Sus cuadros provocan la sensación de que sus paisajes son oníricos. La gama de colores son atrayentes y brindan a los ojos del espectador una extraña sensación de estar de un sueño laberíntico. El estilo pictórico francés se encuentra presente en sus obras, cuyos colores son antinaturales con pinceladas rabiosas. Sus obras tienen fuerza expresiva. La artista poseída por el color realiza seductores trazos de cuerpos desnudos en algunos cuadros, también temas extraídos del folklore y arte de Buenos Aires, ciudad en la que nació en 1965
P.-¿Como te iniciaste en la pintura?
R.-Empecé desde muy chica. He participado en talleres de todo tipo de expresión artística. En un principio me dediqué al dibujo solamente. Siempre cuento que a mi me gustaba mucho la fotografía. Admiraba a Raota, era mi fotógrafo preferido durante mi adolescencia. Tomaba sus fotos y las copiaba dibujándolas. Sobre todo las que él le tomaba a los caballos. Dibujaba cientos de caras de caballos. Después las empecé a colorear con acuarelas. Me gustaba hacerlo. Pero no era lo mío. Y mucho después me animé al bastidor y al óleo.
P.-¿Óleo o acrílico?
R.-Nunca utilizo acrílico a no ser que me lo soliciten y la verdad no me siento cómoda, no me libera, no deja que me exprese como yo lo quiero hacer. Por eso óleo a full. Me permite pintar con mucha carga, mucha materia y los colores tienen un brillo especial que solo se obtiene con el óleo.
P.-¿En qué se basa tu fe espiritual?
R.-Si bien soy católica y creo en Dios, más que pertenecer a una religión, tengo una filosofía de vida bien definida en la filosofía occidental. Vos dijiste fe y yo pienso, la fe sin obra está muerta, así que simplemente vivo al servicio y en servicio porque la vida es servicio. Creo en la ley de causa y efecto, el poder superior del pensamiento, el equilibrio, la evolución, y la encarnación.
P.-¿Cómo definís tu estilo?
R.-En realidad creo que mi estilo aún no esta determinado si bien se lo que quiero. Todavía me expreso de variadas formas. Yo soy autodidacta. La pintura nace en mi como una forma de expresión. Entonces como la trabajo a través de sentimientos y experiencias lo hago con el corazón y no con la razón. Es difícil cuando uno no tiene técnicas encontrar el estilo si bien hay incontables recursos que se repiten en mis cuadros (muchas veces sin querer y otras tantas no) aun así, yo no me defino en un solo estilo en su mayoría pinto abstracciones pero lo que si tengo en claro es la importancia del color. Creo en el poder de los colores, en su energía, y vibración teniendo en cuenta esto último. Rechazo la paleta de tonos naturales y utilizo los colores violentos, lo hago para crear un mayor énfasis expresivo. Alcanzo la fuerza poética gracias al fuerte colorido y con el dibujo que lo realizo con trazos muy marcados.
P.-¿Qué significado tiene en cada una de tus obras?
R.-Siempre trato de transmitir un poco lo resumido anteriormente. Esos preceptos de los que te hablé en conjunto con la importancia de los colores, para así transmitir esas sensaciones de constante despertares, de cimbronazos y sacudones para empezar el cambio. Porque de los cambios nace la evolución y hacia eso apunto con mis pinturas, más allá de que al convivir con ellas te den energía, vitalidad a través de las paletas de los colores que he usado.
P.-¿Venís de una familia de artista?
R.-De una familia que no hay artistas en la pintura, pero si es una familia de artistas en lo que a la música respecta. Por eso escuché muy buena música de variados estilos y gustos, al igual que hoy en día en casa mi hijo es pianista y compositor.
P.-Sandra Ávila ¿Que artista han influido en tu manera de trabajo y desarrollo?
Trato en lo posible de no dejarme influenciar pero siempre tomo como referentes a Miró, Xul Solar, Kandinsky y Paúl Klee.
P.-¿A qué jugabas cuando eras niño?
R.-Jugué muchísimo, me críe en dos casas con fondos, patios y galerías. Siempre tuvimos mascotas, perro, conejos, gato, gallinas, pájaros, loros, en fin esas casas con pulmón de manzana. Mucho verde, entre plantas y árboles a los que me gustaba trepar. Andaba en bicicleta, en karting y jugaba con amigos en la calle. Fui bastante movediza, bueno mucho no he cambiado. Me accidento tanto como cuando era niña, así que siempre tengo que salir corriendo al la guardia de algún hospital sobre todo en la cabeza y en la cara. Soy muy impulsiva en todo lo que hago me define lo rápido y lo fuerte.
P.-¿En que te inspiras cada vez que comienzas una obra?
R.- Como te contaba anteriormente yo me expreso a través de la pintura, entonces tiene que ver con mis momentos. Siempre termina siendo un trabajo elaborado a través de mis sentimientos, de mis circunstancias, de mi día a día.
«Si no puedo dibujarlo, entonces no lo entiendo» decía Albert Einstein y yo agrego: si no lo vives y si no lo ves, no lo transmites, con lo cual no estoy diciendo que si pintas decadencia o miseria eres un decadente o un miserable. Pero si quiero decir que si estás muy sensibilizado y puedes percibir esa cadencia, esa miseria la visualizas, y luego la plasmas en el lienzo.
P.-¿Si pudieras regresar a la vida a un artista quien elegirías?
R.-A Frida Kahlo sin duda.