponérmela y explicármela. Yo vi siempre el mundo de una manera
distinta, sentí siempre que entre dos cosas que parecen perfectamente
delimitadas y separadas hay intersticios por los cuales, para mí al menos se
colaba un elemento que no podía explicarse con lógica.
como tantas otras historias, pero es atravesada por el terror y el fantástico,
y eso es lo que me atrae de estos dos géneros: el poder de cortar con la
pobreza del realismo, y ampliar a su vez los límites de la realidad. El problema, como siempre, está en saber qué es lo fantástico y qué es
el terror. Es inútil ir al diccionario, yo no me molestaría en hacerlo, habrá
una definición, que será aparentemente impecable, pero una vez que la hayamos
leído, los elementos imponderables de lo fantástico y del terror, tanto en la
literatura como en la realidad, se escaparán de esa definición. Creo que, como
decía Poe, tiene que ver con un
sentimiento. Ese sentimiento de lo fantástico me acompaña desde muy pequeño;
mucho antes de comenzar a escribir, me negué a aceptar la realidad tal como
pretendían imponérmela y explicármela. Yo vi siempre el mundo de una manera
distinta, sentí siempre que entre dos cosas que parecen perfectamente
delimitadas y separadas hay intersticios por los cuales, para mí al menos se
colaba un elemento que no podía explicarse con lógica.
¿Qué
autores disfrutas más: contemporáneos o clásicos?
autores disfrutas más: contemporáneos o clásicos?
De nuestros días, muchos: uno de ellos es Fernando Montes Vera, que escribió La masacre de Reed College,
un libro infernal. Otros de los que siempre espero algo bueno son (los
argentinos) Patricio Eleisegui, Leonardo Oyola, Hernán Ronsino, Natalia
Rodríguez, Ana Ojeda, Natalia Litvinova, Emiliano Bustos, Nicolás
Prividera, Juanjo Burzi, Luciano Lamberti, Francisco Ocampo, y (el uruguayo) Gonzalo Gálvez Romano. Respecto a los clásicos, desde Dante hasta Juan José Manauta, todos tienen un poder de inalcanzable magnitud.
un libro infernal. Otros de los que siempre espero algo bueno son (los
argentinos) Patricio Eleisegui, Leonardo Oyola, Hernán Ronsino, Natalia
Rodríguez, Ana Ojeda, Natalia Litvinova, Emiliano Bustos, Nicolás
Prividera, Juanjo Burzi, Luciano Lamberti, Francisco Ocampo, y (el uruguayo) Gonzalo Gálvez Romano. Respecto a los clásicos, desde Dante hasta Juan José Manauta, todos tienen un poder de inalcanzable magnitud.
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Henry Fonda en El fugitivo (John Ford, 1947) |
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