La mejor definición de Gabriele D´Anunzio la escribió el coetáneo y futurista Marinetti cuando dijo que «era blanco como la nieve, impoluto en el vestir y en la persona, con un vestidor que igualaba el del príncipe de Gales y una calvicie precoz, de la que hizo, con los años, un pequeño ídolo de ébano en la cabeza de marfil». De baja estatura, tenía la frente alta, decidida, la nariz recta, pero la mirada y la boca estaban  completamente abandonadas a la fatalidad y las pasiones. Según el literato francés Romain Rolland, que lo detestava, decía que parecía un diplomático de segunda muy esnob. Escándalos, duelos, separaciones acompañadas de intentos de suicidio y estancias en los hospitales psiquiátricos sucedían a sus numerosos amores. ¿Un aventurero? ¿Un Narciso fatuo que las circunstancias de la época elevaron al escritor admirado por Thomas Mann, D.H. Lawrence, Pound, Hemingway, Brecht y Borges?

Buscando el el hombre mas allá de personaje che lo oculta, Maurizio Serra, enseña en esta imponente biografía L´Inmaginifico. Vita di Gabriele D´Annunzio (Neri Pozza, editore 2019), que no fue un frívolo esteta que de vez en cuando vestía los trajes del poeta, del seductor, del hombre de acción, del «condottiero».

«Ha sido, desde el principio al final, un poeta de la acción, un aedo épico llevando a las estrellas del movimiento existencial, paralizado de la decadencia, asesinado por la inercia,» el culto de una obra de arte total wagneriana  cuyo coherente e íntimo objetivo era reproducir el vate dantesco, el guía lírico y sacerdotal de la nación. Non un aventurero pero un príncipe de la aventura, precursor y hermano mayor de los Lawrence de Arabia, Saint Exúpery, Malraux y Romain Gary.

Pero si se busca hoy día en youtube nos encontramos con dos “hit” referentes a él: una canción sobre el texto de la “Canzone del Carnaro” -escrita por D’Annunzio para celebrar la Beffa de Buccari (https://www.youtube.com/watch?v=BzMVhNJFYd0); y una segunda canción del 2016 del “Vuelo sobre Viena” por el cantautor Enrico Ruggeri (https://www.youtube.com/watch?v=buRXNqRrgf0), ambos bélicos protagonizados por D´Annunzio durante la Primera Guerra Mundial.

Estos son solo  unos ejemplos de una intensa narración pop en torno a D’Annunzio y que lo convierten incluso en detective, agente secreto o héroe de muchos cómics, libros de misterios e incluso novelas de ciencia ficción, como nos cuenta Serra en la bibliografía de su libro. Asimismo,  cada año acuden más de 258.000 los visitantes del Vittoriale: la ciudadela monumental de Gardone Riviera, a orillas del lago de Garda, donde D’Annunzio pasó sus ultimos años. Un resultado récord para un lugar turístico considerado entre los mejores gestionados de Italia.

En teoría, un autor de hace un siglo como D’Annunzio debería estar fuera de moda como los dibujos modernistas de sus portadas. En cambio, sigue siendo un personaje de un interés extraordinario, a diferencia de otros grandes de su época.

 

Maurizio Serra

 

 

Representante diplomático de Italia, Maurizio Serra es también un historiador de personajes a menudo incómodos y políticamente incorrectos. Uno de ellos fue Curzio Malaparte, por cuya biografía recibió en 2011 el Prix Goncourt de la Biographie y el Prix Casanova. Como él mismo explica, su libro sobre D’Annunzio es “el tercer episodio de una trilogía concebida para explicar al público francés algunos de los grandes autores italianos del siglo XX. D’Annunzio viene después de Malaparte e Italo Svevo”. Es preciso recordar que La Antivida de Italo Svevo http://forcolaediciones.com/producto/la-antivida-de-italo-svevo/fue publicada en español por la editorial Fórcola el 5 de abril de 2017: cuatro años después de la edición francesa, pero casi un año antes de la edición italiana que acaba de salir. Serra describe esta trilogía como “una animada suite sinfónica Allegro-Largo-Finale. Dos escritores que también eran personajes, y entre ellos un escritor que era el anti-personaje”.

Precisamente la manera de D’Annunzio de convertirse en un personaje es la llave que según Serra lo hace todavía actual.  “Es el escritor-personaje más imitado de todos los tiempos”, y el mayor ejemplo de una larga lista de “estetas armados” a los que Serra ha dedicado varios libros, muchos de los cuales participaron en la Guerra Civil española, como Ernest Hemingway y André Malraux. Desde otro punto de vista D’Annunzio anticipa a las popstar de hoy. Serra compara la atracción que ejercía sobre las mujeres a las de un divo como  Mick Jagger. Al mismo tiempo, D’Annunzio fue un intelectual arcaizante pero que encaja perfectamente con la modernidad.  No sólo fue poeta, novelista, dramaturgo y ensayista; no sólo político y militar; sino también compositor, columnista, libretista, creador de eslóganes publicitarios, compilador para el cine mudo. Por esta capacidad de ser transversal como por la de provocar, Serra aproxima a D’Annunzio con un nombre que aparentemente es su antítesis: Pier Paolo Pasolini. Tanto es así que algunos cuentos del primero podrían parecer peliculas del otro, y viceversa.

“D’Annunzio es actual por muchas buenas razones y por algunas que lo son menos”, dice Serra. “Entre las primeras, está un trabajo que en sus dos terceras partes sigue siendo completamente legible y disfrutable, y un ejemplo de un intelectual comprometido muy superior a otros que han usurpado el término. En el lado  negativo, diría que está la superposición del personaje con el hombre y el poeta, que continúa alimentando muchas distorsiones hasta la caricatura”.

A D’Annunzio en este libro se le llama el Imaginífico, a la manera de un personaje de ese Renacimiento que fue su gran punto de referencia. ¿Recuerdan esa famosa frase de Orson Welles en el Tercer hombre sobre la Italia de los Borgias que, junto con las guerras y los asesinatos, produjo Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y el Renacimiento? Siguiendo el estilo de esa época, D’Annunzio quería ser al mismo tiempo un gran intelectual y un gran “Condottiero”.

Entre los apelativos que Serra divide la vida de D’Annunzio, encontramos al “Inocente” que entre 1863 y 1896 busca afirmarse, el “Conquistador” que entre 1897 y junio de 1914 se convierte en una estrella de la cultura internacional, y el “Comandante” – entre el julio del 1914 y la “Navidad de Sangre” del 1920. En principio propagandista de la intervención de Italia en la Primera Guerra Mundial, luego se convertirá en héroe de esta guerra, y al final encabezó una expedición militar que creó un Estado independiente. El D’Annunzio del Estado Libre de Fiume (Rijeka, 1920-1924) también intenta proponer una ideología y un modelo de gobierno, y durante un instante, parece casi que puede tomar el poder en toda Italia. Pero es derrotato, y en su lugar llega el dictador Mussolini. La última parte de la vida de D’Annunzio es la del “Agonizante”, entre 1921 y 1938.

Pero, ¿qué es exactamente cierto y qué es falso en los estereotipos sobre D’Annunzio que han alimentado esas caricaturas? «De cierto, poco”, contesta Serra. “No era un cuentahistorias, sino un verdadero luchador y un verdadero patriota europeo. En Fiume tuvo extraordinarias ideas libertarias, desde la ‘Liga de los pueblos oprimidos’ hasta la Carta del Carnaro. De alguna manera, anticipó el mayo de 1968. Pero también hubo otros aspectos más cesaristas. Desafortunadamente, cultivó demasiado su propio personaje y no fue  consciente de que, tarde o temprano, éste se iba a vengar de él».

En politica D’Annunzio fue el precursor de la mayoría de las liturgias del fascismo, incluso antes de Fiume. Si lo pensamos, vemos que en la invención del “eya eya alalà”, ya se hace eco en la Canzone del Carnaro. Más recientemente, sin embargo, a partir de la experiencia de Fiume, se intentó construir la imagen de un D’Annunzio antifascista. Alceste de Ambris después de escribir la Carta del Carnaro fue el líder del los Arditi del Popolo que derrotaron a los fascistas en la famosa batalla del Oltretorrente en Parma. ¿Cuál es la verdad? Según Serra, “ambas expresiones son incorrectas. D’Annunzio nunca fue un fascista, y se opuso a Mussolini todo lo que pudo entre 1919-22. Pero luego, cuando el enemigo más querido lo superó, se dio por vencido. El realista prevaleció. Aunque sin hacer antifascismo, D’Annunzio siempre ha preservado su dignidad e independencia hasta el final, desde la invitación a mantener la amistad con Francia hasta las advertencias en contra de Hitler”.

 

 

 

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