
El Institut français en Madrid presenta la exposición del artista Baptiste Laurent, la primera muestra individual que se realiza en dicha institución.
«Welcome to the Circus», comisariada por Pablo Barrios Martínez, pone de relieve el interés del artista por renovar el orden clásico de la representación canónica de las normas en la pintura. Laurent revitaliza su pintura de origen francés con la influencia del arte español.
Baptiste Laurent mezcla elementos disonantes mediante la figuración simbólica, la versatilidad de los cánones, la gestualidad de las formas y la combinación de técnicas – dibujo, pintura y escultura ; y de colores, una constante en su obra.
Como parte de este proyecto, también se presentará el libro de artista “Les Cowboys et les Indiens” , editado por la editorial Libros de mesa, cuyas más de ochenta pequeñas obras inéditas estarán exhibidas en una de las paredes del espacio
En la sala, el montaje de la exposición incluirá tres cuadros de gran formato (4 x 3 m) sostenidos por una estructura de madera en forma de triángulo, como metáfora del tiovivo, generando una sensación de giro continúo dividiendo el espacio.
En su conjunto, la exposición crea una atmósfera teatral de excitación y placer dentro de un ambiente enrarecido que refleja los males que aquejan a la cultura y la política actuales. (Nota de prensa de la exposicion).


Baptiste Laurent
TEXTO DE SALA
“El hombre puede ser demócrata; el artista se desdobla y debe permanecer aristócrata».
– Stéphane Mallarmé
Esta exposición presenta el último proyecto artístico de Baptiste Laurent (Nantes, 1980), residente en España desde hace más de quince años, quien nos revela la tragicomedia impuesta al final de la celebracióndel orden internacional.
En la lucha interna de su proceso creativo confronta críticamente su pintura con la caza, la guerra y la identidad nacional, que aquí asumen el papel de protagonistas. Laurent revitaliza su pintura al declinar sus raíces francesas, mientras se deja influir por la pintura española, e incorpora símbolos de la Conquista, como carabelas, soldados e indígenas.
A través de la metáfora del circo, del tiovivo, los parques de atracciones y el futbol, el artista caricaturiza la sociedad del espectáculo, transformando la cultura, la política y la construcción de la identidad nacional en un carnaval.
El triunfo de las redes sociales, la frivolidad de la vida democrática y la banalización del arte y la literatura han convertido la experiencia cultural en una necesidad ineludible de diversión.
Legitima lo popular mientras busca un ideal plástico e intelectual capaz de expresar las emociones y los sentimientos humanos más elevados, en resonancia con la mitología de lo onírico. El pasado, el presente y el futuro se confunden frente al frenético desenlace de la tragedia de la guerra y la memoria colonial que rodean a Occidente.
Al vincular su obra con su infancia reinventa los mitos del lejano oeste y del buen salvaje para construir una deriva sin nombre, donde las máscaras imponen un sentimiento dramático y donde los sueños de gloria son traicionados. Laurent redimensiona los cuerpos, los animales y los objetos, dotando a las miniaturas de una grandiosidad desproporcionada y teatral.
Su desbordante imaginación -llena de asociaciones inquietantes- se construye entorno a un imaginario varonil en el que traduce su pasado individual en experiencia colectiva. La teatralidad de sus grandes cuadros lo embarca en ensoñaciones místicas y fantasmagóricas, donde expresa su lirismo en consonancia con sus inquietudes sociales.
El artista mezcla elementos disonantes, teje lazos entre su mundo íntimo y el mundo contemporáneo a través de la figuración simbólica, la versatilidad de los cánones, la pincelada ágil, líquida y sin terminar, la gestualidad de las formas, la mezcla de técnicas (dibujo, pintura y escultura), el color heredado del tapiz del Apocalipsis del s. XIV, el humor, lo grotesco y la reapropiación de cuadros míticos de la historia del arte como Vincent Van Gogh, Eugène Delacroix o Gustave Moreau.
Baptiste Laurent pinta como desea: es una necesidad vital. Su pintura transgrede el orden clásico de la representación canónica de las normas, oscilando entre la melancolía y la fiesta, al tiempo que despierta la empatía del espectador «.
Texto de Pablo Barrios Martínez, comisario de la exposición




