Marcel Duchamp
Estas biografías sobre Marcel Duchamp y John Keats se han publicado en Estados Unidos esta primavera. La de Duchamp se centra en la gente qué trató cuando se marchó a Nueva York, en 1915, para alejarse del París de la primera Guerra Mundial. «Spellbound by Marcel. Duchamp, Love, and Art” está escrita por Ruth Brandon. La otra biografía es sobre el poeta John Keats. KEATS: Una breve vida en nueve poemas y un epitafio , de la especialista en el siglo XIX, Lucasta Miller.
Cuando vuelve a Nueva York, Duchamp ya era conocido e incluso había realizado una exposición años antes en la ciudad, por lo que la vanguardia local lo tenía por sumo sacerdote debido a ser el más adelantado y moderno de la ciudad. Gracias a ello, logró numerosas ayudas y la gente del mundo artístico y mecenas le invitaban a sus celebraciones y festejos. En 1917 formó parte de la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York, y llevaron a cabo la exposición más numerosa realizada hasta ese momento en la ciudad, con 2.125 obras de 1.200 artistas. Duchamp mandó su conocido urinario, titulado “Fuente”, y firmado como R. Mutt, pero no fue aceptado.
En uno de estos ágapes conoció a Henri-Pierre Roché, el autor de la novela «Jules et Jim», que muchos años después François Truffaut las llevó al cine y popularizó en 1962. El trío protagonista en la vida real estaba formado por Duchamp, Roché y Beatriz Wood.
Roché se enamoró de Duchamp y su amiga Beatriz pasó a ser la amante de Roché a la de Duchamp. De este modo, esta biografía grupal, a veces se convierte en una investigación sexual de quien se fue a la cama con quien, y en especial con Duchamp el ídolo de todos ellos. Duchamp se deja querer y no quiere a nadie salvo a la mujer de Picabia, Gabriele, que sin embargo, cosa rara en ese ambiente, no está dispuesta a cometer adulterio.
A la autora de esta biografía se la nota entusiasmada con los protagonistas de su libro que los convierte en paladines y abanderados de una nueva forma de vida que, sin embargo, tuvo que esperar a los años sesenta para hacerse realidad. El foco del libro está puesto en Beatriz Wood, una joven vital que se mueve entre una familia anticuada y sus ansias artísticas.
Si exceptuamos las investigaciones sobre cuándo y con quien se acostaron unos y otros, no deja de ser una panorámica entretenida, documentada e investigada. La figura de Duchamp es vista no desde su arte, sino como aglutinador de un grupo de artistas que tuvieron un papel destacado en el mundo del arte de comienzos del siglo pasado.
SPELLBOUND BY MARCEL
Duchamp, Love, and Art
By Ruth Brandon
Illustrated. 352 pp. Pegasus. $27.95.

John Keats
Mucho se ha escrito de Lord Byron, pero menos del poeta John Keats (1795-1821), así que esta biografía de Lucasta Miller me parece original. Mas allá de la fama hoy día de uno y otro, la poesía de Keats es inigualable desde Shakespeare, según la autora, que menciona una serie de poetas influenciados por Keats.
Respecto los orígenes de Keats, el padre trabajaba en la caballeriza de una familia rica y se casó con una hija del dueño, Frances Jennings. Por lo tanto el poeta procedía de un entorno social mixto, interclasista.
Miller organiza su libro mediante nueve poemas concretos (y un epitafio), que encabezan los distintos capítulos, contados en primera persona. El resultado es un poco repetitivo pero sirve para reflejar el genio cambiante y variado del poeta y distanciarse de una biografía clásica. En estos ensayos biográficos, se une la historia de Keats con la interpretación de cada poema.
La autora recuerda a los dos profesores de inglés que dieron clase a Keats. Uno, paternal y «algo autoritario», amante de la naturaleza, daba la clase en el jardín, y se sentaban en la hierba, bajo los árboles. El otro, más joven e inestable, dijo en voz alta a los mismos alumnos, en tono burlón y sarcástico, fuera de contexto, las conocidas palabras de Keats: «La belleza es la verdad, la verdad es la belleza».

Fragmento de una carta de Keats
Por supuesto, Keats tenía la capacidad empática de ver más allá tanto del profesor amante de la naturaleza como del racionalista irónico.
El poeta fue un hombre de amigos, bromista y amante del vino. En una carta escribió que no tenía mucha confianza en la poesía y se maravillaba que la gente leyese tanta. Él trabajaba duro. Escribía docenas de poemas, de diferentes géneros y asuntos. Tenía oído para reconocer el sonido de las frases y la armonía de las consonantes. Un vecino le recordaba de joven respondiendo a las preguntas que le hacían con una rima basada en la última palabra de lo que le acababan de preguntar.
Miller nos cuenta su aprendizaje y vida en los barrios del norte de Londres, y el resto de su corta vida hasta llegar a las grandes odas y el epitafio final que dice: «Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en el agua». Sin embargo, desde su adolescencia pensaba e incluso lo escribió en que llegaría a ser un poeta inmortal.

Keats por Joseph Severn, 1821
Las cartas de Keats son otro de los elementos centrales de esta biografía. En clave menor, Miller incluye una nota del poeta a su editor, John Taylor. Sabiendo que va a morir muy pronto, el joven poeta escribe desde Roma, ciudad en la que murió: «En caso de mi muerte, este trozo de papel puede serle útil».
«Todo mi patrimonio real y personal consiste en la esperanza de la venta de libros publicados o no publicados. Ahora deseo que Brown y tú seáis los primeros acreedores pagados – el resto está in nubibus [en las nubes], pero en caso de que se consiga dinero paga las pocas libras que debo. Mi cofre de libros lo reparto entre mis amigos».
Para Miller, este testamento nos ayuda a comprender al hombre real y vivo que muere a los 25 años, por su desenfado y brevedad, su metáfora de la naturaleza de las nubes y la lluvia, su uso coloquial de un latinismo, y su amplio abrazo a los ‘amigos’, sin nombrarlos.
KEATS: Una breve vida en nueve poemas y un epitafio
Por Lucasta Miller
Ilustrado. 353 pp. Alfred A. Knopf. $32.50.