Dr. Timothy Leary y Dr. Richard Alpert (Ram Dass) en Harvard, 1961. Foto cortesía: timothylearyarchives.org
El comienzo de Una libertad luminosa (Impedimenta, 2021), la nueva novela de T.C. Boyle, muy bien traducida por el escritor Jon Bilbao, nos lleva al descubrimiento del ácido lisérgico por el químico Albert Hofman en los laboratorios de la firma Sandoz en la ciudad suiza de Basilea, en 1943. Hofman experimenta con un hongo que se desarrolla en los granos de cornezuelo. Ha logrado sintetizar una molécula y cree que acaba de descubrir un medicamento maravilloso. Cuando experimenta con él le provoca, entre otros efectos, distorsiones visuales, efectos sinestésicos…
T.C. Boyle, siempre dispuesto a contarnos otras realidades del sueño americano, y del que la editorial Impedimenta lleva editando un puñado de buenos títulos suyos, adelanta luego la narración un par de décadas. Aterrizamos en los años sesenta en Estados Unidos con uno de los grandes asuntos del momento, la ampliación del estado de conciencia mediante el ácido lisérgico, el LSD, cuyo componente, la dietilamida, es el poderoso alucinógeno descubierto casualmente por Albert Hofman y que en un principio es considerado un medicamento y después una droga de moda conocida como LSD.
Fitz es un estudiante de sicología en la prestigiosa universidad de Harvard en 1962. Su director de tesis, Timothy Leary, comienza a experimentar con la famosa molécula producida por los laboratorios Sandoz y le invita a una fiesta que cambiará su vida y la de su mujer Joanie. Leary se ha convertido en un propagandista del uso del ácido lisérgico. De este modo, Fitz y su mujer entran a formar parte del «primer círculo», formado por otros profesores y alumnos, que experimentan con el ácido en busca de la liberación de los sentidos y la ampliación de la conciencia.
A pesar de la difícil situación económica de Fitz -su mujer Joanie ha dejado de estudiar al quedarse embarazada y su sueldo de bibliotecario obliga a la pequeña familia a malvivir-, continúan en el pequeño círculo que gira alrededor de Leary y su compañero Dick Alpert y que se reúne todos los sábados por la noche en «sesiones» destinadas a tomar ácido. Fitz y su esposa pronto quedan seducidos por la experiencia psicodélica, y tratan de repetirla tan a menudo como sea posible.

T.C. Boyle. Foto de Myung J. Chun / Los Angeles Times
Cuando los responsables académicos de Harvard expulsan a Leary y Alpert por la falta de rigor científico de sus trabajos, pero también porque la prensa había empezado a ventilar sus prácticas, Leary y sus más inmediatos seguidores se trasladan a Millbrook, al norte del estado de Nueva York, y se instalan en un edificio cedido por los hermanos herederos de la fortuna Mellon, Peggy, Billy y Tommy Hitchcock para que Leary pueda completar su «investigación». Pero si el sexo y los viajes dominan la vida cotidiana de una comunidad ahora incapaz de vivir sin las dosis de lo que ya se ha convertido en una especie de sacramento, la relación entre Joanie y Fitz empieza a hacer agua, así como el futuro de su hijo Corey…
Boyle emplea la ironía para hablar de las delicias y peligros de las drogas psicótrópicas en una novela sobre los años sesenta, con beatniks, hippies y «el papa psicodélico», Leary, pero también el «el hombre más peligroso del mundo», según el entonces presidente norteamericano Richard Nixon. Una novela que nos seduce y asombra.
No cabe duda de que nos encontramos frente a la gran novela del LSD y la invención de la psicodelia, que nos hacer reír y nos infunde cierta melancolía por unos años destinados a la búsqueda de los paraísos artificiales. En este apasionante y mordaz retrato generacional, T.C. Boyle hace posible viajar hasta la década de 1960, los tiempos en que Aldous Huxley hablaba de abrir las puertas de la percepción, J.F. Kennedy resultaba asesinado en Dallas, los Beatles eran noticia diaria, y la generación de los amantes de la libertad pensaban que las drogas psicotrópicas permitirían a la humanidad vivir una vida muy distinta a la de siempre.
Boyle, T. C.
Se licenció en Inglés e Historia por la Universidad de Nueva York en Postdam, y se especializó en Literatura del siglo XIX en el Taller de Escritores de la Universidad de Iowa, donde terminó su primer libro de relatos, Descent of Man (1979). Más tarde publicaría Greasy Lake (1985), If the River was Whiskey (1989) y Without a Hero (1994). En 1999 recibió el premio Pen/Malamud por su volumen de relatos T. C. Boyle Stories. Entre sus novelas cabe destacar Música acuática (1981), que narra las aventuras del explorador escocés Mungo Park, descubridor del curso del río Níger; El fin del mundo (1987), que le valió el premio Pen/Faulkner; El balneario de Battle Creek (1993), exitosamente adaptada a la gran pantalla; The Tortilla Curtain(1997), galardonada con el Prix Médicis Étranger a la mejor novela publicada en Francia ese año; Drop City (2003); Las mujeres (2009), que narra la vida del arquitecto Frank Lloyd Wright a través del testimonio de cuatro de las mujeres que pasaron por su vida, o El pequeño salvaje (2010), nouvelleque recupera la historia del niño salvaje de Aveyron, que, conocedora de numerosas adaptaciones, puede considerarse un relato mítico de la narrativa moderna. Actualmente es profesor de literatura en la Universidad del Sur de California. Sus obras han sido traducidas a más de una decena de idiomas, y sus relatos han aparecido en las más prestigiosas publicaciones del género en lengua inglesa, como The New Yorker, Harper’s Bazaar, Esquire, The Atlantic Monthly, Playboy, The Paris Review, GQ, Antaeus, Granta y McSweeney’s. Vive cerca de Santa Bárbara con su mujer y sus tres hijos.Thomas Coraghessan Boyle está considerado uno de los más importantes narradores americanos del momento. Nació en Peekskill, Nueva York, en 1948. (Texto de la editorial Impedimenta)