Una gran retrospectiva del pintor estadounidense Mark Rothko (1903-1970)  se expone a partir del 18 de octubre de 2023 en la Fundación Louis Vuitton de París y que estará hasta el 2 de abril del próximo año. En la exposición se enseñan unas 115 obras procedentes de importantes colecciones institucionales, como la National Gallery of Art de Washington, la Tate de Londres y la Phillips Collection de Washington, así como de importantes colecciones privadas internacionales, entre ellas la de la familia del artista.

Repartida por toda la Fundación, la exposición sigue un itinerario cronológico, trazando la trayectoria del artista desde sus primeras pinturas figurativas hasta la abstracción que define su obra actual.

 

 

La exposición se abre con las escenas intimistas y los paisajes urbanos -como los subterráneos neoyorquinos- que dominaron los años treinta, antes de dar paso a un repertorio inspirado en los mitos antiguos y en el surrealismo, a través del cual se expresó la dimensión trágica de la condición humana durante la guerra.

A partir de 1946, Rothko dio un giro decisivo hacia la abstracción, cuya primera fase fueron las Multiformes, en las que masas de color suspendidas tendían a equilibrarse. Poco a poco, su número disminuye y la organización espacial de su pintura evoluciona rápidamente hacia sus obras llamadas «clásicas» de los años 50, en las que las formas rectangulares se superponen en un ritmo binario o ternario, caracterizado por tonos amarillos, rojos, ocres, naranjas, pero también azules, blancos, etc. «Me hice pintor porque quería elevar la pintura al mismo nivel de intensidad que la música y la poesía», dijo el pintor.

 

 

En 1958, Rothko recibió el encargo de pintar una serie de murales para el restaurante Four Seasons diseñado por Philip Johnson para el Seagram Building, que Ludwig Mies van der Rohe supervisaba en Nueva York. Rothko acabó abandonando el encargo y se quedó con toda la serie. Once años más tarde, en 1969, el artista donó nueve de estos cuadros a la Tate Gallery, distinguiéndolos de sus predecesores por sus profundas tonalidades rojas, y creando una sala en las colecciones dedicada exclusivamente a su obra. Este grupo de pinturas se presenta excepcionalmente en la exposición.

Aunque desde finales de la década de 1950 Rothko se había decantado por los tonos más oscuros y los contrastes apagados, nunca abandonó por completo su paleta de colores vivos, como demuestran varios cuadros de 1967 y el último cuadro rojo inacabado de su estudio. Incluso la serie Negro y gris de 1969-1970 no puede dar lugar a una interpretación simplista de la obra, que asocia el negro y el gris con la depresión y el suicidio.

 

 

El cuestionamiento constante de Rothko, su voluntad de entablar un diálogo sin palabras con el espectador, su rechazo a ser considerado un «colorista», todo ello hace que esta exposición sea una oportunidad para una nueva lectura de su obra, en toda su verdadera pluralidad. (Texto de los comisarios de la exposición).

 

Comisarios:

Suzanne Pagé y Christopher Rothko. François Michaud. Ludovic Delalande, Claudia Buizza, Magdalena Gemra y Cordélia de Brosses

 

FONDATION LOUIS VUITTON

8, Avenue du Mahatma Gandhi Bois de Boulogne, 75116 Paris

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