La nueva novela de Salman Rushdie nos habla de la historia de la India. La trama, que tiene algo de fábula, nos la cuenta un escriba que no es un erudito ni poeta y resume el manuscrito encontrado en una vasija de barro enterrada hace mucho tiempo, y escrita en sánscrito por el personaje principal de la novela: Pampa Kampana.
Siguiendo con la tradición hindú, mediante la cual las mujeres se suicidaban cuando sus maridos morían, Pampa Kampana vio como su madre se adentraba en una hoguera al igual que muchas otras mujeres, tras despedirse entre ellas, tras haber perdido a sus maridos en una batalla. De esa terrible experiencia Pampa salió vegetariana y vivió 238 años envejeciendo muy despacio gracias a una diosa de igual nombre que la concedió diversos poderes cuando ella se quedó huérfana a los nueve años.
Tiempo después llegaron los hermanos Hukka y Bukka Sangama, pastores de vacas convertidos en soldados, que buscaban la revancha. Pampa les entregó una bolsa de semillas y tras la siembra floreció una ciudad que empezó a crecer con la ayuda de Pampa, convertida en una especie de hada madrina hindú verosimil porque no es de piedra cartón, sino de carne y hueso a los ojos de sus lectores.
La novela refleja hechos históricos, ya que el suicidio en masa de esas mujeres fue real y hubo dos reyes en el siglo XIV que se llamaron Hukka y Bukka que fundaron la ciudad de la Victoria, la capital de un imperio que gobernó el sur de la India durante dos siglos. Incluso existen restos arqueológicos de este reino en la actualidad y que se llaman Hampi.
La ciudad se dotó de ejércitos con elefantes para defenderse de los ataques enemigos lo que le dio una gran ventaja militar. De estos ejércitos armados con elefantes y de las primeras victorias surgió ese gran reino en el sur de la India. Los dos hermanos reinaron sucesivamente y Pampa, aunque a quien amó de verdad fue a un comerciante portugués, se casó con los dos.
Hukka y Bukka dicen querer la paz, pero hacen la guerra a los demás para conservarla. Poco a poco la intolerancia y el fundamentalismo combaten el supuesto pluralismo que hubo al comienzo en la ciudad, el leitmotiv de Rushdie que no podía imaginar cuando escribió esta novela que acabaría perdiendo un ojo por al ataque de un fundamentalista musulmán en Nueva York. Un asunto tratado también en «Los versos satánicos» que le valió la fatua que le persigue desde entonces.
La novela entretiene y seguimos dispuestos a leer página tras página, bien traducidas por Luis Murillo Fort, esta variante del cuento de las mil y una noches mientras seguimos la historia vital de Pampa, cuyo vida oscila entre lo mejor y lo peor. Sufre un largo exilio. La dinastía fundadora de la ciudad es depuesta por un clan de señores de la guerra. Se suceden las guerras y Pampa vive en una ciudad que a veces parece un espejismo y otras es real como la vida misma.
Y así hasta el final del imperio y de Pampa, un final que es igual de cruel que el de esos reinos enzarzados en guerras perpetuas en contra de sus vecinos y los reinos musulmanes del norte. Pampa pagará caro su enfrentamiento con el gobernante de turno y Rushdie predice en la novela, sin saberlo, el ataque del que será víctima. Por suerte, ha sobrevivido para que nos siga contando estas fábulas históricas que tanto no enseñan del pasado y nuestro presente.