Es algo que
cada una de nosotras nos preguntamos con cierta frecuencia. Hoy me cuestiono
esto y lo hago tras acabar de leer esta estupenda novela de un -para mí-
desconocido autor inglés, Leonard Merrick (1864-1939), que lleva por título LA
DAMA Y LOS LAURELES
 (…) 


y que publican los de ARDICIA en esta espléndida selección
de literatura bastante desconocida que nos van presentando mes a mes, y que con
tantísimo gusto editan. Estoy encantada con ellos, todo su catálogo son novelas
breves, muy entretenidas, y muchas especialísimas, amigos y amigas, novelas que
se leen “solas”, y yo especialmente solita, pues así como el protagonista de
esta novelita es ciego, mi novio hace sus oídos sordos a parte de lo que le cuento.

Solita y
contenta pasé la tarde de ayer leyendo LA DAMA Y LOS LAURELES, una triste
novelita divertidísima. ¿Suena raro lo de triste y divertida? Pues no. Las
mujeres somos así cuando observamos una historia como la que se nos cuenta, la
historia de un engaño, de un fraude. Yo no me engaño y al observar la historia
narrada me pregunto si yo no hubiera hecho un poco lo mismo, porque siendo
buena también soy un poco mala.

LA DAMA Y LOS
LAURELES es la historia de una ilusión, de un engaño y, a la vez, de ser una
historia amarga, es una novela feliz. No contaré su trama, pero los
protagonistas son un ciego con ínfulas de poeta y una corista que lo soporta y
lo trata bien y mal. Podrían ser personajes de Pierre Loti y, también, seres
ridículos como los de Iván Turguéniev. Pero el autor es inglés y eso le da ese
sobrio y especial sentido que la literatura británica tiene. Ese humor.
Es la historia
de un hombre bueno y un poco tonto. Ella, es una esposa que no es ni será, la
amante que tampoco, la farsante que no sabemos si busca la ruina del
protagonista o es la bondad hecha carne. ¿Es buena o es mala la dama? ¿Cómo
somos ante un caso como el que nos presenta la novela? Es una historia de las
ilusiones de un iluso, de la sagacidad de una arribista, una perversión.
¿Buenos? ¿Malos? En esta historia, la mujer no es muy diabólica, pero sí lo
suficiente. Yo no sé cómo actuaría al verme en un enredo similar al que nos
presenta la novela que se lee, exactamente, en dos horas. ¿Un cuento? El cuento
que tienen sus protagonistas en esta historia cruel.
Os la
recomiendo, una historia perfectamente vigente, un enredo en el que muchas de
nosotras pudiéramos vernos involucradas. ¿Buenas? ¿Malas?
Leonard Merrick
transitó los siglos XIX y XX con una obra extensa que fue bien valorada en su
tiempo pero que ha pasado a un cierto olvido. Habiendo vivido en Sudáfrica
ejerciendo como abogado, volvió a Londres donde trabajó como agente teatral y
actor, y, como nos informan sus actuales editores en español, convirtiéndose en
un excelente “novelista para novelistas”.