Gorillaz. Foto: Facebook de Gorillaz
Bianca Di Vanni, Buenos Aires
Desde que empecé a ir a recitales supe que al quedarme luego del show, mi insistencia me iba a dar algún recuerdo. Tengo varias púas, fotos con artistas y listas de temas que, sin darme cuenta, empecé a coleccionar junto con las entradas físicas.
Y ese 30 de abril no sería la excepción: terminado el show de Gorillaz en el Quilmes Rock, decidí esperar en la valla para llevarme el tan preciado setlist. En esos minutos eternos, conocí a un padre con su hijo que vinieron desde Bariloche especialmente a vivir este evento. “Acá, acá, acá” y “por favor, el papel que está pegado en el piso y me voy” eran las frases que les gritábamos a los plomos mientras los de seguridad vaciaban Tecnópolis. No sé si puedo explicar con palabras lo que sentí al ver que un hombre vestido de negro bajaba del escenario con nuestro pedido y se dirigía hacia nosotros pero si puedo decir que me recorrió una tristeza mezclada con bronca cuando ya lo sentía en mis manos y apareció una chica de atrás, lo arrebató y salió corriendo.
De acá nos vamos con algo, ese fue el pensamiento que nos estancó ahí hasta conseguir nuestro propósito. Y se dio. En un acto reflejo, lo tuve en mis manos y me fuí pero Lisandro, el papá del niño – muy fanático – me pidió si podíamos partir en dos ese papel enorme, que ya estaba dividido y encintado. Muchos presentes se sacaron fotos con la hoja, nos fotografiamos nosotros también e hicimos la división para, después de esa secuencia llena de adrenalina, poder salir del predio.
Creo que la historia comienza acá: nos llaman desde los tablones nuevamente con otro regalo. ¿El menú? Si, pero cuando lo dimos vuelta nos llevamos una sorpresa enorme. Pasamos de no tener nada hace veinte minutos atrás a conseguir una reliquia, sin exagerar. Damon Albarn se comunicó con el público argentino mediante palabras en español y nosotros estábamos leyendo esas mismas anotaciones. “Tu eres el mejor y cada vez es mejor”, “una nueva canción”, “¿cómo sientes?”, “¿cómo estás?”, “estamos aquí” y “Trueno” rezaban esas líneas que también llevaban algunas tachaduras de quién se equivoca al escribir, sobre todo en un idioma que no es el suyo.
Días después, hice un post correspondiente a ese fin de semana. Me gusta atesorar momentos en mi cuenta de esa forma. Pensé que sería uno más de mi feed en Instagram pero se convirtió en la publicación con más likes. Se hizo viral en Twitter, lo compartieron fanpages de varios países, nos hicieron una nota para un diario argentino y hasta salió en la radio.
“Tenes oro en tus manos”, “encuadralo”, “hace una subasta”, leí en varios mensajes y citas. No quiero desilusionar a nadie pero ya no lo tengo más: el pequeño de cinco años se llevó un amuleto. Espero que en un tiempo vea el machete de Damon y que cuando crezca para seguir yendo a sus bandas favoritas, recuerde que siempre hay que quedarse después de los recitales.
Macarena Caceres, Buenos Aires
El jueves antes del Quilmes, falleció mi abuela. Fui al Quilmes igual, para ver si podía levantar mis ánimos. El domingo, escuché una canción que me recordó a ella y me agarró un ataque de llanto en plena valla, un chico que estaba ahí me quedo mirando, quizás notó que no era llanto de fangirl, sino más un llanto de angustia. Sólo preguntó si estaba bien, le dije que sí, y apretó mi hombro en señal de apoyo.
La música une, sana, conmemora.
Agos y Ambar Loiacono. Merlo, Buenos Aires
En 2008 falleció nuestro tío en un accidente de tránsito junto con otros chicos cuando salían de bailar, 16 años tenía y bueno por la edad, era más un hermano que un tío, vivíamos juntos en la misma casa. Gorillaz era su banda favorita, de hecho siempre la escuchamos por él. Nos ponía las remeras y los buzos de 2-D y Murdoc, nos vestía “flogger” y escuchábamos, bailando los temas. Para cuando vinieron al Festival Bue, todavía éramos muy chicas para ir a un reci. El Quilmes fue la primera vez que veíamos a Gorillaz. Llevamos las camperas de mi tío, y estuvimos haciendo valla todo el día en el Fan. Damon nos saludó a ambas, y obvio como todo tenía un significado emotivo para nosotras, salimos llorando.
Brian Monzón, Quilmes, Buenos Aires
Bueno, ya pasaron 3 días, un poco paso la fiebre de lo vivido, y puedo hacerme un espacio para terminar de entender lo que viví.
Fui con un primo, adentro me encontré con una amiga que estaba con amigos, todo joya, en Guasones nos perdimos todos, claro, hermoso pogo.
Ahí conocí a una chica (no, no la busco, yo me animé a compartirnos Instagram, a lo que no me animé es a tirarle onda jajaja pero bue, eso es otro tema)
Termina Guasones ya empezaba a sonar Divididos me pongo en plan «buscar a mi primo» y al resto de chicos/as, solo encuentro a mi primo y digo bueno ya fue, veamos a ver a Divididos, después nos encontramos con el resto.
1 de Mayo 2021 (hace un año atrás) fallece mi abuelo, quien me acompaña en lo foto de perfil.
Si, el domingo se cumplía un año, Quilmes Rock fue más allá de disfrutar de bandas que amo, mi plan de fuga, mi escape.
22 horas, horario en que me entero lo que pasó hace un año, me escribe mi amiga diciendo que estaban adelante lo más cerca posible al escenario, así que le digo a mi primo que voy a buscarlos porque claro, quería ver a Mollo cerquita ??, jamás llegué, me quedé en el medio, cuando veo el horario pienso fua es hora (recordando a mi abuelo) pienso «el próximo tema se lo dedico» y arranca Spaghetti del Rock, quien conoce el tema sabe que es un flash para estos casos y bueno, «remontar el barrilete en esta tempestad, solo hará entender que ayer no es hoy, que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui»
Solo cerré los ojos, canté y viví el momento… el Épico momento.
¡Que sea Rock siempre!
Isadora Lares Polito
CABA (Soy de Caracas, Venezuela con 5 años viviendo en Buenos Aires)
Una amiga (Bianca la que encontró el set list de Gorillaz) me recomendó de comprar las anticipadas en diciembre y lo hice como un regalo para mi novio y para mi. Ya la emoción se fue incrementando cada mes que se acercaba la fecha para ver a Gorillaz. Para mi fue bastante especial porque es el primer festival grande al que voy. Me sorprendió mucho la cantidad de gente que había. Algo que me pareció muy lindo fue que cuando en Gorillaz empezamos con pogo la energía general era genial, aunque al principio los sentía algo tiesos a las personas alrededor, cuando empezamos a bailar más y saltar muchos se unieron y luego prácticamente no paramos. En un momento por el cansancio de saltar y golpearnos algunas personas empezaron a desmayarse y las llevaban al frente de la barrera y los de seguridad los asistían. Entre todes se cuidaban a todes para que los ayudaran rápido. Ese tipo de cosas es bueno ver que haya esa respuesta en ves de no hacer nada. Ver a Damon fue hermoso, igual que volver a ver al Cuarteto de Nos (que ya había visto hace varios años en Venezuela) en un momento me fui a descansar en el pastito con mi novio a ver el cielo mientras seguía el cuarteto, también muy lindo ver a Conociendo Rusia, Bandalos Chinos que son bandas que recién empecé a escuchar hace poco y me encantaron. Con Nathy Peluso se sentía una vibra muy femenina, latina y fuerte desde que se montó en el escenario. Se notaba la emoción que sentía ella al estar de vuelta en Buenos Aires y creo que todos lo sentimos con ella. Fue re lindo y divertido todo su show, una diosa total. En fin, fue una experiencia muy especial y me alegro mucho de poder haber estado y tener tantos recuerdos lindos de los dos días.
Me quedé con ganas de ver a los Pericos que no me dio tiempo, me encantó cuando se montó Trueno con Damon, un flow increíble se sentía. ¡Me hubiese gustado más tiempo de los artistas que menciono!

Una entrada del Quilmes Rock 2012