Foto de Oliver Dunsch

 

La postal de esta semana de Libros, nocturnidad y alevosía publica esta imagen del fotógrafo Oliver Dunsch en la que os animamos a embriagaros de lo que sea, incluso de lo que propicia las curvas de la felicidad. Igual de contentos están los dos protagonistas de la foto, cada uno por motivos diferentes y con estímulos distintos. Suponemos que la chica mantiene las curvas de su cuerpo gracias a las horas de gimnasio y el hombre la suya con litros de cerveza. Lo importante, como decía el poeta francés Charles Baudelaire, es embriagarse, de lo que sea, pero embriagarse.

 

«Hay que estar siempre ebrio. Todo se reduce a eso; es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo, que os destroza los hombros doblegándoos hacia el suelo, debéis embriagaros sin cesar. 

Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como os plazca. Pero embriagaos.

Y si alguna vez os despertáis en la escalinata de un palacio, tumbados sobre la verde hierba de una cuneta o en la lóbrega soledad de vuestro cuarto, menguada o disipada ya la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, canta o habla, preguntad qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj os contestarán: “¡Es hora de embriagarse!” Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como os plazca.»

Feliz fin de semana, queridos suscriptores lectores y amigos, y cuidemos con cariño de nuestras curvas de felicidad.