




En un rincón sombrío de un despacho de estilo mid-century, fue tomando forma una colección peculiar y discretamente fetichista. Su protagonista: una mujer conocida solo como Florence, que aparece meticulosamente atada con esposas vintage en un archivo que supera las trescientas fotografías.
Florence aparece en estas imágenes como una diva secretarial, su sonrisa tan estudiada como el saludo de una ama de casa de los años 50 del vecino que vive al lado. Lleva en cada imagen sus conjuntos de punto grueso y zapatos negros de tacón medio. Su colección habla de una obsesión distintiva que transforma equipos policiales aparentemente mundanos en objetos de arte a través de una documentación sistemática.
La exposición Cadenas de Amor presenta este notable archivo reimaginado por el artista contemporáneo Paul Graves, él mismo un coleccionista fanático. En estos misteriosos retratos de Florence, Graves reconoció un espíritu afín, alguien que entendía que coleccionar es una filosofía de vida, una poderosa forma de moverse por el mundo.
Cada fotografía revela la magistral actuación de Florence: sus expresiones oscilan entre sonrisas cuidadosamente coreografiadas, poses neutras y momentos de descanso. No hay víctima aquí — en cambio, encontramos a una mujer que ha convertido las herramientas de restricción en instrumentos de expresión creativa. Las esposas Darby, los Cobbs Bean y los modelos Tower que documenta se convierten en algo más que meros artefactos; son accesorios en un elaborado teatro de auto-representación.
Esta exposición desafía las narrativas tradicionales sobre la colección y los coleccionistas. Yendo más allá de la noción de Baudrillard del «neurótico sin esperanza» o del estereotipo del conocedor estirado, el archivo de Florence presenta el coleccionismo como un acto de desafío creativo. En estas imágenes, la distinción entre coleccionista y coleccionado se difumina, creando un fascinante diálogo sobre el poder, la documentación y la naturaleza misma de la posesión.
La muestra ofrece un tríptico de colección: los objetos de bondage en sí mismos, la documentación sistemática de estos objetos por Florence, y finalmente, su resurrección a través de la mirada perspicaz de Graves. A través de esta presentación estratificada, somos testigos de cómo la búsqueda apasionada de la posesión — una colección — puede liberarnos. (Texto del organizador).





DECLARACIÓN CURATORIAL
Por Tess Gruenberg
FLORENCE Y SUS CADENAS
En un rincón sombrío de un despacho de estilo mid-century, fue tomando forma una colección peculiar y discretamente fetichista. Meticulosamente atada con esposas vintage, una mujer conocida solo como Florence creó un archivo fotográfico de cadenas que supera las trescientas imágenes.
En Chain of Love (Cadenas de amor), el artista contemporáneo y coleccionista Paul Graves resucita este archivo privado, no solo reconociendo en Florence un alma afín, sino también reflexionando sobre la naturaleza misma del coleccionismo.
Esposas Darby, Cobbs y Tower Bean. Florence —con la precisión de una catalogadora— inscribía los nombres de los modelos, los años y las fechas de captura en el reverso de cada fotografía. Sus expresiones oscilan entre sonrisas coreografiadas, poses neutras y una serenidad meditativa. El público contemporáneo podría tachar esto de mero fetichismo. Pero Florence, nuestra diva secretarial encadenada, fue ante todo una archivista. Una coleccionista apasionada cuya devoción por los dispositivos policiales patentados trascendía lo fetichista para convertirse en preservación histórica.
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Los seres humanos han coleccionado objetos desde el principio de los tiempos. Los filósofos llevan siglos debatiendo el porqué. A medida que el coleccionismo entra en el ámbito digital, el universo de lo coleccionable se expande exponencialmente, pero los impulsos fundamentales permanecen intactos: fetiche, nostalgia, valor de cambio y el deseo de prolongar nuestra existencia mortal. Es algo profundamente personal.
Los arquetipos del coleccionista emergen como un cuarteto solipsista:
• El Neurótico: atrapado en la adquisición compulsiva, recicla el nacimiento y la muerte en objetos.
• El Prescriptor: como una ardilla, descubre valor en rincones olvidados, ejerciendo de árbitro de futuras verdades estéticas.
• El Conocedor: curador de artefactos de antaño, impregnados de nostalgi.
• El Inversor: capitalista calculador que encuentra una carga erótica en los mercados secundarios.
En una era de hiperindividualismo y exposición panóptica, Graves descubrió un archivo creado por una mujer anónima de la que no sabemos absolutamente nada. Sesenta años después, Florence se exhibe al público: una influencer anónima de cadenas vintage, libre de toda clasificación arquetípica.
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Chain of Love presenta tres capas del acto de coleccionar. Los objetos de bondage son, en sí mismos, manifestaciones de restricción y liberación. La meticulosa documentación de Florence transforma su experiencia en un archivo fotográfico. Finalmente, Graves recontextualiza su ritual privado como arte público. Esta presentación estratificada revela la liberación que puede emerger de la posesión: cómo una colección de una mujer encadenada podría, paradójicamente, liberarnos.
A través de la fragmentación, Florence se vuelve completa, colapsando la distinción entre sujeto y objeto. Existe simultáneamente como coleccionista/coleccionada, documentadora/documentada, poseedora/poseída, encarnando tanto el rol dominante como el sumiso, amante y amada. En este sentido, Chain of Love expresa una dialéctica en la que el poder fluye en múltiples direcciones. A medida que las dinámicas de poder convencionales se disuelven en una compleja metáfora de agencia y entrega, Graves redobla la apuesta con esta exposición al plantear la pregunta: ¿Estamos encadenados a lo que amamos?
Florence vive dentro de cada uno de nosotros. Todos somos unos pequeños pervertidos encantadores; encadenados a lo que nos cautiva, anclados y liberados por nuestras pasiones más peculiares. La vida se despliega como un hermoso y absurdo ciclo de retorno al amor y la pérdida. Organizamos y reorganizamos nuestros objetos en un elaborado teatro del yo, regresando una y otra vez, con los labios pegados a ese dulce, dulcísimo sabor del metal.

SEDES DE LA EXPOSICIÓN
BAR COCK, MADRID
8 de abril – 25 de abril 2025 Calle Reina 16, Madrid
El Bar Cock es uno de los cócteles bares más emblemáticos de Madrid, conocido por su
ambiente clásico, sus interiores de madera oscura y su atmósfera discreta. Surgido a comienzos de los años veinte, este histórico local ha sido durante mucho tiempo un lugar de encuentro para
artistas, escritores y figuras culturales. El entorno íntimo proporciona un telón de fondo
perfectamente contrastado para las fotografías de archivo de Florence, realzando la
naturaleza privada-hecha-pública de la exposición.
Perpétuel Gallery, FRANKFURT
Inauguración 8 de mayo, 2025 Frankfurt
Tras su exhibición en el Bar Cock, la exposición se inaugurará en la Perpétuel Gallery en
Frankfurt, Alemania, continuando la exploración de los temas del coleccionismo, las
dinámicas de poder y la auto-representación en un nuevo contexto cultural.
SOBRE EL ARTISTA/COMISARIO
Paul Graves es un artista multidisciplinario y coleccionista cuya obra abarca la fotografía, el
cine y la dirección creativa. Comenzó su carrera estudiando bajo la tutela de Michelangelo
Pistoletto en la Academia de Bellas Artes de Viena. Conocido por mezclar la alta y la baja
cultura, Graves ha creado imágenes impactantes para marcas como Nike, Hermès y Absolut
Vodka, y ha colaborado con publicaciones como Vogue, The New York Times Magazine, Elle
y GQ.
La práctica de Graves explora la intersección entre la obsesión por los archivos, la memoria
personal y la narración cultural. En proyectos como Chain of Love, realiza historias visuales
pasadas por alto, transformando archivos olvidados en narrativas públicas evocadoras.
DETALLES DE LA EXPOSICIÓN
• Exposición en Madrid: 8 de abril – 25 de abril de 2025 en Bar Cock
• Horario en Madrid: Martes-Domingo, 16-01h
• Inauguración en Frankfurt: 8 de mayo de 2025 en la Perpétuel Gallery
• Visitas Guiadas: Todos los jueves a las 18h (Madrid)
• Charla del Comisario: 20 de abril de 2025, 18h (Madrid)


