Boualem Sansal. Foto de Joel Saget. AFP

El escritor franco-argelino, Boualem Sansal, galardonado con el premio Goncourt 2024 por su novela Houris, de 80 años y con cáncer de próstata, se encuentra encarcelado desde noviembre pasado en Argelia víctima de una persecución política relacionada con los asuntos que aborda en su obra, en particular las masacres de la década negra en Argelia y sus críticas en contra del régimen argelino, según ha informado el comité de apoyo a Boualem Sansal, presidido por Catherine Camus, que pide que se escriba las autoridades argelinas o representaciones diplomáticas pidiendo su liberación.

Boualem Sansal, detenido el 16 de noviembre en Argelia y desde entonces en prisión preventiva, fue condenado el pasado marzo a cinco años de cárcel y a una multa de 500 000 dinares (3.470 euros), por un tribunal. El régimen de Argel le acusa de haber hecho declaraciones en la un semanario francés de extrema derecha sobre la pertenencia del oeste de Argelia a Marruecos.

Boualem Sansal, procesado por atentar contra la seguridad del Estado, la integridad del territorio y la estabilidad de las instituciones, en virtud de varios artículos del Código Penal argelino, fue acusado posteriormente de otro delito, el de inteligencia con partes extranjeras, cargo que luego le fue retirado.

 

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Su detención se ha caracterizado por el silencio de las autoridades y la opacidad sobre sus condiciones de reclusión. Se han denegado las visitas consulares a las autoridades francesas. Su abogado no ha podido viajar a Argelia.

El autor fue detenido pocos meses después del cambio de postura de Francia sobre el Sáhara Occidental, y su apoyo al plan de autonomía de este territorio bajo soberanía marroquí, mientras que el Frente Polisario, apoyado por Argel, reclama la independencia de esta antigua colonia española. Desde entonces, las relaciones entre Francia y Argelia no han dejado de deteriorarse.

Boualem Sansal, en sus numerosas obras, no ha dejado de denunciar la dictadura argelina, la corrupción generalizada que reina en ese país y el fanatismo sanguinario de los islamistas.

A medida que se prolonga su detención, se convierte también en una variable de ajuste ligada a otros parámetros menos visibles, pero que complican aún más su liberación, exigida sin descanso por su comité de apoyo.

 

 

Tras su condena a cinco años de prisión firme, se creyó que se produciría rápidamente un indulto presidencial. La visita del ministro de Asuntos Exteriores francés a Argel hacía plausible esta hipótesis.

Sin embargo, estos últimos días otra lectura de la situación ha echado por tierra esta esperanza. Rehén de los jerarcas argelinos, rehén de la disputa entre Francia y Argelia, Boualem Sansal es también rehén de las luchas entre facciones que se disputan el poder en Argelia. Las informaciones que llegan al comité para su liberación de buenos conocedores de la realidad argelina se muestran escépticos sobre las posibilidades de una rápida solución.

Argelia una dictadura sin dictador. El «sistema», como lo llaman los argelinos, es poliárquico:  una tiranía que se alimenta de las luchas entre clanes y en la que el ejército desempeña desde la independencia el papel de árbitro entre las diferentes facciones.

La política argelina, cambiante, dependiente de equilibrios precarios y desequilibrios constantes, no es unívoca, sino equívoca tanto por naturaleza como por construcción. Lo que es cierto durante el día puede ser desmentido por la noche.

 

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Esta fluctuación constante, propia de este sistema híbrido, sovietizante por un lado y oriental por otro, explica en parte los últimos giros en el enfrentamiento franco-argelino, que siguen lastrando las esperanzas de liberación del escritor.

La mala situación económica, la falta de libertades, el debilitamiento geopolítico, como lo demuestran las dificultades de la diplomacia argelina en el Sahel, incluso con su aliado ruso, han propiciado que la línea dura con tintes islamistas haya impuesto de nuevo su punto de vista dentro del «sistema».

Para sus partidarios, Sansal es una moneda de cambio que les debe permitir obtener el máximo de concesiones de los franceses. En particular en materia de política de visados, instrumento indispensable para la supervivencia de los jerarcas que controlan los hilos del Estado.

 

Banderas de Francia y Argelia

 

La Asamblea Nacional francesa aprobó un texto el pasado martes, 6 de mayo, en el que se pide la «liberación inmediata» del escritor franco-argelino. El texto, sin carácter vinculante, fue aprobado por 307 votos a favor y 28 en contra. La extrema derecha, la derecha, los críticos, socialistas y ecologistas votaron a favor. La mayoría de los diputados comunistas se abstuvieron y los insumisos votaron en contra.

El texto pide la «liberación inmediata» de Boualem Sansal y que se supedite al respeto de los «compromisos internacionales en materia de derechos humanos» cualquier «cooperación reforzada» entre Argelia y Francia y, en general, Europa.

Esta resolución «no es un acto de desconfianza ni un gesto de provocación», sino «un llamamiento a la humanidad», defendió Constance Le Grip (Ensemble pour la République), ponente macronista del texto. Considerando que se ha vulnerado el «derecho a un juicio justo» del escritor franco-argelino Boualem Sansal e invocando su estado de salud —padece cáncer—, el texto exige su «liberación inmediata e incondicional». También condena «la detención en Argelia de personas consideradas presos de conciencia, en particular militantes, periodistas, blogueros o defensores de los derechos humanos».

El texto invita en particular al Gobierno, a la Comisión Europea y al Consejo Europeo a subordinar «cualquier cooperación reforzada con Argelia» a «avances concretos» en materia de Estado de derecho y «libertades fundamentales».

 

Boualem Sansal