Sin duda la pandemia nos ha cambiado el modo de actuar y ver la vida. Todos hemos adaptado un lugar de casa para interconectarnos virtualmente, realizar nuestro trabajo y otras actividades que este confinamiento nos exige. Por eso muchas actividades han cambiado de presenciales a un modo virtual como los talleres literarios. En este caso entrevistamos a Mariana Komiseroff, narradora, directora y crítica de teatro para que nos hable de lo virtual y del taller literario que imparte. Mariana Komiseroff publicó el libro de cuentos Fósforos mojados (2014), la novela De este lado del charco (Editorial Conejos, 2015) https://wp.me/p9fWSA-vu y Una nena muy blanca (Emecé, 2019).

 

Quienes concurren al taller literario, ¿lo hacen para después publicar un libro o solo por el hecho de experimentar la actividad de escribir?

Algunos escritores con los que trabajo una obra específica en clínica de escritura individual son inéditos y otros no. Y al margen de esto yo tengo mi propio grupo de colegas con los que reviso mis producciones como Tomás Downey, Cristian Godoy, Silvina Grupo en narrativa, o Pamela Terlizzi Prina, Gonzalo Duca, Jorgelina Soulet y Gabriela Borrelli cuando escribo poesía.

En los talleres grupales generalmente se inscriben personas que todavía no publicaron y se ven motivados por una propuesta que es antiacadémica. En general disparo una consigna que parte de mi propia experiencia como lectora. Un texto que me obliga a preguntarme algo y esa pregunta la traslado a los colegas que asisten a mis talleres. Trato de compartir las lecturas o acontecimientos artísticos que me conmueven, me ponen en jaque y activan mi propia máquina de escritura.

¿Se puede escribir desde las vivencias traumáticas?

No soy psicóloga así que no tengo mucha idea de cuáles son las características del “trauma” en términos que conciernen a la salud mental y es algo que me gusta aclarar en la primera clase. La “verdad” no me interesa tanto como la verosimilitud. En teatro me interesa el posdrama donde los mecanismos de producción quedan bastante expuestos y el intérprete es su propio objeto de drama, por simplificar bastante. Algunos disparadores de los talleres literarios están basados en esa premisa.

¿Es factible escribir ficción sin basarse en historias reales?

Las historias reales son ficción. Cada “historia real” es uno de las múltiples posibilidades del discurso, una manera particular de hacer uso del lenguaje y el lenguaje es la ficción suprema. La característica “basada en hechos reales” me parece falaz y mercantil.

¿Qué tienen en común todos tus alumnos a la hora de empezar a explorar sus propias voces?

Nada. Salvo que les interesa la literatura.

¿Notas algo diferente, entre escribir antes de la pandemia y escribir durante la pandemia?

Yo me volví muy introspectiva, noto que cuando transito crisis me inclino más hacia la poesía que es el género que más en riesgo me pone. Durante la cuarentena de 2020 solo acompañé procesos de obra individuales a distancia, no coordiné talleres grupales así que respecto a la escritura de las demás personas no tengo una opinión.

 

 

 

 

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