“Hay solo dos maneras
de ver la vida: una como si nada fuera un milagro y la otra como si todo fuera
milagroso” (Albert Einstein) (…)
Con esta reseña, Marc Levy, el autor de “Las cosas que no nos dijimos”, nos
introduce en la historia de Julia, una chica aparentemente normal que se
encuentra a escasos cuatro días de vivir uno de los días más importantes de su
vida: el de su boda.
Con los nervios lógicos
que acarrean este tipo de acontecimientos y en tan avanzada fecha para que se
desarrolle el evento, Julia recibe la llamada del secretario personal de su
padre, un importante hombre de negocios.
La actividad de su
padre marcará la vida de Julia definitivamente. Siempre alerta y obsesionado con
su trabajo, no se percató que su hija iba creciendo sin su atención y cariño lo
que, al cabo de los años, provocará un distanciamiento entre padre e hija que,
a ojos de la propia Julia, se torna insalvable.
Pero esa llamada no era
la típica que se producía de vez en cuando para ver si necesitaba algo o para
comunicarle que su padre se encontraría en su ciudad por unas horas. El mensaje
de la llamada trastoca ese día en el que Julia descolgó el teléfono.
Su padre había muerto. Para cualquier persona con una vida familiar más o
menos sana, la noticia supondría un severo disgusto, una pena infinita, un
vacío oscuro y profundo. Sin embargo, en Julia, la reacción a la noticia, más
allá de sentimentalismos, supone una paralización. Presa del pánico por no saber
muy bien como encajar el mensaje, simplemente se deja llevar. Al fin y al cabo,
la vida de su padre estaba perfectamente ordenada por todo el séquito que le
solía seguir y, como no podía ser de otro modo, también dispuso órdenes
concisas para el día de su entierro.
En las horas previas a
las exequias por su padre, a Julia se le remueven los cimientos. Por una parte,
siente pena, pero pena por, precisamente, no sentir lo que se supone que tiene
una hija que sentir cuando le comunican que su padre ha fallecido. Siempre se
ha sentido sola pero ni siquiera cuando ya era una realidad, la situación
difería a cuando era una niña. Y eso le corroe por dentro. Percibe una
culpabilidad que se niega a asumir y menos a pocos días de convertirse en una
mujer casada.
El entierro se
desarrolla con la frialdad que caracterizaba a la propia relación entre ambos
familiares y, sin más, se cierra ese capítulo en la vida de Julia.
Al día siguiente del
entierro, Julia recibe en su domicilio un extraño paquete de parte de su padre,
siempre muy pendiente de lo material. Una última sorpresa de su progenitor a
las que, generalmente, Julia estaba acostumbrada.
Sin embargo, en este
caso, el regalo cambiará el rumbo de la vida de Julia. A través de ese presente
que recibirá en su domicilio, Julia se embarcará en toda una aventura para la
que el autor, de manera sucinta, solicita la colaboración del lector ya que
habrá que atesorar una buena dosis de imaginación y solo de esa forma, se
logrará disfrutar de una novela que, en más de una ocasión, nos dejará con un
rictus de sorpresa. Es a raíz de esa situación tan dolorosa (la muerte de un
familiar) y tan sorpresiva (ese extraño paquete) por la que Julia se planteará
mil cosas de su vida y conocerá de verdad quien y como era su padre, un auténtico
desconocido para ella hasta entonces y con el que quedaron tantas notas en el
tintero.
Con esta novela Marc
Levy nos lleva de la mano a reflexionar, a exponer las dificultades que
aparecen en las relaciones interpersonales y de qué manera se podrían solventar
con éxito o evitar mucho antes de que aparezcan. Nos introduce la duda a través de un relato que bien podría
catalogarse de ciencia-ficción pero que lo único que pretende es que
visualicemos, desde fuera, lo egoístas o torpes que somos muchas veces con los
que tenemos más cerca, sobre todo con los que nos rodean.
La novela
garantiza la sonrisa a lo largo del relato, la ironía con la que trata la
historia el autor permite que la lectura sea amena y animada, aún tratando
dramas personales y situaciones realmente tristes pero que todos tenemos en
casa o justo enfrente, dramas que no son poco frecuentes, por desgracia.
¿Y si tuviéramos la
posibilidad de decir todo aquello que no dijimos cuando tuvimos la oportunidad?,
Marc Levy lo resuelve en una de sus novelas más solicitadas y exitosas.