El 6 de junio se cumplen 57 años del fallecimiento de Carl Gustav Jung, psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura fundamental del psicoanálisis y fundador de la escuela de psicología analítica. Parte de su obra estuvo dedicada a la actividad onírica, aunque también incursionó en diversos campos de las humanidades, como el estudio comparativo de las religiones, la filosofía, la sociología y la crítica del arte y la literatura.

El siguiente poema, dedicado a su memoria, es un humilde reconocimiento a su influencia, obra y genio.

 

 

PASIÓN POÉTICA ABANDONADA

a la memoria de Carl Gustav Jung

 

Quien mira hacia afuera sueña,

y quien mira hacia adentro despierta.

Carl Jung

Afuera es toda lluvia de fuego y azufre.

Y perros.

Y ladridos nocivos de feroz consejo,

y ladridos crepusculares de atemorizar cadáveres.

Entra a los mismísimos abismos del adentro.

Entra.

No hay perros.

Las criaturas son anónimas y miserables

como quien se encuentra y se desconoce

en un reflejo de obsidiana.

El hueco de la intemperie habita un corazón,

transmuta en carne el alarido soledoso

como si nostalgia y piel fueran un solo jirón

de un desgarro anochecido.

¿Y no han hablado de amor,

los filósofos en Siracusa y cualquiera

que enloquezca con el apasionamiento

de rosas y cardos?

Pero del desgarro acontecido y de la sangre

que vierte en silencio la tristeza,

sólo sabe la noche, la noche cuando muerde.

Si la soledad fuera un lugar

sería el reino de Dios para el incrédulo.

Pero no es un lugar, sino un ruido: sigilo.

Y si fuera una vulgar ternura dolería en los sexos,

pero duele en la médula, porque es gemido místico.

Límpiate con mi mugre, poesía adolorida.

Duérmete en mis ojos, poesía sonámbula,

mientras caminas al precipicio voraz

con las alas concebidas para caer y caer.

Afuera sólo prevalece el tiempo que no acaba,

como uróboros, como ciclo fantasmal,

siempre cayendo y siempre a punto

de seguir cayendo.

Me colmo y me sacio con el adentro

que me deja flotando con la mueca de felicidad

en la fiesta de todas las vidas.