Libros por encargo 

 

Durante el mes de agosto esta revista literaria había echado el cierre por vacaciones, por lo que aproveché, coincidiendo con la parte final del libro que me traigo entre manos, para volcarme en el mismo ignorando esto que ahora, casi dos meses después, vuelvo a escribir. Porque para los que hemos vivido siempre en el serpenteante mundo de la literatura propia, la sin límites, aquella en la que escribes cuando quieres y como quieres, añadiendo, repasando, a veces lo tiras todo y luego rehaces, en la actualidad me encuentro cumpliendo un contrato, de esos con fecha de entrega, entre otro tipo de cláusulas. Uno siempre soñó con escribir, con dedicarse a esto, pero les aseguro que la perfección está en aquellos años vírgenes donde no sabía ni lo que tenía que hacer pero yo estaba completamente convencido de que aquello que me traía entre manos o sería bestseller o Pulitzer. Presentaciones ante una persona, tiradas de trescientos ejemplares que ni llegaban a reimprimirse, reseñas gracias a los amigos o a los amigos de los amigos… Seguro que saben perfectamente de qué les hablo. Pues bien, ahora me encuentro subido en la ola mediática más gigantesca de lo que va de siglo con una editorial de prestigio (La E

sfera de los libros) cuando he tocado techo a la hora de pronosticar, analizar e investigar, lo que podría situar al libro en una buena calle para la carrera que comenzará este próximo mes de diciembre. Pero bueno, que antes me queda terminarlo, que lo apruebe la editorial, y ya puestos, que ustedes también lo den por bueno. Pero como les decía: qué tiempos aquellos en los que uno escribía sin almanaque, a veces unos versos en una servilleta hacia una camarera de la que nunca supe su nombre.

 

Los periodistas Heriberto Araújo (izquierda) y Juan Pablo Cardenal (derecha)

 

Los libros escritos a cuatro manos

 

Que yo recuerde, la primera vez que leí un libro escrito al alimón, fue la saga de periodismo de investigación conformada por La silenciosa conquista china, La imparable conquista china El imperio invisible, libros que desde ya recomiendo por su fabuloso trabajo de investigación y documentación sobre China y su expansión por el mundo. Lo curioso es que los tres venían firmados por dos personas, periodistas ambas: Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araujo. Y desde la distancia me preguntaba, ¿cómo se podrán conformar una obra entre dos? ¿De qué manera se repartirán los trabajos? ¿Existen párrafos donde ambos participan? No sé, demasiadas preguntas porque jamás se me ha pasado por la cabeza participar en tan lejano, para mí, proyecto. De todas formas ni Cardenal ni Araujo fueron los únicos. De los más famosos, Jorge Luis Borges con Bioy Casares y sus Crónicas de Bustos Domecq; Terry Pratchett y Neil Gaiman y sus Buenos presagios también tuvieron su repercusión. Pero hay más. Los Huesos olvidados de Preston y Child, libro que además se convirtió en superventas tratando dos asuntos en los límites del ser humano: el crimen y el canibalismo. Incluso en los inicios de Roberto Bolaño éste se unió con Porta para escribir la muy desconocida Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce. Sea como fuere, el arte de escribir a cuatro manos no es habitual, imagino, por el ego de los escritores que nos negamos a compartir lo que creemos podríamos hacer por nosotros mismos. 

 

 

Comprar el libro

 

Escribir biografías

 

Las biografías siguen siendo un género que me fascina. Recorrer la vida de los que tienen algo que contar debería de ser lectura obligatoria. Y otro asunto: que suerte tienen los que hicieron algo en la vida gracias a escritores que acababan por enmarcarla. Yo, lejos de llegar a ser un gran hombre, voy escribiendo diarios para que quede mi día a día y para que nadie tenga que venir cuando yo ya no esté a decirme lo que hice o dejé de hacer. Entre los que se guisaron sus propias memorias, el gran Fernando Fernán Gómez y su espectacular El tiempo amarillo, auténtica obra maestra de las letras, donde se trata la guerra civil, y sobre todo, su posguerra, de manera memorable. Entre las biografías más espectaculares que he leído sin duda está Limonov, de Emmanuel Carrere. Un auténtico espectáculo, excepcionalmente escrita que incluso mejora al extraño y díscolo personaje. En el género diarístico me quedo con los Cuadernos 1957–1972 de Emil Cioran, un deleite literario que debería ser lectura obligada entre todos aquellos que quieran creer que pasan desapercibidos. 

 

 

Comprar el libro