L’ avvocato e il banchiere. Dal premier per caso al «whatever it takes» es il titulo de este libro que se ha publicado el pasado 18 febrero https://cutt.ly/ClfEsA0. “El abogado y el banquero. Desde el primer ministro por casualidad hasta al «whataver it takes»» nos explica de una forma entretenida la siempre enrevesada y apasionante política italiana, en este caso de estos últimos tiempos. Los autores son Sergio Luciano y nuestro colaborador Maurizio Stefanini que escribe a continuación sobre el libro.
El abogado y “premier por casualidad” es Giuseppe Conte. Un exitoso abogado y catedrático de derecho, pero absolutamente desconocido para el público en general, a quien el partido populista de las Cinco Estrellas designó como jefe de Gobierno tras convertirse en el primer partido en las últimas elecciones. Sin haber sido elegido ni candidato en sus listas. El «banquero» es Mario Draghi. Un personaje muy conocido que fue presidente del Banco Central Europeo de 2011 a 2019, después de haber sido entre 1985 y 1990 director ejecutivo del Banco Mundial; entre 2002 y 2006 vicepresidente para Europa de Goldman Sachs, cuarto Banco de inversión del mundo. Desde enero de 2006 hasta octubre de 2011 ocupó el cargo de gobernador del Banco de Italia. “Whataver it takes”, “Cueste lo que cueste” fue precisamente la frase que pronunció cuando declaró que haría todo lo que fuera necesario para salvar el euro cuando fue golpeado por la crisis económica del 2008.
El pasado 13 de febrero de 2021 Draghi se convirtió en jefe del Gobierno italiano en lugar de Conte. El libro narra sus “vidas paralelas”, un poco al estilo de Plutarco. Pero al mismo tiempo es también la historia de un estado de emergencia que comenzó cuando en 2018 las elecciones sancionaron que los dos primeros partidos italianos eran dos fuerzas populistas que recogían la protesta contra la «eurocracia» y los partidos tradicionales: por un lado las Cinco Estrellas, por el otro, la Liga.
Un poco paradójicamente, los de Cinco Estrellas habían encabezado una protesta contra los «tecnócratas», pero para apoyar a su vez un equipo de gobierno formado por técnicos. Conte, en particular, habría sido señalado para ocupar el ministerio encargado de reformar la administración pública. De hecho, no tenía simpatía por las Cinco Estrellas. Pero un líder de las Cinco Estrellas en Florencia, que luego se convirtió en Ministro de Justicia, era Alfonsio Bonafede. Un abogado que había hecho su tesis con él y con quien había colaborado con él incluso más tarde. Conte fue señalado por Bonafede como «cercano» al partido.

Yara Nardi. Giuseppe Conte
Dentro de las muchas casuísticas de esta historia, Conte, frente a los negacionistas de la eficacia de las vacunas, defendió en un tribunal a dos padres que habían buscado para su hija una curación alternativa. La niña murió más tarde y los padres denunciaron al autor de la falsa curación que fue condenado por la Justicia. Las paradojas abundan si pensamos que, como jefe de Gobierno durante la pandemia de Covid, Conte tendrá que intentar traer las vacunas a Italia lo antes posible, enfrentándose también al obstruccionismo de los negacionistas.
Pero después de las elecciones resultó que no era posible otra mayoría que no fuese entre las Cinco Estrellas y la Liga. No es exactamente como si en España estuvieran intentando hacer un gobierno entre Podemos y Vox, pero casi. Como posible ministro de la reforma burocrática, Conte fue designado como quien podría haber actuado como garante de esta extraña alianza, como presidente del Consejo por encima de los partidos. Como era de esperar, al cabo de un año los dos socios estaban en desacuerdo, después de haber lidiado con una serie de cosas. Y terminó con un cambio espectacular, con la Liga enviada a la oposición y una nueva coalición entre los de Cinco Estrellas y el Partido Demócrata. Ese mismo Partido Demócrata que el Cinco Estrellas había cubierto de insultos, llamándolo partido de los criminales y prometiendo que nunca llegarían a un entendimiento con ellos.
El gobierno amarillo-verde pasó así al gobierno amarillo-rojo, según la terminología italiana. Pero siempre con Conte como primer ministro. Inmediatamente después de la formación del nuevo gobierno, el exprimer ministro y exlíder del Partido Demócrata Matteo Renzi, odiado por el Cinco Estrellas, abandonó el Partido Demócrata, fundando un nuevo partido centrista. Pero este partido también se mantuvo en la coalición, junto con un partido menor de izquierda que es socio de Podemos en el Parlamento Europeo.
Guy Verhofstadt, ex primer ministro de Bélgica y líder del grupo de los liberales en el Parlamento Europeo, hablando en italiano, que conoce bastante bien, había definido a Conte como «un títere» durante su primer gobierno. Después de la transición de la coalición amarillo-verde a la amarilla-roja, muchos observadores tuvieron la impresión de que Conte era un titiritero más que un títere.

Un dragón alado y escupefuego, dibujo de Friedrich Justin Bertuch, 1806.
Sin embargo, cuando la crisis de la pandemia de Covid 19 golpeá a Italia con fuerza, el “primer ministro por casualidad” comenzó a adoptar el lenguaje y los modales de los grandes jefes de gobierno enfrentados con emergencias bélicas del pasado. «Estemos separados hoy para abrazarnos con más calor, para correr más rápido mañana. Todos juntos lo conseguiremos”, fue un su discurso que fue comparado sea con el “No tengo nada que ofrecer más que sangre, fatiga, lágrimas y sudor” de Winston Churchill en 1940 mientras Hitler intentaba el asalto a Inglaterra. Sin embargo, la acción de gobierno de Conte durante la pandemia fue muy elogiado, también por la prensa internacional. Empezando por el New York Times y El País, que hablaron de un “modelo italiano”.
Lamentablemente, como en el resto de Europa, también llegó a Italia una segunda oleada que puso en crisis este “modelo italiano”, y también la imagen de Conte. Además, la coalición comenzó a luchar entre si, hasta que Renzi provocó una crisis. En un momento pareció que con un nuevo acuerdo podría conducir a un tercer gobierno de Conte. Pero al final se demostró que no era así y fue Draghi el llamado a intentar formar gobierno.Para muchos, es el único salvador posible de la patria. Para otros, es la máxima esencia de esa tecnocracia señalada por los populistas como el gran enemigo. El caso es que, sin embargo, Draghi ha realizado el milagro de armar una coalición amarillo-rojo-verde en la que además del Cinco Estrellas, el Partido Demócrata, la Liga, el partido de Renzi y el Partido de la Izquierda, también está Forza Italia de Berlusconi. Sería como si en España se construyera un gobierno Psoe-Pp-Podemos-Ciudadanos-Vox. Prácticamente están fuera solo el partido de derechas Fratelli d’Italia y uno ex-Cinco Estrellas. Pero si quisieran, podrían haberse quedado dentro también ellos.
Además de afrontar la pandemia y reconstruir el país, esta coalición también tiene el claro objetivo de acabar con la demonización mutua entre las fuerzas políticas que tanto ha envenenado la vida política italiana. Siendo todos aliados de todos, en el futuro debería ser difícil volver a demonizarse unos a otros.
El apellido de Mario Draghi en italiano significa «hijo del dragón». La «-i» final en los apellidos italianos proviene de un genitivo latino con sentido patronómico, correspondiente a la -ez final o -es en español (para lo cual, por ejemplo, el apellido Marquéz correspondería exactamente a Marchi). El apellido de Giuseppe Conte corresponde en cambio a «Conde»: presumiblemente derivado de un apodo dado a alguien que se hizo pasar por aristócrata. Al jugar con este significado en el primer capítulo de este libro, se explica que “Draghi evoca algo que la enciclopedia Treccani aclara demasiado bien: en sentido figurado y argot, ser un dragón se refiere a una persona que tiene habilidades excepcionales’. Mientras que, para permanecer en el juego del nomen, Giuseppe Conte deriva el apellido del francés antiguo y provenzal, donde Conte significa ‘compañero de viaje’. Y tal fue el papel del abogado que llegó a ser Primer Ministro: nos acompañó durante la pandemia del Infierno pero, como Virgilio, no pudo ir más allá del Purgatorio”.