ANDREU NAVARRA
 


Hay editoriales que son como las
buenas discográficas: uno puede comprarse el disco de turno seguro de la calidad
de lo que va a escuchar. Así es la editorial Sloper. Yo entré en ella a partir
de Los insignes, de David Pérez Vega, y luego conseguí otros títulos muy
interesantes, unidos por cierta vocación provocativa que los hermana: Hospital
cínico
, de Diego Prado, o Los niños bomba, de Bea Cantero. Así
compré Querido miedo, el último de sus lanzamientos, y el que me ha
parecido más relevante de todos ellos, con ser todos destacables.

Duro y nostálgico, ligeramente
surrealista, a medio camino entre el retrato generacional y la autobiografía
ficticia, este nuevo libro de Jesús Zomeño explora el mismo camino iniciado por
las primeras novelas de José Ángel Mañas, pero desde una escritura mucho más
decididamente poética. Pero no por eso menos contundente. La droga, las muescas
que el tiempo deja en nuestro cuerpo, las rupturas, las ausencias y fracasos,
la falta de sexo, los amigos acabados, los progenitores vegetativos, la
insoportable banalidad de la vida humana en el extrarradio de la historia, son
personajes habituales de esta obra.
Conclusiones, como las del
personaje Felipe: “No es que él pensara que la vida fuese una mierda, pero la
suya lo era”. Mostrar vidas de mierda se ha convertido en una prioridad
cultural, allí donde las selfies, los colorines, las sonrisas y
propagandas y la prosperidad económica decretada como un dogma, y que tanto
contrasta con la miseria que nos circunda, lo han hecho necesario. Parte de
nuestra narrativa señala vómitos que se hielan en nuestras aceras, allí donde
hace unos años todo eran pasarelas de moda, esperanzas inocuas, dentaduras
perfectas y sagas reconfortantes.
Jesús Domeño
El gran acierto es hacerlo con
una maestría única para las alegorías y los materiales íntimos. El autor no nos
zambulle en tópicos, no hace historia oficial, y a cambio escribe: “Por eso, al
divorciarme, dejé de cerrar los puzles. Ahora me gusta montarlos dejando las
piezas del contorno abiertas. Cuando se acaban mis recuerdos, añado los deseos
para seguir creciendo.” Los objetos, los seres, los coches desvencijados, los
puzles sin hacer, las cocinas tristes, los sofás trufados de flujos humanos,
son los materiales con que trabaja esta audaz escritura semialucinada.
Zomeño es capaz de firmar
párrafos definitivos, como este: “En la barra, junto a la bandeja de los
periódicos, un hombre desesperado cruza en un jeroglífico la palabra “amor” con
la palabra “agonía”, aunque todos lean “clamor” y “Patagonia”. Pero es que, a
renglón seguido: “Mi madre me ha preguntado hoy si soy feliz. Estábamos en el
salón viendo la tele y, de pronto, me lo ha preguntado. Parecía un reproche”, y
es que en un mundo donde el dolor o el sufrir es pecado, la hipocresía de vivir
se convierte en algo más humillante. Dos novelas recientes relacionaría con
esta escritura radicalmente visceral de Zomeño: Cicatriz, de Sara Mesa,
y Érase una vez el fin, del vándalo Pablo Rivero. También bucean en las
cloacas de nuestros barrios para extraer luz de la frustración cotidiana, para
preguntarse también sobre el sentido de alimentar amargura durante décadas, si
bien Zomeño no escribe ni como Sara Mesa ni como Pablo Rivero. Lo que señalo es
un aire general de desencanto y de alejamiento de las comodidades culturales.
El hipnótico fetichista de Cicatriz tiene que ver con el borracho
nihilista de Rivero, y también con el cronista de este registro de pérdidas que
nos regala Jesús Zomeño.
Retrato de una sociedad siempre
igual a sí misma, como un rompecabezas disgregado e impotente, falseado y
discordante. Así es la escritura del autor: deslumbrante, afilada, visual, urbana
y desgarrada. Un libro imprescindible, sin más. Que deja con ganas de otro.
200 páginas. ISBN
978-84-9 44656-2-7 14 €
Jesús Zomeño, nació en Alcaraz (Albacete) en
1964. Actualmente reside en Elche (Alicante). Ha publicado los siguientes
libros de relatos: Lengua azul (Editorial Sloper, 2008), Cerillas
mojadas
(Editorial Denes, 2012) y Piedras negras (Editorial Lengua
de Trapo, 2014), De este pan y de esta guerra (2016). También los
siguientes libros de poesía: Del eterno regreso (Malvarrosa, 1989), Diario
marroquí
(Lunara, 1991), Segundo viaje a Marruecos (La Línea de
Sombra, 1992), Diario de los nómadas (Ediciones de Nunca Acabar, 1995), El
otoño de Montparnasse
(Diarios de Helena, 1995), Un libro titulado 34
poemas
(Diarios de Helena, 2001), y Lectura de estaciones (El Árbol
Espiral / LF Ediciones, 2003). Editó la colección de poesía “Diarios de
Helena”.

Andreu
Navarra
(1981) es escritor e historiador. Doctor en
Filología Hispánica (2010), ha sido investigador contratado en la Universidad
de Barcelona y la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha publicado El
ateísmo. La aventura de pensar libremente en España
(Cátedra, 2016), El
regeneracionismo. La continuidad reformista
(Cátedra, 2015), 1914. Aliadófilos
y germanófilos en la cultura española
(Cátedra, 2014), El
anticlericalismo. ¿Una singularidad de la cultura española?
(Cátedra,
2013), La región sospechosa. La dialéctica hispanocatalana entre 1875 y 1939
(Universidad Autónoma de Barcelona, 2012), El espejo blanco (Fórcola,
2016)