El décimo cuento de los diecisiete que integran El Aleph de Jorge Luis Borges, La busca de Averroes nos presenta a un Averroes tratando de comprender la Poética de Aristóteles sobre la base de la traducción de Abu Bishr Matta Ibn Yunus al-Qunna´i, y buscando redactar uno de sus famosos comentarios. Es la historia de un estrepitoso fracaso por parte del Comentarista por comprender los conceptos de comedia y tragedia, al ser el teatro una costumbre ajena a la cultura árabe. Y el fracaso es tanto más sensacional cuanto que Averroes, en un intento de distraerse un momento del problema, acudió a una cena con amigos en la que alguien que viajó a China le explicó algo que existe allí y no en el mundo islámico, y eso es precisamente el teatro. No exactamente igual al de los antiguos griegos de los que se ocupó Aristóteles, pero bastante similar. Pero el propio Averroes es de los que se burlan de la idea, pareciéndole una cosa inútil. Y así, después de haber perdido la oportunidad de comprender, escribe una metedura de pata memorable, explicando que “Aristú (Aristóteles) llama tragedia a los panegíricos y comedias a las sátiras y anatemas. Admirables tragedias y comedias abundan en las páginas del Corán y en las mohalacas del santuario”.
Además del teatro, sin embargo, la cultura islámica clásica ni siquiera conocía las artes figurativas, prohibidas por temor a ser un punto de partida para una posible idolatría. Y por ello es interesante recordar este vínculo entre el teatro y las artes figurativas, precisamente porque es la base de un libro que se acaba de publicar.
“El teatro es una forma de mirar, como dice la misma palabra. El lema teatro proviene del latín theatrum que desciende del término griego ϑέατρον, theatron, que a su vez se relaciona con el tema del verbo theaomai. Es decir, mirar”. La observación es de Nicola Fano: periodista cultural desde hace mucho tiempo, pero también historiador y profesor de Literatura y Filosofía del Teatro en la Academia Albertina de Bellas Artes de Turín http://www.nicolafano.it/chi-sono/. Al mismo tiempo, sin embargo, “el arte de mirar, por excelencia, es la pintura, no el teatro. Hasta la ruptura del cubismo, el lienzo ha sido siempre la ventana a través de la cual el pintor miraba el mundo para retratarlo: el marco era la estructura fija en la que se enjaulaba el ojo del artista. Y, por otro lado, lo que importa no es tanto el qué, sino cómo se ven los artistas”. En resumen, es realmente una cuestión de puntos de vista. Y para demostrar precisamente cómo se entrelaza la historia del teatro con la de la pintura y la escultura Fano acaba de publicar este La candela di Caravaggio. Da Paolo Uccello a Burri: quando l’arte dà spettacolo. “La Vela de Caravaggio De Paolo Uccello a Burri: cuando el arte da espectáculo” ( https://amzn.to/3usVMqa ).

Nicola Fano
Pero para entender el título, necesitamos hacer una intersección más con la historia de la tecnología. “A menudo”, nos recuerda Fano, “olvidamos que la luz eléctrica hizo su aparición en la historia a finales del siglo XIX. Y lo ha cambiado radicalmente”. Anteriormente, para construir sus efectos de luz, los pintores de la escuela de Caravaggio “utilizaban velas que a menudo se convertían en parte del cuadro mismo. En sus obras, éstos dejan los fondos a oscuras y concentran su efecto luminoso de forma clara y potente sobre rostros y cuerpos; mucho más y mucho mejor de lo que habrían hecho los focos teatrales siglos después”. Precisamente la luz eléctrica, al permitir que el actor actúe con todo su cuerpo, da nacimiento a una nueva forma de hacer teatro articulada en varios lenguajes: la palabra, el espacio, la música y precisamente el cuerpo del actor. Para coordinar estos lenguajes nació la figura del director, que luego pasó al cine. Es una evolución del lenguaje de los caravaggistas, que de hecho algunos grandes directores han intentado recuperar. Luchino Visconti, en particular, el brillo de los lienzos manieristas o barrocos, mientras que Giorgio Strehler se centró más en el renacentismo.
Precisamente para ejemplificar esta relación, Fano analiza dieciocho obras de arte desde un punto de vista teatral. Cada uno de ellos es como una novela en la que se refleja la sociedad de la época, gracias a la visión y la teatralidad que expresa. La Villa de los Misterios de Pompeya nos brinda así la primera representación de una representación teatral. La batalla de San Romano de Paolo Uccello inventa el teatro moderno antes de que se invente. El triunfo de la muerte en Palermo anticipa la vanguardia teatral de principios del siglo XX. El Milagro de Santa Isabel de Turingia de Piero della Francesca inventa el telón. La Alegoría Sagrada de Giovanni Bellini “después de los triunfos de la dirección de Paolo Uccello y después de los de la dramaturgia de Piero della Francesca, … es el más alto y completo ejemplo de teatro en el teatro antes del teatro que se conoce». La Anunciación de Paolo Signorelli explica el problema de la luz en el teatro. El Descendimiento de Santa Felicita de Pontormo inventa el neón para confundir los planos de representación.
San Marcos libera a un esclavo de Tintoretto muestra un santo estilo Superman. Las Bodas de Caná de Paolo Veronese es un ejemplo de ficción. El Retrato del doctor Bossi de Annibale Carracci y el Retrato de un moro de Domenico Tintoretto inventan a Amleto y Otello. Judith con la cabeza de Holofernes de Carlo Saraceni anticipa la luz eléctrica. El Busto de Gabriele Fonseca de Gian Lorenzo Bernini parece huir debido a un juego de sombras. El Oratorio de San Lorenzo de Giacomo Serpotta es un ejemplo de pequeño teatro. Il Mondo novo de Giandomenico Tiepolo anuncia el cine. Il Pescatoreby Vincenzo Gemito is a sculptural representation of scenes by Raffaele Viviani. Pablo Picasso ‘s Family of Saltimbanques represents the popular spectacle. Alberto Burri ‘s Grande Rosso is the same open wound as Waiting for Godot.
In summary, “the two ways of looking were born and grew together, each one supported each other in times of difficulty. Art relaunched theater (late Middle Ages), theater illustrated a possible path to art (late 19th-early 20th century).”