MARTA
M. VALLS

John Cheever

Este es el diario del escritor
John Cheever (1912-1982) desde los años cuarenta del siglo pasado hasta su
muerte. En sus novelas y cuentos, por los que ganó el premio Pulitzer, Cheever
describe a la clase madia norteamericana de una época en la que un Donald Trump
resultaba impensable porque la economía iba viento en popa y el país no tenía
competidores, mas allá del telón de acero.
En estas páginas de lectura y
relectura, asistimos al largo viaje de un hombre complicado, solitario,  alcoholizado y sexual que revela todas  sus contradicciones vitales.
Un hombre que se desnuda entre
breves anotaciones y nos cuenta todo de sí mismo o casi todo, empezando por sus
debilidades que fueron muchas, lo que le acerca a nosotros en su condición
humana. Cheever enseñó lo que tendemos a esconder, bien porque refleja nuestras
inseguridades, líos amorosos, problemas familiares o sexuales con una
sinceridad que nos desarma.
Pero Cheever no hace una
sobreexposición de su biografía como el escritor noruego Karl Ove Knausgàrd y
su ciclo autobiográfico titulado Mi lucha.
En sus anotaciones, nos cuenta su
eterna lucha contra el alcohol, su relación de amor-odio con su mujer y su
devoción por sus tres hijos, en especial el último de ellos. Pero también de su
bisexualidad, a la que niega desde su catolicismo pero a la que se abandona sin
freno.
El marco de este lienzo lo pone
la luz y sus diferentes variaciones a lo largo del día, así como las sombres de
atardecer y la oscuridad de su alma. Cheever es un hombre hipersensible, lo que
no le ayuda en su vida, mientras alrededor suyo se suceden las relaciones, bien
con sus familiares, amigos y amantes que descubren, mejor que cualquier ensayo,
la profunda soledad que le rodea y que él considera consustancial a la
condición humana.
Leemos sobre objetos y personas,
fiestas, viajes, como en un  cuadro de El
Bosco con la diferencia de que Cheever siente un amor profundo por todo aquello
que representa la esencia de su vida.
De las páginas de este diario se
sale tocada y se siente una compasión 
profunda hacia Cheever. Un escritor que viajó mucho y que su recorrido
vital finaliza en un atormentado final, entre el menoscabo de sus energías de
hombre vigoroso y vitalista debido a un tumor cerebral.

Creo que no he leído un diario
tan auténtico y valiente hace tiempo y que tanto enseña sobre sosotros, los
humanos.

Marta M. Valls nació en Santander, vivió en muy variados lugares y sus pasiones son el yoga, el flamenco y la lectura. https://www.facebook.com/marta.valls.75