La silueta en el espejo: Mario Vargas Llosa retratado por Mordzinski en Lima, en el 2014
El autor, en el prólogo que sirve de explicación a los distintos enfoques de los perfiles de escritores de que consta el libro, es consciente de la dificultad que entraña una definición clara de lo que se entiende por perfil: “ El perfil es algo muy debatido en la teoría de los géneros periodísticos. Se describe en primer lugar por negación: no es ni una entrevista, ni una crónica ni un reportaje. Si nos ajustamos a mínimos, podemos estipular que se trata de un texto en tercera persona de un periodista sobre un personaje. Pero a partir de aquí empieza el debate sobre si resulta imprescindible el contacto directo entre ambos, periodista y personaje, si el perfil ha de ofrecer o no declaraciones; hasta que punto debe plasmar de modo general la personalidad del retratado…” Lo que, por otra parte, lo diferencia del retrato, enraizado de manera brillante en nuestra tradición literaria, baste citar los Retratos contemporáneos, de Ramón Gómez de la Serna, aparte de los esbozos de muchos personajes que aparecen en los dos libros sobre Pombo, esbozos que lo acercarían más a lo que en este libro se entiende por perfil; desde luego Españoles de tres mundos, de Juan Ramón Jiménez u Hombres en su siglo, de Octavio Paz.
De ahí el cariz en cierta manera novedoso de estos perfiles de Sergio Vila-Sanjuán (Barcelona, 1957), hijo del periodista José Luís Vila Sanjuán, periodista él mismo, desde 1987 trabaja en La Vanguardia donde actualmente dirige el suplemento Cultura/s, escritor, en 2013 ganó el Premio Nadal con Estaba en el aire, que es un homenaje a la Barcelona de los sesenta, Vargas Llosa sube al escenario… , donde reúne escritos, la mayoría de ellos realizados para Cultura/s, de los últimos diez años, caracterizados por ese devenir de perfiles y que lo diferencian de otros volúmenes que Vila-Sanjuán publicó en su momento y que recogía su labor como periodista cultural, Crónicas culturales, donde el lector podría encontrarse textos sobre Salvador Espriu, Salvador Dalí, John Irving, Octavio Paz, Isaiah Berlin, y La cultura y la vida, donde, en unos textos más largos que los del libro anterior, Vila-Sanjuán daba cuenta de un recorrido por el Bucarest de Mircea Eliade, sus encuentros con José Donoso o, en otro ámbito, una evocación de la Barcelona de la gauche divine simbolizada en la calle Tuset…

Sergio Vila-Sanjuán. Foto de Àlex Garcia
Estos perfiles de literatura y arte son resultado de una relación entre el autor y el perfilado, una relación que tiende un abanico de posibilidades limitado casi siempre a las comidas de prensa, presentaciones o congresos… salvo dos de ellos que tienen que ver con la fascinación de Vila-Sanjuán por la lectura de sus obras: Henry James, donde destaca una exposición que trata sobre la relación del autor de Retrato de una dama con los pintores de su tiempo y, Jeeves y Berty Booster, dos personajes ficticios de las novelas de Wodehouse que conocieron cierto éxito en la pequeña pantalla al ser los protagonistas de una serie de TV, Jeeves y Booster que interpretaron Hugh Laurie y Stephen Fry.
Ordenados alfabéticamente, el volumen se abre con una descripción larga y ajustada de Margaret Atwood que podría servir de modo idóneo a lo que aquí se entiende por perfil, esto es, un documental y una conversación que da como resultado un retrato fiel de la obra de la escritora y de sus intenciones… y finaliza con una visita a una exposición en el Whitney Museum de Nueva York del pintor Andrew Wyeth que le sirve para reivindicar de modo discreto, eso siempre, ese figurativismo que, con la excusa de ser obsoleto, es preterido a favor de ciertas prácticas dudosas: desde la muy justificada reivindicación de un escritor y una obra, José Abello y sus Jugadores de billar a el día en que,a instancias del propio Vila-Sanjuán, Vargas Llosa, junto a Aitana Sánchez Gijón, estrena obra de teatro en el Romea de Barcelona sobre textos de autores de los que se había ocupado en La verdad de las mentiras; desde una evocación generosa de Antón Castro y lo que Vila-Sanjuán llama “El clan de Zaragoza”, José Luís Melero, Cristina Grande, Manuel Vilas, Daniel Gascón, Paco Goyanes, a una crónica excelente de la estancia en Barcelona, junto a El Hortelano, de Bárbara Allende Gil de Biedma, “Ouka Lele”, donde se evoca sus trabajos en Star y Ajoblanco y su primera exposición en la sala Spectrum Canon de la calle Balmes; de un retrato del periodista Juan Cruz a una divertida crónica sobre Javier Tomeo y Pepus Vila Sanjuán, primo de Sergio, trabajando juntos en la serie televisiva El hombre por dentro y otras catástrofes; de Oriana Fallaci y sus colaboraciones en Gaceta ilustrada a una nostálgica evocación del rodaje en la Costa Brava de Pandora y el holandés errante, donde surgió la legendaria y escandalosa relación de Ava Gardner con Mario Cabré, que es la crónica de una fascinación generacional, nos atacó a todos, por las aventuras de la estancia española de la actriz norteamericana y que Vila Sanjuán, al igual que todos nosotros, se muestra subyugado como si tratara con un relato mítico de otros tiempos pues el autor, al igual que todos nosotros, o no habíamos nacido o estábamos aún con el Pelargón.
No doy cuenta de la mayoría de estos perfiles, Carme Riera, Ricardo Bofill, Miquel Barceló, Javier Cercas, Joan Ponç, José Donoso, Jaume Vallcorba… porque no viene al caso en este tipo de reseñas y me conformo con despertar con lo escrito el interés ante un libro que es, ante todo, una buena antología del buen periodismo cultural… No es para menos.
https://www.todostuslibros.com/libros/vargas-llosa-sube-al-escenario_978-84-18604-20-1