Nazaret, del nacimiento del Niño Dios, de su madre, la siempre
guapísima Virgen María, la más retratada de la Historia del Arte, (…)
y de
muchísimas historias hasta estos tiempos digitales que han hecho de la imagen
una enésima potencia. La verdadera top
model histórica, de quien se han ocupado los mejores artistas, siendo
millones de millones las representaciones de su estampa y figura, es sin duda
la Virgen María, hija de los santos Joaquín y Ana y madre de Dios.
protagonistas que intervinieron en suceso tan excepcional, único y fundamental,
definitivo para la Historia de la Humanidad. De cómo los dioses, el poderoso
Yahveh, organizó con el Espíritu Santo y sus arcángeles acólitos, el enviarnos
a Jesucristo a la tierra a ver qué podía solucionar en tiempos convulsos
como los que se vivían entre judíos y romanos en aquellos tórridos lares del Oriente
Medio siempre conflictivo. Al bueno de San José le dedicamos un año
un artículo extenso, pues su protagonismo fue absoluto. No era el padre real y
le tocó por decreto celestial relacionarse con lo más granado del Universo.
pobre carpintero al que le tocaría ser progenitor del que decían iba ser y
sería el Hijo de Dios. El asunto era superior. El humilde artesano tuvo que
tratar con gente de otras galaxias, como eran los arcángeles y su jefe, el
Espíritu Santo, para que, alucinado, se le encomendara, con el paso del tiempo,
el inmenso follón de ser patrón de los trabajadores entonces no sindicados. El
carpintero de Nazaret pasó del martillo y el clavo a moverse por los
firmamentos de los santos principales y primigenios. Muy bueno San José.
Aguantó el tirón.
No sé si fue el año pasado cuando en esta revista dedicamos
la canción de Navidad a Santa Claus, a Papá Noel, que con las riendas de
su troika, su alegre bonhomía y una promoción un tanto exagerada de su
personalidad, ha tomado el liderazgo de los personajes que se concitan en estas
fechas, a este momento que laicos y laicistas prefieren llamar solsticio de invierno, sin faltarles razón
con esta nominación si no son creyentes en esta historia religiosa y en la
celebración de estas Pascuas, tradición de milenios, muy fervientes durante
siglos y bastante despendoladas en la actualidad.
de los Reyes Magos, los Magos de Oriente, hasta hace no mucho
protagonistas absolutos en estas fiestas, y que las nuevas idiosincrasias
parecen querer olvidar un tanto como figuras históricas. ¿Cómo se dice? Las
nuevas “tendencias” no les son muy proclives a los magos que aparecieron por
Galilea y que tan generosos han sido durante siglos. Tengo la sensación de que
en el marasmo que es hoy la Navidad se está marginando sus figuras en un
extravagante republicanismo que pretende relegarlos con distintos porqués.
calles, de los escaparates de los comercios, el Adviento tradicional, poblado
de fechas festivas, se ha diluido en consecución de una gran trama comercial.
Este Adviento (la preparación religiosa previa a la epifanía en la que el Hijo
de Dios se convierte en el humano Jesucristo) ocupa tres semanas y esta espera
la contemplan todos los cristianos y ortodoxos con mayor o menor rigor.
La Navidad se ha adelantado en fechas, algo que para algunos
puede resultar agobiante y excesivo, pero que tiene un gran interés
crematístico, asunto muy normal dadas las intenciones y el ambiente de estos
días, en las que se realza el aprovechamiento del cariño mayúsculo, los afectos
entrañables al extremo y las explícitas muestras de generosidad en forma de
regalo.
Navidad resulta algo esperpéntico, dicen que pierde su mística y tienen razón.
Todo el mundo tiene razón en Navidad. Pero tampoco se trata de echar un vistazo
al Niño en el Belén, dar un día la matraca con los villancicos, tomarse un
turrón duro y decir alguna tontería junto al Feliz Navidad y próspero año nuevo (prosperidad que muchos al
ponerla en duda eluden expresarla). Ha llegado un momento que parece más
importante el nacimiento del perfume de Christian Dior que el del Cristo Dios.
La Navidad lo es todo, el sonrojo de las mejillas del Niño Jesús, la
contemplación de su gloriosa familia, dioses la mitad de ellos, o el bogavante que
recorre el pecho de una fan de Papa Noel. De todo.
caen las hojas, los falsos plátanos de
las ciudades se ven engalanados de luces multicolores, presentándonos las
pascuas con semanas de antelación. Este es uno de los problemas actuales de los
Reyes Magos. Que llegan un poco tarde y muchos humanos creyentes o festivos más
o menos, en una sociedad y dinámica como la nuestra, están extenuados en esa
semana de enero del nuevo año.
Apareciendo en el final de la Navidad, con el cansancio por
tanto evento y gastos pecuniarios, sus figuras no son las preferidas para las
economías y, en consecuencia, se produce una postergación de sus figuras y
trasegada actividad. Pobres Reyes, durante siglos proveyendo de regalos a niños
y mayores de medio mundo, y ahora su colorista exotismo no se valora como se
debiera. Papa Noel, un tanto libertario en su proceder y movimientos, ha
eclipsado a estos señores que dicen vinieron del Oriente para dar glamour al principal evento de la época,
decisivo para la Historia de la Humanidad, como repetimos.
no sabemos de qué noblezas y naciones, se fueron a verificar el nacimiento del
Niño Dios al Nazaret donde se esperaba ocurrirían los hechos, estar presentes
en la escena de la Navidad, y dar una especie de acreditación en la
civilización de la época -y para siempre-, para todos los siglos posteriores.
Por más que no fueran monarcas de reino alguno y no hubiera presentación ni
parafernalias militar o diplomática que acreditasen su visita a aquel rincón
palestino iluminado por un candil, y ambientado con los vahos de una mula, una
vaca y los camellos que llegaron con los magos. Algunos vieron elefantes, pero
nos parece improbable con la difícil dieta que estos plantígrados tienen en
zonas sin floresta. Era un pesebre, no un palacio, tras una duna, sin castillos
cercanos.
latinos, mantenemos el respeto por las figuras de estos magos, pero no es lo
mismo ahora a como lo era antes. Se están quedando atrás, pierden vigencia. La
gente quiere sus regalos, convocar sus fiestas lo antes posible, y siendo la
mercadotecnia tan tensa y rápida, y las promociones internacionales de Santa
Claus y sus amigos perfumistas, joyeros, jugueteros y demás, demoledoras y
tremendamente eficaces, el devenir navideño se convierte en algo frenético. El
que las riendas en la vanidosa feria de la Navidad las haya tomado Santa Claus
ha desarrollado una especie de recorrido mucho más popular (todo son maratones
y mercadillos).
![]() |
Andrea Mantegna |
hasta su culminación en el Fin de Año, siendo muchas más semanas que las que
ocupan en escena los Magos. Súmese que el de Rovaniemi, allá en Finlandia,
ha democratizado el asunto hasta grados que contienen todos los pintoresquismos
geográficos y culturales, hasta imágenes y aventuras escatológicas. Lo cierto
es que Papa Noel, al que ahora los americanos llaman “Santa”, es mucho más
simple en todo, no tienes que recibir reyes en casa, es uno, no trino, viste
prácticamente en chándal… Acordémonos de que a los Magos de Oriente se les
esperaba en las casas ofreciéndoles bandejas con delicadezas culinarias para
que repusiesen fuerzas tras el transporte y entrega de sus regalos. Había un
protocolo. A Papa Noel se le pone una botella, un vaso, un chupito y ya
está.
los hechos nos las comenta San Mateo en su evangelio, pero no es hasta
el siglo V con el papa León I el Magno cuando se les da personalidad y
carácter definitivo, cuando ecuménicamente se les organiza como representantes
de Europa, Asia y África. De los chinos se olvidaron, ellos estaban en su
Celeste Imperio.
(por donde se movió la famosa reina que encandiló a Salomón), y que los restos
óseos de estos magos permanecieron en Constantinopla donde los llevase Santa
Elena, primero concubina y luego emperatriz ortodoxa y católica, madre de Constantino
el Grande, mujer de los siglos III y IV, señora “grande” de la Historia
Antigua, con gran influencia política y un nombre griego precioso.
Los germanos hicieron como con San Nicolás, el obispo
turco e italiano de Bari, que se lo trajeron para Centroeuropa y le hicieron un
“ida y vuelta” entre Escandinavia y América, para establecerse posteriormente
en Laponia, como todo el mundo sabe. Sus recuerdos y reliquias se las
quedaron los alemanes del Sacro Romano Germánico Imperio, su emperador Federico
I Barbarroja tomó posesión de la representación y cuidado de sus reliquias
y fue en Colonia, Renania, mediado el medieval siglo XIII, donde elevando su
soberbia y fantástica catedral -más gótica que ninguna-, dieron sepultura a
estos reyes con sus coronas.
Ho, su formación turca y su energía escandinava (y ahora tan americana) es
ahora es el gran líder navideño y la vigencia de los queridísimos Reyes Magos
es mucho menor hoy.
que aparecen en esa escena, durante siglos han fijado y confirmado su
personalidad y presencia en el nacimiento en Belén de Jesucristo, y por ello
han sido venerados con especial cariño, loados y deseados, muy deseados, siendo
uno de los maravillosos iconos de la infancia de todos los tiempos cristianos
desde épocas bizantinas. Se les asignó una fabulosa función y la han cumplido.
Ellos serían los encargados de los regalos de celebración de la Natividad.
Estupendísima labor que han realizado por todas partes desde el Año Cero de
nuestra civilización (bueno, desde el siglo V cuando institucionalizan su
presencia). Mundo injusto y cruel. A San José el mundo del trabajo, a los Reyes
Magos el de las dádivas; esto no les gusta nada a los republicanos o a los
marxistas si es que queda alguno.
Baltasar no eran monarcas imperiales,
carecían de séquito militar. Afortunadamente, no se llamaban Nabucodonosor
o Asurbanipal ni portaban más armas que los primigenios cuadrantes y
futuros astrolabios y lentes, con la que siguieron el cometa cuya trayectoria
en el cielo de aquellos desiertos les llevó al pesebre de Belén, y que llamaron
La Estrella de Belén, como era lo propio. Alguno de estos
personajes no venía de muy lejos. De Persia presumiblemente, de Babilonia, y de
algún extremo asiático. Para el anteúltimo papa Benedicto XVI, pudieron
llegar desde Tartessos, nuestro Tartessos andaluz. No sé si el retirado papa
tiene razón en ello. No tengo ni idea ahora.
Cuando ocurrieron los hechos, corrían noticias muy nerviosas
por aquellas zonas posneolíticas en rápido desarrollo por el influjo de la
política romana y la decadencia de los imperios Antiguos. La especulación sobre
el nacimiento del hijo de Yahveh, y que este pudiera venir a subvertir el
estado de la región y de las religiones que dominaban aquellas primeras
concepciones del mundo, y la manera de organizarse de las tribus y pueblos,
especialmente del pueblo judío. Adiós asirios, medos y aqueménides, viejos imperios sangrientos, ahora serían los tiempos de
griegos, fenicios y tartesios, de romanos y cartagineses.
cometa debió ser definitiva a la hora de decidirse a seguirlo a ver lo que
ocurría hacia las costas del actual Líbano, estimulados por el revuelto
ambiente entre judíos y romanos que de seguro suscitaría su interés. Magia y
política de religiones. Posteriormente, ante el impacto histórico de las Invasiones Bárbaras, en aquel siglo
V de godos, ostrogodos, Atilas y
papas con carácter, se decretó su realidad e importancia.
![]() |
Pieter Brueghel |
hicieron bien. Llegaron al lugar de los hechos pasados los días del parto, no soliviantaron
a nadie en su camino, y un afortunado encuentro con el malo de Herodes
les permitió adivinar las intenciones genocidas de este rey pendenciero, y
poner en aviso a la gran primera familia cristiana de las matanzas que se
producirían, y permitió que San José y familia tomasen rumbo a Egipto. Esos días, Herodes
decretó la masacre de miles de niños esperando eliminar al presunto competidor
en el dominio de los pueblos gentiles sobre los que quería establecer un
posible poder frente a Roma.
Estos magos, independientemente de su encantadora presencia,
de las intenciones que los movían, el exotismo orientalista que regalaron con
su colorido al magno evento, en principio tan precario (establo, vaca, mula,
algún borriquito, pobres pastores con horribles chalecos de lana, ovejitas y
corderitos, algún cochinillo corriendo libre todavía, no proscrito por los
futuros pobladores de la zona con un futuro musulmán, el peor futuro para un
cerdito).
evento de eventos, la llegada de un nuevo Dios a la Tierra. Ellos supondrían
una suerte de ecúmene en todo el proceso histórico que se iniciaba.
las primeras frases de la literatura de toda la historia? Cuántas ilusiones,
deseos, sueños, hemos depositado en esas letras escritas y enviadas en pequeños
sobres a destinos de rumbos desconocidos, a estos magos que desde su presencia
en Galilea, organizaron uno de los mejores servicios postales, nada menos que el
correo postal del regalo. Chulos los Magos de Oriente. Poderosos de verdad.
ilusionando tras la escarcha de los cristales, poniendo sus zapatitos en el
balcón; unos esperando los regalos, otros celebrando su propia vida. Merece la
pena. Merece la pena todo ello y estimula la alegría en casi todos, que sus
padres se esfuercen de la mejor manera para pasar el trance de estas semanas.
Que la gente se ponga de los nervios por encontrarse los unos con los otros
dándose cariño, que las sonrisas sean el rostro del bullicio. Ya sabemos que a
los malos todo esto les repugna, pero es que son malos y ya sabemos… Quiero oír
el tintinear de campanillas, los muchos descorches de botellas alegres. Quiero
comer las mejores viandas, regalar y que te regalen, celebrar, brindar, besar,
desear. Abrazar euforias y contener lágrimas de felicidad. Quiero risas y
cantos y los menos villancicos posibles, que no es el género popular que prefiero.
Quiero ver a la gente bailar y abrazarse. No me importa la envidia que me da Santa Claus cuando se ve rodeado
de conejitas con la copa en la mano, burbujeantes angelotes (y angelotas)
diciéndome Merry Christmas con sus
mejores sonrisas dentífricas.
exacerbado, pero estando como están las cosas, los tiempos que vivimos, viva
todo el follón navideño, desde el cirio de la niña Santa Lucía hasta la Misa
del Gallo. Adelante con todas las fiestas y jubileos habidos y por haber, la de
la Inmaculada, la de los Fortunatos y Fortunatas, la de San Silvestre a la
carrera; por el Año Nuevo, por los turrones, los bombones y la ropa interior
roja de las italianas, las carrozas y los roscones. Por los chin chines
y los chinchones. Y deseo que no se olvide a los modelos de comportamiento
histórico que deben seguir siendo los queridísimos Reyes Magos, Melchor, Gaspar
y Baltasar, y sus pajes. Dispuesto a soportar hasta los mazapanes que odio, la
zambomba -que las quemaría todas-, los espumillones y confetti que
prohibiría.
y alegría para todos, que la vida son dos días. Lo dicho, chin chin para los
buenos y re chinchín para los malos. (Chinchón para los tontos.)
encantador de la figura de estos monarcas mágicos y a su consuegro Antonio
Adrados, alma y vida de Domus Pucellae, asociación cultural
ocupada en arte y tradición.