Dentro del género de la ciencia ficción, los autores chinos se encuentran entre los mas leídos. Sus lectores siguen entusiasmados estas sagas visionarias que proyectan la angustia que produce la modernidad tecnológica en un futuro próximo que se presiente como una amenaza.
El autor más conocido es Liu Cixin (Yangquan, 1963) cuya trilogía de los Los tres cuerpos se encuentra editada en castellano. Según afirman los publicistas de la editorial ha vendido ocho millones de ejemplares y logrado los elogios de lectores como Barack Obama, George R.R. Martin o Mark Zuckeberg. Además, es la primera novela no escrita originariamente en inglés galardonada en el 2015 con el premio Hugo, el Nobel del género de la ciencia ficción. Y, por último, es el próximo proyecto de los guionistas Benioff y Weiss (que adaptaron Juego de Tronos) para Netfix.
Liu Cixin antes de escritor fue ingeniero en una planta de energía eléctrica en China. Su primera novela, publicada en 1989, fue China 2185, que formó parte de lo que entonces se conoció como la corriente literaria de la «Nueva Ola», caracterizada por un “vanguardismo” que recreaba historias distópicas y donde la tecnología se proyectaba hacia el futuro con aires amenazadores.
Le siguieron algunos cuentos, traducidos a otras lenguas aparte el chino pero no en castellano y con un aire ecologista como en «Las burbujas de Yuanyuan» que habla de la escasez de recursos como el agua, un problema resuelto mediante la creación de burbujas capaces de transportar la humedad del mar a las zonas de sequía. Otra de sus primeras obras fue el libro de relatos “La tierra errante”, traducida al castellano y de la que se hizo una película multipremiada. Cuando el sol empieza a morirse, los habitantes de la tierra construyen doce mil motores gigantes de fusión para desorbitar la Tierra y propulsarla hacia una galaxia próxima en un viaje que durará siglos.
Pero la fama de Liu Cixin llegó con La trilogía de los tres cuerpos, conformada por El problema de los tres cuerpos, El bosque oscuro y Fin de la muerte. Los escenarios temporales y geográficos del primer volumen son el Pekin de la revolución cultural, en 1967, Mongolia años después y la China del año 2007.

Ciu Lixin
Durante la Revolución Cultural maoísta, las distintas facciones de los guardias rojos pelean entre si, mientras se condena a muerte en juicios “populares” a los supuestos contrarrevolucionarios. Entre ellos se encuentra un prestigioso físico, Ye Zhetai, torturado hasta la muerte delante de su hija, Ye Wenjie, por defender la teoría de la relatividad de Einstein.
Años después, Ye Wenjie es condenada por los guardias rojos por “burguesa” y “joven instruida” a una remota región, y donde se dedica con otros represaliados a talar los árboles de los bosques. Cuando avisa de que están provocando un desastre medioambiental, es condenada a prisión por cuestionar las directrices de sus jefes. Como es una científica, antes de ingresar en la cárcel la ofrecen formar parte de un grupo de investigadores que trabajan en unas instalaciones secretas del ejército chino de las que nunca podrá salir. Pese a ello, Wenjie acepta.
Posteriormente, en la China de 2007, las autoridades piden a un científico, Wang Miao, especialista en nanotecnología, investigar una conspiración que ha causado el suicidio de varios físicos que formaban parte de una misteriosa organización internacional en la que debe infiltrarse. Wang se resiste pero tiene extrañas visiones y al final acepta el encargo.
En su investigación descubre un videojuego de realidad virtual llamado «Tres Cuerpos», en el que el jugador debe lograr sobrevivir a una civilización que se mueve entre épocas de orden, en las que florece, y otras de caos donde predomina el exterminio. Wang descubre que el juego es un sistema de reclutamiento y comprueba que los gobiernos del mundo se están preparando para la batalla contra la invasión de unos alienígenas denominados trisolarianos, y descubre que un grupo de terrícolas, liderado por Ye, está colaborando con ellos.
Los Trisolarianos viven en un sistema solar triple en una lejana galaxia y están en el límite de la supervivencia. Por eso han decidido emigrar a la Tierra. Pero se encuentran tan lejos que tardarán dos siglos en alcanzarla. Sin embargo, la humanidad es incapaz de unirse frente al futuro enemigo común. Y hay quienes están dispuestos a ayudarles.
En los tres volúmenes se enseña un mundo en el que los hombres y las mujeres actúan con frialdad, son incapaces de sentir cualquier empatía, y están guiados por un razonamiento científico que no deja lugar a los sentimientos o el individualismo. Las leyes físicas son la única vara de medir y la vida es una operación aritmética que hay que solucionar mediante la simplificación del alma humana.
En El bosque oscuro, el segundo libro de la saga, Liu Cixin acelera la dimensión visionaria, expandiéndola en formas y tiempos completamente inesperados. La novela mantiene el estilo de la anterior con referencias a la ciencia y los problemas sociales contemporáneos.
El tercer volumen, Fin de la muerte, trata de la llegada de la flota invasora trisolariana. La guerra entre civilizaciones llega a su fin y prosigue con diversa suerte. Se añaden otros personajes y hay multitud de ideas. Tanto es así que parece un listado de los temas preferidos de la ciencia ficción, como la antimateria, los viajes en el tiempo, la colonización de otros planetas, las colonias humanas en otras galaxias, la hibernación, como serán las ciudades del futuro…
La trilogía es rica en interpretaciones y sus personajes reaccionan de distinta manera frente a un hecho capital para la historia humana. La trama es creíble desde el punto de vista científico y Cixin Liu conduce al lector a paradojas cósmicas y universos multidimensionales, con una extraordinaria fe en la técnica. Pero también enseña los efectos perjudiciales que las distintas innovaciones científico-tecnológicas pueden tener en el comportamiento humano.