©️ Robert Capa/Centro Internacional de Fotografía/Magnum Photos
La sala Picasso del Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge, de octubre de 2025 hasta enero del próximo año, una retrospectiva de Robert Capa, “el fotógrafo que cambió la historia del fotoperiodismo”, como se informa en su presentación. La muestra incluye más de 250 piezas originales entre fotografías, históricas publicaciones y objetos personales jamás mostrados antes en España, como su máquina de escribir Remington.
La exhibición procede de la «Golda Darty Collection» y de los archivos de la agencia Magnum Photos, considerada como la mejor y más prestigiosa agencia fotográfica del mundo. Magnum fue concebida en sus orígenes como una cooperativa de fotógrafos independientes. Fue fundada en 1947 en Nueva York, al término de la II Guerra Mundial, por el propio Capa, junto con otro grande de la fotografía, Henry Cartier-Bresson, además de George Rodger y David Chim Seymour, con quienes trabó amistad en París.
La muestra en Bellas Artes se produce cuando está próximo a cumplirse el 90 aniversario del comienzo de la Guerra Civil española, que tanto Capa como su pareja sentimental y también fotógrafa, Gerda Taro, cubrieron para prestigiosos medios internacionales de la época, como la revista Life, o las francesas Vu y Regards.
Pero… ¿quién fue Robert Capa realmente? Nada menos que un célebre pseudónimo, lo mismo que el de Gerda Taro. Fue la original treta que se inventó la joven pareja de pioneros fotoperiodistas de guerra que se conocieron en París en 1934 y comenzaron a trabajar juntos. Ambos eran de origen judío y de izquierdas, viviendo en una época convulsa de principios del siglo pasado en Europa y en un ambiente antisemita y cargado de prejuicios. Aunque ya estaban trabajando y ganando dinero en la capital francesa, las ganancias no eran suficientes, así que optaron por inventarse una identidad estadounidense para abrir más y mejores puertas profesionales. Así es como nacieron Robert Capa y Gerda Taro. El propio Capa hacía y revelaba sus propias fotos y Gerda ejercía de su agente de ventas para darle más empaque profesional al autor.
Endre Erno Friedmann (Capa), nació el 22 de octubre de 1913 en Budapest, en el seno de una acomodada familia judía, venida a menos a raíz de la depresión económica de 1929. Sus padres tenían un taller de confección, que lo perdieron a raíz de esa crisis. En sus años adolescentes, Endre conoció en Budapest a una vecina llamada Eva Besnyö, que acabaría siendo una fotógrafa conocida, y fue quien le introdujo en los entresijos de ese apasionante mundo que ya jamás abandonaría.
Por aquellos años, se instaló en Hungría un gobierno de corte fascista. El joven Endre se introduce en círculos comunistas y es detenido y con apenas 18 años es obligado a dejar el país. Se instala primero en Berlín, donde trabaja en la agencia berlinesa Dephot. Su primer trabajo fue cubrir en 1932 en Copenhague un mitin del exiliado ruso León Trostky. Sus impactantes y exclusivas fotos comenzaron a encarrilar su incipiente inicio en el fotoperiodismo.
En 1933, tras su paso efímero por Viena recala en París. Allí conoce a David Seymour, quien le encuentra trabajo en la revista Regards como reportero gráfico. Al año siguiente conoce, entre los antes mencionados, a su futura colega y pareja sentimental, Gerta Pohorylle, quien más adelante adopta el pseudónimo de Gerda Taro.
Gerta nació en Stuttgart (Alemania) el primero de agosto de 1910, también en el seno de una familia judía, pero de origen polaco. Desde jóvenes Endre y Gerta compartían separadamente en sus respectivos mundos adolescentes tres cosas: la pasión por la fotografía, ideología de izquierdas y los avatares político sociales de la época. Gerta se vio forzada a emigrar ante el cada vez más incesante acoso de los nazis a la población judía. Llegó incluso a estar en los calabozos de la recién creada Gestapo. El destino la llevó finalmente a París, donde inició con Endre una vida en común ligada a la fotografía, no sin dificultades porque en los años 30, París estaba llena de refugiados y salir adelante no era nada fácil, en parte, por la animadversión hacia los numerosos inmigrantes procedentes del Este de Europa.
Capa y Taro fueron los pioneros del fotoperiodismo moderno, los primeros corresponsales gráficos de guerra y víctimas mortales de ella. Gerda fue pionera por partida doble: la primera mujer fotoperiodista y la primera también en morir en un conflicto armado con tan solo 27 años de edad, aunque la primera periodista muerta, también en la Guerra Civil española, fue la francesa Renée Lafont (1877-1936).
Robert Capa fue un hombre resuelto, temerario y cosmopolita. En apenas dos décadas cubrió cinco conflictos. Su fama comenzó a forjarse en la cobertura de la Guerra Civil española. A ella le siguió la guerra chino-japonesa, la II Guerra Mundial (se lanzó en paracaídas para cubrir el avance aliado sobre Berlín), la primera guerra árabe-israelí y la de Indochina. Captó imágenes de la liberación de París y la creación del estado de Israel, entre otros muchos acontecimientos.
Fue el primer fotoperiodista que desembarcó en Normandía, en concreto en la tercera oleada en la playa con el nombre clave de Omaha, junto a los soldados estadounidenses. De todo su material se salvaron apenas diez míticas imágenes que, aunque borrosas y desenfocadas agregaban dramatismo y tensión a las operaciones militares. No sin cierto humor, el propio Capa publicó un libro de memorias titulado: Ligeramente desenfocado.
En sus comienzos, Capa utilizó la fotografía en blanco y negro, pero pronto fue también pionero con las fotos de color, tanto en la cobertura de la guerra, como en las imágenes costumbristas de la época. En el periodo entre guerras, Capa vivió una vida placentera en París, donde hizo relevantes amistades con personajes de la época, como Pablo Picasso, los escritores Ernest Hemingway y John Steinbeck, con quien viajó a la Unión Soviética en 1947 para ilustrar el exitoso libro Russian Journal, la vida cotidiana en la era de Stalin en la URSS. En 1945 llega a Hollywood de la mano de Ingrid Bergman, donde conoce al actor Gene Kelly y fotografía rodajes de Alfred Hitchcock y John Huston.

FRANCE. Normandy. June 6th, 1944. American troops landing on Omaha Beach, D-Day. ©️ Robert Capa/Centro Internacional de Fotografía/Magnum Photos
Capa se hizo célebre en España —y lo sigue siendo— por la imagen, no exenta de una persistente y no resuelta controversia, de un miliciano republicano en el momento de caer presuntamente abatido de un disparo en la cabeza, mientras sostiene un fusil en su mano derecha.
Algunos expertos e historiadores han insinuado que la fotografía, titulada: Muerte de un miliciano, fue un montaje o, empleando el lenguaje actual, un bulo (fake news). Al parecer fue tomada el 5 de septiembre de 1936 en la localidad de Espejo, cerca de Córdoba, donde no había combates porque el frente estaba a no menos de diez kilómetros. Tampoco queda muy claro si la foto la hizo Capa o su pareja porque el tamaño del negativo podría indicar que fue tomada con una cámara Rolleiflex 6×6 que era el modelo usado habitualmente por Gerda Taro. Capa solía utilizar cámaras con negativos de 36 mm. Dado que Capa y Taro eran fotógrafos muy compenetrados, pudieron disparar sus cámaras al mismo tiempo. Parece bastante evidente que varios milicianos posaron simulando ser alcanzados por balas enemigas. En otra foto de la misma serie, aparece un miliciano, también presuntamente abatido, a punto de yacer en el suelo sin que se aprecien rastros de sangre. Ambas imágenes tienen en común el mismo encuadre y fondo paisajístico. Esto podría reforzar la teoría del posado.
Las fotos, firmadas en cualquier caso por Capa, fueron publicadas en el número 445 del semanario Vu, en su página 1106. Venían acompañadas de un pie de foto poético (si acaso hay poesía en la guerra), que decía así:
Con las rodillas en alto, el pecho al aire, fusil en el puño. Se precipitaban por la empinada ladera cubierta de rastrojos. De repente, su vuelo se interrumpió, una bala silbó —una bala fratricida— y su canción fue engullida por la tierra nativa…
Esa misma técnica se ha venido utilizando en otros conflictos y circunstancias, de manera que puede decirse que Capa y Taro fueron también pioneros en difundir bulos o fotos trucadas.
La guerra truncó la vida de dos promesas del periodismo gráfico. Pero no fueron las balas o las bombas, las que acabaron con su prometedor futuro. En el caso de Gerda Taro fue un fatídico accidente en 1937, en plena Guerra Civil española. Murió pocas horas después de ser aplastada por un tanque republicano en la batalla de Brunete (Madrid) en plena retirada de las tropas republicanas por un ataque de la aviación golpista. Una tanqueta retrocedía por una elevación del camino, en cuyo fondo se había ocultado Gerda tras caer o abandonar el vehículo de un oficial de las Brigadas Internacionales.
La joven murió en un hospital de campaña en El Escorial. Al no llevar documentación encima, se pensó en enterrarla en una fosa común, pero pudo ser identificada a tiempo por un conocido suyo, nada menos que el poeta Rafael Alberti. Los restos de la joven Gerda fueron llevados a París y enterrados con honores republicanos en el evocador cementerio de Père-Lachaise que,con sus 80.000 tumbas en 44 hectáreas lo convierte en uno de los más visitados del mundo. Allí reposa una legión de ilustres famosos, como Fréderic Chopin, salvo su corazón que se encuentra en una urna en el lateral de la iglesia de Santa Cruz en pleno centro de Varsovia; Honoré de Balzac, Marcel Proust, Molière, Jim Morrison, Simone Signoret, Yves Montand, Claude Chabrol, Eugene Delacroix y un larguísimo etcétera de más de 150 cantantes, pintores o compositores de renombre.

VIETNAM. May 25, 1954. On the road from Namdinh to Thaibinh. One of Capa’s last pictures. ©️ Robert Capa/Centro Internacional de Fotografía/Magnum Photos
Robert Capa también fue víctima indirecta de la guerra. En 1954 viajó a regañadientes a Vietnam para cubrir la guerra en Indochina, en sustitución de otro fotógrafo que no pudo ir. El 25 de mayo de ese año, Capa y otros colegas se unieron a primera hora de la mañana a un convoy del ejército francés a 90 kilómetros al sureste de Hanoi. Estaba fotografiando el avance de las tropas por los arrozales, cerca de la localidad vietnamita de Thái Binh cuando se oyó de repente una explosión. Capa había pisado una mina antipersona. Había resultado gravemente herido y murió poco después. Llevaba colgadas al cuello dos cámaras: una Contax y una Nikon, una con película de blanco y negro y la otra en color. Fueron sus últimas fotos.
A lo largo de dos décadas, Capa dejó un legado de decenas de miles de fotos y algunas frases célebres para la posteridad, en particular destinadas a los fotógrafos: Si tus fotografías no son lo suficientemente buenas, es que no estás lo suficientemente cerca.
Sus restos reposan en el cementerio de Amawalk (Nueva York). Una lápida en el cementerio estadounidense de Normandía, lo recuerda así en francés: A Robert Capa. Fotógrafo y co-fundador de la agencia Magnum Photos. Autor de las imágenes legendarias del desembarco (1913-1954).

Las fotos de la exposición han sido hechas por el autor del artículo Enrique Merino Ramonell
Mas detalles sobre la exposición en:
https://www.circulobellasartes.com/exposiciones/robert-capa-icons/