Tumba del Papa Julio II de Miguel Ángel y que se encuentra en la iglesia di San Pietro in Vincoli en Roma

 

No hay un Papa romano desde 1958, y no hay uno italiano desde 1978, como había sido la regla durante los 455 años anteriores. Es cierto que después de los Papas polaco y alemán vino un Papa argentino cuyos antepasados ​​eran todos italianos y un Papa estadounidense con orígenes más variados, pero con algunas raíces italianas también. Sin embargo, saber italiano sigue siendo una regla implícita para ser elegido al trono papal, y el Papa mantiene una relación ancestral con la ciudad de Roma, lo que también confirma el folclore de la ciudad.

“A ogni morta de Papa”, expresión en dialecto romano que en italiano sería “a ogni morte di Papa” y en español “a cada muerte de Papa”, es, por ejemplo, un dicho típico para indicar algo que sucede muy raramente. Siete veces Primer Ministro durante un total de 2.652 días y treinta y cuatro veces Ministro de la República, el romano Giulio Andreotti fue el político con mayor número de cargos gubernamentales en la historia de la república (https://es.wikipedia.org/wiki/Giulio_Andreotti), pero al mismo tiempo también un ingenioso historiador y escritor (https://amzn.to/3FpGElD). El autor de estas notas tuvo el privilegio de poseer el prefacio de Andreotti a uno de sus libros (https://www.amazon.it/Grandi-coalizioni-Quando-funzionano-quando/dp/887493209X#).

Típico de su humor fue su respuesta cuando se le preguntó si era cierta la anécdota contada por el famoso periodista Indro Montanelli sobre cuando, siendo joven, acompañaba a la iglesia a Alcide De Gasperi, el primer primer ministro de la República Italiana: “De Gasperi hablaba con Dios. Andreotti hablaba con el cura”. “Sí, pero el cura me contestaba”. Andreotti, de hecho, dijo que, acostumbrado a ver al Papa como una persona anciana por definición, con Juan Pablo II vio en cambio la elección de una persona un año más joven que él, aunque moriría ocho años antes. Precisamente el año después de la elección de Juan Pablo II escribió un libro que tituló A ogni morte di papa. I papi che ho conosciuto. “Ae cada muerte de Papa. Los papas que he conocido” (https://amzn.to/4dtwkWx).

 

El Pontífice Leon XIV

 

Pero el dicho tiene un origen muy específico. En el Estado Pontificio, de hecho, estaba en vigor la pena de muerte, pero si el Papa moría las penas se conmutaban en signo de celebración por la elección del nuevo pontífice. En resumen, una vez condenado a muerte, ¡sólo podías salvar tu vida con la muerte del Papa! En español una expresión equivalente es “cada muerte de obispo”. El hecho de que sea ampliamente utilizado especialmente en Argentina parece indicar una derivación directa del dicho romano e italiano.

Sin embargo, “morto ‘n Papa se ne fà ‘n antro”. Del romano al italiano: “morto un Papa se ne fà un altro”. En español: “Muerto un Papa, se hace otro”. Tal como acaba de suceder ahora. En Roma es un dicho utilizado para consolarse de cualquier pérdida: desde la de una novia hasta la del trabajo. Lo recuerda también el Marqués del Grillo al Papa Pío VII en la famosa película de Monicelli (https://www.youtube.com/watch?v=ryHsLUWBeLI), cuando el Papa se encuentra en una de sus continuas escaramuzas con el noble bromista que lo lleva en la silla gestatoria de manera a menudo poco impecable (https://www.youtube.com/watch?v=10-bRMVm5lg). “Un día me vas a romper el cuello”. “¡Su Santidad, muerto un Papa, se hace siempre otro!”. Y la película termina con Pío VII haciendo instintivamente los cuernos como un gesto de exorcismo contra la mala suerte, para luego transformarlos en un gesto de bendición (https://www.youtube.com/watch?v=CAVKxmkOOz8).

“Si er Papa me donasse tutta Roma”, decía una canción tradicional romana que data del siglo XIX. “Si el Papa me diera toda Roma” (https://www.youtube.com/watch?v=FRjZO3E1Bno). En la memoria de los más de mil años en los que el Papa fue también soberano temporal de la ciudad… “Papa Sisto nun l’ha perdonata manco a Cristo” – “El Papa Sixto ni siquiera perdonó a Cristo”, se dijo de Sixto V, a partir del día en que le contaron un milagro increíble. “¡Su Santidad, una estatua de Jesús suda sangre!” “¡No me lo creo!”. “—¡Pero Su Santidad, todo el mundo lo vio!” “¡Entonces tráemelo!” “¡Mire como suda sangre!” ¿Ah, sí? ¡Tráeme un hacha!” “Pero Su Santidad…”. “¡Un hacha! ¡Lo ordeno!” Con el hacha en la mano, el Papa Sixto comenzó a dirigirse con deferencia a la sagrada imagen. “Como Cristo, te adoro.” Entonces exclamo: «¡Pero como madera, te romperé!» “Su Santidad, noooo…”.  Una vez partido, del Crucifijo roto surgió la esponja empapada de sangre empleada en la estafa. Podemos imaginar a Sixto apoyado en el hacha con satisfacción y diciendo a los presentes con una sonrisa: “¿Veis que tenía razón?”. De ahí el origen del proverbio. No hace falta decir que con un hermano así nadie se atrevía a pedir la mano de Camilla Peretti,  la hermana mayor del Papa, aunque mujer culta y encantadora. De ahí el otro conocido dicho romano sobre “la sora Camilla che tutti la vonno e nessuno la pijia”.  “Doña Camila, que todo el mundo quiere y nadie toma”. Para referirse a personas o cosas que teóricamente son codiciadas o se cree que lo son, pero que luego permanecen sin asignar.

 

El Pontífice Sixto V (1520-1590)

 

“Er papa ha dda regnà’ ppochi anni. So’ stati pochi quelli che so’ arivati a ppassà’ la ventina; e gnisuno de loro è stato bbôno a ppassà’ li 25 anni che ha regnato San Pietro. Perchè si un papa, nun sia mai detto, arivasse a ppassà’ ll’anni de San Pietro, Roma se subbisserebbe ar punto tale, da nu’ restacce in piede manco una colonna. (Tutti s’erimio cresi accusì, insinenta a Pio IX e a Leone XIII che li 25 anni de San Pietro l’hanno passati e strapassati, senza che a Roma je sii volata ’na penna; va bbè’ cche ttutto questo è ssuccesso pe’ promissione der Cèlo!)”, escribió el gran estudioso del folclore romano (https://www.romasegreta.it/roma-nella-letteratura/zanazzo-giggi/usi-costumi-e-pregiudizi-del-popolo-di-roma.html) Giggi Zanazzo (https://www.roma.com/gigi-zanazzo-il-padre-della-romanistica/). Traducido del romano : “el Papa tiene que reinar durante unos pocos años. Ha habido pocos que hayan cumplido más que veinte años; y ninguno de ellos fue capaz de haber vivido más allá de los 25 años que reinó San Pedro. Porque si un Papa, Dios no lo quiera, viviera más allá de los años de San Pedro, Roma se hundiría hasta tal punto que no quedaría ni una sola columna en pie. (Todos lo creíamos hasta Pío IX y León XIII, que han vivido más allá de los 25 años de San Pedro, sin que Roma haya perdido una sola pluma; bueno, ¡todo esto sucedió gracias al permiso del cielo!)”.

 “Cosa fa er Papa? Eh, ttrinca, fa la nanna,/ Taffia, pijja er caffè, sta a la finestra,/ Se svaria, se scrapiccia, se scapestra,/ E ttiè Rroma pe’ ccammera-locanna”, era un soneto (https://it.wikisource.org/wiki/Cosa_fa_er_Papa%3F) de Giuseppe Gioachino Belli (https://librosnocturnidadyalevosia.com/marazico-er-mestiere-der-poeta-el-oficio-del-poeta-romanesco/). “¿Qué hace el Papa? Eh, bebe, se acuesta,/ come, toma café, se asoma a la ventana,/ se divierte, se saca caprichos, la pasa bien/ deambula, se rasca, vagabundea,/ y tiene Roma como habitación de hotel”.

Directamente en latín se dice “Habemus Papam”. Frase que anuncia la elección del nuevo Pontífice,  que hoy suele utilizarse para comunicar la concreción de algo muy esperado o para dar una buena noticia. Está también vinculada a la experiencia del Cónclave la expresión “chi entra in Conclave Papa ne esce cardinale”.  “Quien entra en el Cónclave como Papa sale como cardenal”.

 

Procesión en Roma en 1835 del Papa Gregorio XVI (1765 – 1846)

 

Más sutil es el uso de “papale papale”, papal papal: una locución que se inspira en la franqueza y sinceridad tradicionalmente atribuida a las palabras de los Pontífices. Se utiliza para indicar que algo se dice de forma clara, directa y sin rodeos. Menos frecuente, pero igualmente ligada al Vaticano, es la expresión “naso da Papa”. “nariz de Papa”:  describe a una persona con gran olfato o intuición, capaz de leer entre líneas y desenvolverse hábilmente en contextos sociales o políticos diversos.

 Los casi dos mil años de historia de la Iglesia católica también han inspirado pasajes literarios, como el de Maquiavelo, quien en una carta a Francesco Vettori introdujo el concepto de “domandare se il Papa è in casa”. “Preguntar si el Papa está en casa”, dando por entendido lo obvio.   Al poeta toscano Giuseppe Battista Fagiuoli se le atribuye el refrán  “uscire dalla Borsa de’ Papi”. “Salir de la Bolsa de los Papas”, con el que se alude a casarse, convertirse en marido y, por tanto, ya no ser “elegible” como Pontífice.

Más sarcástica es la frase “quando si elegge un Papa i Diavoli non sono a casa loro”. “Cuando se elige un Papa, los diablos no están en casa”. Sugiere que los demonios —entendidos como fuerzas externas o sentimientos de egoísmo, avaricia o corrupción— están activos y tratan de interferir en la elección del nuevo Papa.

 

Cónclave de 1903 para elegir al sucesor de León XIII