Entre octubre de 1849 y junio de 1851, Gustave Flaubert y Maxime du Camp realizaron un viaje que les llevó a Italia, a Jerusalén, a Grecia, a Constantinopla y, desde luego, a Egipto, que para el autor de Salambó representó un antes y un después, cumpliendo en cierta manera a rajatabla el destino otorgado a cualquier viaje iniciático que en Flaubert se plasmó en que luego de las extraordinarias experiencias habidas en lo que en plena búsqueda romántica de lo exótico se denominaba entonces con cierta pomposidad, el Oriente, se encerró en su casa de Croisset dedicándose desde entonces a analizar y horrorizarse con su denostado mundo burgués y a componer Madame Bovary, la historia de una adúltera que transgrede ese mundo desde la provincia cuando su autor, para en el fondo hacer lo mismo, tuvo que recurrir al soñado mundo de lo exótico y así entrar en la fantasía de lo prohibido. Tengo para mí que la especial ternura y compasión que en el fondo Flaubert sintió por su criatura tuvo mucho que ver con la indefensión de la pobre Emma ante la exigencia hipócrita del mundo burgués de la provincia, que la lleva a la destrucción. Flaubert se protegió en su cueva de Croisset rememorando sus años en ese Oriente tan soñado desde la adolescencia. Madame Bovary c´est moi, sí, pero ésta fue sólo una modalidad visible de aquel viaje. Otra fue la concepción de Salammbô y el desquite que le supuso el fracaso de Las tentaciones de San Antonio, ese recorrido por las doctrinas heréticas surgidas en ese Oriente que, soñado, aún no se había materializado en unas experiencias vitales.
Este viaje tuvo, además, una enorme trascendencia para la cultura francesa, mucho más directa que la derivada de la obra flaubertiana y es que fue la primera vez que se fotografiaba, según el modelo del calotipo de Talbot, el patrimonio de los faraones, hasta entonces dibujado extraordinariamente con la mirada romántica de un Vivant Denon, responsable de la colección egipcia del Museo del Louvre y responsable de la egiptomanía que desde esa temprana fecha ha arrasado entre los arqueólogos de Occidente. El autor de las mismas, Maxime du Camp, fue un escritor y fotógrafo preterido en la importancia que se merece, amigo de Flaubert, Baudelaire y Théophile Gautier y autor de unos Souvenirs Littéraires que se han mostrado como un documento esencial para entender la sociedad francesa de su tiempo, amén de componer otros libros, como los muchos dedicados al viaje a Oriente y a la ciudad de Paris, algún que otro libro de poesía, alguna que otra novela, un estudio literario sobre Théophile Gautier, unas reflexiones sobre la Comuna y numerosas críticas de arte de los Salones de 1852, 1855 ,1857, 1859 y 1861.
De ese extraordinario viaje los interesados hasta ahora teníamos que recurrir a la generosa bibliografía francesa sobre el tema, algo curioso tratándose de una figura tan emblemática para la historia de la literatura como Flaubert. Ahora, con la edición por parte de Fórcola de este libro de Fernando Peña, Flaubert y el viaje a Oriente. La fuente de todos los sueños, la cosa debe considerarse en su enorme importancia, pues es no sólo la primera en castellano sobre el tema de cierta extensión sino que posee la particularidad de su rigor de exposición, de su documentada y prolija descripción de aquel viaje y, por tanto, de su vocación de exhaustividad. El libro se complementa con la suma de algunos documentos, como la reproducción de algunas paginas manuscritas del cuaderno de viaje de Flaubert y algunas fotografías de Maxime du Camp del viaje, una en la que se ve a Flaubert en primer plano junto al Hotel del Nilo en El Cairo, otra de la Esfinge soñando su soledad, otra de los Colosos de Memnón y, la más espectacular, la que toma del Coloso del Templo Mayor de Ramsés II en Abu Simbel, finalizando con la de la sala hipetra del Gran Templo de Dendera.
Fernando Peña ( Castellón de la Plana, 1971), es un historiador y catedrático de Geografia e Historia en Secundaria apasionado de temas curiosos y poco frecuentados en nuestros pagos como una historia de la empresa Segarra, un modelo de empresa franquista que tuvo su momento de gloria en Vall d´Uixo; una historia del franquismo en Castellón, amén de un ensayo sobre la Inquisición en las Cortes de Cadiz. Con este libro sobre el viaje de Flaubert y Maxime du Camp se coloca en un campo ventajoso respecto a la historia cultural, que es modalidad rara entre nosotros, contándose con los dedos de la mano los dedicados a ello con fortuna.
Ya digo, la documentación que maneja es pertinente, clarificadora y exhaustiva y si bien no hace alarde de su buena condición, por ejemplo la de su instrumentación didáctica, lo cierto es que es libro que escoge una información preciosa para entender el significado que lo exótico tenía en esa época para unos escritores como Flaubert o Maxime du Camp, vale decir, unos jóvenes artistas europeos inquietos y críticos con la sociedad de su tiempo. Fernando Peña, así, no oculta los aspectos de liberación sexual que un viaje de estas características tenía para los jóvenes del momento, como ciertas experiencias homosexuales que en el caso de du Camp se muestran más explícitas que en Flaubert en los baños de El Cairo, sin ir más lejos, amén de la especial relación homoerótica, no homosexual, parece ser, que había entre los dos amigos.
Lo más interesante del libro es, no podía ser de otro modo, la relación que establece respecto a la importancia que tuvo en la obra de ellos dos, desde luego en la colección fotográfica de Egipto pero, sobre todo, en la especial conformación de la obra flaubertiana, y ello se nota en los rasgos de la Bovary de una manera oculta a medias pero que adquiere en Salambó unos caracteres explícitos en la atmósfera de violencia y erotismo salvaje de esta narración, que si bien parece sacada de un cuadro de Gustave Moreau, lo cierto es que anticipa por un lado ciertos rasgos de la novela histórica que se produciría en el futuro, amén de cierta tendencia gore muy de actualidad. Flaubert, el primero que hizo en la literatura francesa del momento al hombre común como digno protagonista de una obra de altura que, finalmente, desemboca en la nada. Y que este muy interesante libro ayuda a comprender con la misma intensidad e interés que si se tratara de un apasionado estudio literario.
https://forcolaediciones.com/producto/flaubert-y-el-viaje-a-oriente/