
Stephen King
El escritor como personaje es algo que aparece en muchas novelas y, en particular, en las de Stephen King desde los lejanos tiempos de “El resplandor”. Quien pierde paga, (Plaza y Janés, 2016) segunda entrega de la Trilogía del investigador Bill Hodges, que empezó con Mr. Mercedes, me ha parecido un thriller de novela negra con un mecanismo narrativo de relojería y una historia perfecta.
Veámoslo. El famoso y viejo escritor John Rothstein es asesinado durante un robo en la casa donde se ha retirado después de haber dejado de publicar y ser visto. Este escritor creó un personaje, Jimmy Gold, que sedujo a múltiples lectores y recuerda a otro escritor, J.D. Salinger, por su misantropía y vivir lejos del mundanal ruido.
El asesino del escritor es Morris Bellamy, un lector obsesionado con los libros de Rothstein. Cuando este deja de escribir y abandona a su personaje Jimmy Gold, que el ha seguido con devoción y con el que sentía identificado por su lado rebelde, se siente traicionado y hace de ello un asunto personal. Enloquecido, decide vengarse e ir a la casa del escritor para matarlo, robarle su dinero e intentar encontrar los cuadernos de notas que atañen a su héroe.
Sin embargo, lo que encuentra es una novela inédita de gran valor que decide esconder en el patio trasero de su casa junto al dinero robado y tras matar a Rothstein. Al día siguiente Bellamy cae preso por otro terrible hecho delictivo y es encarcelado y condenado a treinta años de cárcel. Será otro admirador del escritor, el joven Pete Saubers el que encuentre el tesoro.

Rembrandt. El buscador del tesoro
En oposición a Bellamy, Saubers es el personaje «bueno» y que deberá sufrir diversas peripecias por su atracción por Rothstein y «su» Jimmy Gold. Sin embargo, el tesoro hallado bajo tierra le servirá para ayudar a su familia y pagar los estudios de su hermana.
Cuando Bellamy sale de la cárcel busca lo escondido y, al no hallarlo, empieza a investigar y descubre que lo tiene Saubers por lo que decide recuperarlo. Bill Hodges, detective retirado y protagonista de la trilogía, interviene para rescatar a Pete de las maniobras de Bellamy .
La tensión empieza a crecer hasta pegarnos a la hoja de papel (no leo libros electrónicos) y llegar al duelo final que se demora un tanto para ser un thriller.
En esta novela Stephen King nos habla también del embrujo de la literatura, esa locura que atañe a los que leen y los que la escriben, o esa forma obsesiva de amor por quienes inventan vidas que sabemos irreales, pero que nos morimos de ganas por conocer el final. Al menos en mi caso.