Es este un libro delicioso para los amantes de los crucigramas, criptogramas, anagramas, monovocalismos y otros juegos de lógica, incluso el tangram, categoría de puzzle donde se componen modelos ya dados. Es este, además, un libro que debe leerse con un lapicero en mano y goma de borrar, a no ser que se considere usted un superdotado y escriba con tinta de bolígrafo o pluma fuente o roller ball porque  sustituirlo por otro ejemplar puede salirle un poco caro, como juego, también cerillas porque hay algunos juegos donde estos palotes susceptibles de encenderse son imprescindibles.  En realidad, Jeux, publicado hace dos meses no es un libro inédito del gran Perec, ese parisino melancólico de origen judío que escribió una novela fascinante que deja Finnegans Wake como algo susceptible de ser fácilmente entendible, La vida, instrucciones de uso, cuya estructura corresponde al bicuadrado latino ortogonal de orden 10, como si hiciese realidad los postulados perteneciente al OULIPO, esa confraternización fundada por Raymond Queneau y François Le Lyonnais en 1960 y al que posteriormente se unieron el propio Perec e Italo Calvino. Es más, este libro tiene el peligro de dejar a un lado ese aspecto melancólico que para Perec tenían estos juegos, porque se basaba en desapariciones, en ruinas, en la constante apelación a la memoria: “tales lugares no existen ya y porque no existen ese espacio se convierte en pregunta” y primar el lado lúdico, aunque en puridad no se me ocurre  de qué manera, tal es el poder demiúrgico que tiene el entrar en los juegos propuestos.

 

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El libro reúne tres libritos publicados en las ediciones Zulma: Perec/rinations y Jeux intéressants, seguido de Nouveaux jeux intéressants publicados en 1997 y 1998 e inencontrables y aunque Perec en toda su obra apele al rompecabezas como motor de su escritura, ya nos referimos a La vida… pero vale igualmente para los demás, desde W o recuerdo de infancia, Las cosas o Un hombre que duerme, estos libros resaltan aspectos más divertidos y fáciles que los empleados en sus novelas, de hecho publicó un libro de Crucigramas en Mazarine en 1979 y colaboró con los juegos que se le ocurrían en periódicos y revistas que fueron publicados en los años noventa.

 Jeux ha sido preparado por el gran especialista de Perec, Bernard Magné y por el cómplice de los juegos propuestos por Perec, el oulipiano Jacques Bens, que le ayudó en su obra 53 días y participó en Jeune Afrique y Jeune Afrique Economie, donde toman el continente africano como tema principal. En el libro las letras y las palabras dominan sobre los demás: acrósticos, mensajes codificados, anagramas, proverbios escondidos, que lo único que hace es mostrar que en Perec el escritor dominaba al matemático. Por eso creo que de estos tres libritos, el más interesante es Perec/rinations, donde mezcla juegos y lugares, especialmente parisinos, recorriéndose los barrios uno por uno. Ni que decir tiene que hay que tener cierta erudición para dar cuenta de la cosa: “Todo jugador de Monopoly sabe que existe una Avenida Mozart. Pero la mayor parte del tiempo, los músicos no han sido bien tratados en la ciudad de París. Algunos compositores han caído prácticamente en el olvido, como Monsigny o Víctor Massé, pero tienen derecho a una calle: pero si Schubert, Paganini y Reynaldo Hahn, han servido para bautizar a tres callejuelas cerca de la Puerta de Montreuil , y Jean- Sébastien Bach una arteria aún más minúscula al final del XIII arrondissement, músicos tan célebres como Haydn,Wagner, Haendel o Scarlatti han sido olvidados.

 

 

¿En la lista siguiente podría usted decirnos que tres compositores no tienen calle en París?

  1. Beethoven
  2. Brahms
  3. Cherubini
  4. Chopin
  5. Debussy
  6. Mahler
  7. Mendelssohn
  8. Pergolesi
  9. Schumann”

Este modo de crear de nuevo el espacio parisino da al traste con la aprehensión de la misma del modo cotidiano y, desde luego, del turístico. Son 69 juegos dedicados a París de los cuales hay 21 crucigramas, uno por cada barrio y por el Metro.

Cabría preguntarse si estos Jeux atañen a la literatura de Perec en el mismo sentido que sus otros libros ya que en Jeux no existe la parte emocional y sensible que nos dan sus otros libros.

Curioso, son puro Perec pero con un poquito menos de corazón.

 

Georges Perec