¿Cómo nació la revista digital Hermano Cerdo? ¿Porque la elección del nombre hermano cerdo?

La revista nació en 2006 en la ciudad de México. En un principio no era propiamente digital, sino un pdf que los tres editores, Mauricio Salvador, Javier Cozzolino y Daniel Espartaco, enviábamos a una lista correo. Nos interesaba que los amigos leyeran autores y textos que nos entusiasmaban.
El nombre proviene de un libro de John Updike, Bech: A Book, pero es también un nombre con el que queríamos dejar clara nuestra actitud hacia la literatura y los escritores.
¿Qué tipo de notas, artículos han publicado?

En HC se ha publicado ficción en español e inglés de autores de España, Latinoamérica, Estados Unidos y Australia, principalmente. También se han publicado crónicas, ensayos y entrevistas a autores como Sergio De La Pava o Mark Danielewsky. También publicamos muchas traducciones, en especial de literatura estadounidense.
¿Cómo es el trabajo de selección?

En la medida de nuestras posibilidades tratamos de leer cada una de las colaboraciones que llega a nuestro correo. Nuestro consejo editorial opina y así decidimos publicar o no. Mucho del material, sin embargo, es encargado y propuesto por nuestro consejo.

 

¿Actualmente cual es la cantidad de manuscritos que reciben mensualmente o anual, ¿si están recibiendo?

A la semana podemos recibir alrededor de diez propuestas de cuento o ensayo de colaboradores lectores de nuestra revista, pero además recibimos propuestas de colaboradores constantes que ya han publicado antes con nosotros. Eso, más los textos que encargamos a determinados colaboradores. A la larga y para un equipo pequeño puede resultar una cantidad inmanejable de colaboraciones, si es que a cada una se le quiere dar una respuesta seria.
¿A que apuntan específicamente?

Nuestro objetivo es el mismo de siempre. Queremos ofrecer literatura de calidad a nuestros lectores a cambios de… nada. Y proyectar una actitud diferente hacia la literatura, sin elitismos, ni búsqueda de prebendas ni muchos menos intercambio de favores. Queremos ser unos cerdos felices.
¿Cómo está conformado el equipo de editores, correctores y sector de maquetación, diseño?

El director general es Mauricio Salvador (México) y los editores en activo son Javier Moreno (Colombia), René López Villamar (México), Jorge Salavert (España-Australia) y J.S. de Montfort (España). Adicionalmente tenemos un consejo editorial en el que nos apoyamos mucho para los contenidos. Este consejo lo integran: Stanislaus Bhör (Colombia), Javier G. Cozzolino (Argentina), Eduardo Varas (Ecuador), Cecilia Galli (Argentina), Pablo Chul (España), Violeta Entrerríos (España), María Pilar San Román, Raquel Flores, José Luis Justes Amador, Alexia Lefebvre, Julio Mestanza, Isami Romero Hoshino, Emilio Santoro, Nicolás Uribe, Daniela Demichelis, Elisa Serna-Martínez, Jorge Salavert, Begonia Mansilla, Lorena Elejalde y Agustín Delgado García.
El diseño de nuestro sitio http://www.hermanocerdo.com/es de Javier Moreno.
¿Cuáles son los autores más destacados o que sobresalen?

Hmm, hay cosas de las que nos orgullecemos, sí. Nuestra entrevista a Sergio De La Pava fue la primera entrevista que cualquier medio le haya hecho. Sergio De La Pava es el autor de una excelente novela apenas conocida: A Naked Singularity. También nos enorgullece nuestra entrevista a Mark Danielewsky. Pero sobre todo no entusiasma dar a conocer a autores poco conocidos, entre ellos cuentistas como el chileno Marcelo Mellado, o el español Matías Escalera (que publicaremos esta semana), y ofrecer traducciones de ensayos poco conocidos de escritores como Philip K Dick, Kurt Vonegutt o William Glass. En términos de «sobresaliente» pues hemos publicado cuentos de Junot Diaz, Lorrie Moore y ensayos de James Wood y Ander Monson.
¿A qué tipo de público esta digerida esta revista?

A todos, a los aficionados a la literatura, las artes marciales y el boxeo. En general a la gente que le gusta la buena escritura.
¿Qué novedades hay para el 2012?

Queremos seguir siendo los mismos chanchos de siempre.
¿Quiénes pueden publicar con Uds. o el marco de publicación es amplia?

Todos pueden publicar con nosotros. Tenemos cierta guías y esperamos que los colaboradores las cumplan. Sin embargo la guía es básica: si escribes bien y es atractivo e interesante lo que dices, entonces lo publicaremos, independientemente de si nos caes bien o no.

 

¿Qué opinión tiene de que en los últimos años cada vez más autores nuevos manifiestan la necesidad de publicar sus obras? porque creen Uds. que está sucediendo esto?

Desde siempre pero mucho más en los últimos años, los jóvenes escritores (y muchos críticos también) consideran la escritura como una carrera de jóvenes galgos en un circo de tres pistas. Hay una necesidad mediática de que siempre haya un grupo de «los mejores» y es comprensible, hasta cierto punto. Pero la literatura va más allá. A todos esos jóvenes me gustaría recordarles que Saul Bellow consideraba sus primeras novelas como novelas de aprendizaje, y estamos hablando de novelas como The Adventures of Augie March.
¿Podría decirse que para un futuro la revista puede sufrir cambios para ampliar el mercado?

Nuestra revista nunca ha tenido un mercado y por el momento los modelos de negocio para una revista «digital» de «literatura» son difusos. Cada uno de los editores tiene un trabajo y un proyecto particular. En este sentido Hermano Cerdo sirve como un lugar para mostrar estos proyectos pero nunca para ofrecer una visión única. La libertad, por ello, es lo que más valoramos como revista.
¿Qué opinión tienen de los artistas y escritores latinoamericanos emergentes?

Como en todos los oficios, hay buenos y malos y siempre los habrá. El problema es cuando los escritores jóvenes se dejan presionar por esas demandas y acceden o ansían ponerse etiquetas como «emergentes» o cualquier otra. Hay un aura de competitividad y muchos escritores jóvenes entienden el éxito como lograr reconocimiento temprano, invitaciones a festivales, premios, becas, congresos, antologías, ferias del libro y de sentirse parte de la «cultura» general gracias a listas elaboradas por un periodista ocurrente o por una reseña de un académico en Estados Unidos. Pero al final es una competitividad desgastante, que en vez de lograr una cultura que trascienda más allá del mundo literario y alcance a los lectores y los no lectores, se estanca en una «cultura» simplista, en la que cada quien ve por sí y no con generosidad hacia los demás.
Mauricio Salvador
@mauriki
hermanocerdo.com
@hermanocerdo