Óleo sobre lienzo de Jacopo Amigoni (1750). Metastasio, Teresa Castellini, Farinelli y Amigoni
Apasionante relato donde el autor intercala las peripecias más gamberras de algunos de sus antepasados y familiares. De esta forma extrae un retrato histórico de la nobleza española que se resiste a la extinción. ¿Y en cuanto a su futuro?
Burguesía o barrizal.
El libro contiene pasajes propios del cómic más gamberro y aunque tiene algún defecto porque nada es perfecto, es un clásico de obligada lectura para comprender el sino de las grandes sagas europeas en peligro de extinción: salvo que se casen bien como siempre ha sido, pero que cada vez será más difícil ahora que existe el matrimonio LGTBI y otras casuísticas.
Gracias al autor, la saga Bornos será parte sustancial de ese importante grupo social… a extinguir. Por desgracia, pues algo bueno tiene. En los corrillos de la nobleza se habla sotto voce de La Mala Sangre. Al parecer, la vieja nobleza española es así.
Y en clave personal, comentar que yo habito felizmente en el barrizal. Aquí me envió la «nobleza que rebuzna» (sic «la duquesa roja», mi madre) y rebuzna por no saber leer, no saber interpretar lo que leen o vivir en el dogma inquebrantable de la primogenitura.
Un día salí de mi barrizal para acudir al funeral de un pariente Álvarez de Toledo (conde honorable y elegante). A los postres funerarios, me topé con otro pariente (conde cosmopolita y «agamberrado»). En voz baja se deshizo en alabanzas a La Mala Sangre. Su mujer y el servicio doméstico estaban en waiting list para leerlo. Su jolgorio llamó la atención. Cómo no!…, se nos acercó un inquisidor. Precisamente uno de los que organizó el complot que nos envió a mi hermana Pilar (ex duquesa de Fernandina) y a mí al barrizal. El suyo es más estilo «burguesía», lo mío ya lo he dicho, más barrizal, donde los espero con los brazos abiertos, que no soy rencoroso.

Íñigo Ramírez de Haro
En fin, que enterado el Inquisidor General del motivo del jolgorio, convocó Cortes Generales y concluyó que al autor de La Mala Sangre habría que quitarle el título por ofensas reiteradas: «Me Cago en Dios» , «El Caso Medina Sidonia», «La Duquesa al hoyo y la viuda al bollo»… . En fin, no me quedó más remedio que dar la razón al Inquisidor, persona muy poderosa. Pido disculpas, pero desde el barrizal no se puede hacer otra cosa.
Así que en el barrizal espero con ilusión reunirme con el autor. A él le va a afectar la reforma de Ley propuesta por algún partido político (¡»pá» un noble auténtico que hay, caray!): las leyes las carga el diablo.
A nosotros nos mandó la nobleza que rebuzna con ocasión del trámite administrativo de sucesión a los titulos de la Duquesa rouge, como llamaban a mi madre en Francia durante su exilio. Por cierto que, con ocasión de ese trámite, descubrimos que también rebuzna el Consejo de Estado. No conocen la legislación del siglo XVI que se conserva en vigor… A ver si, al final, nuestra Monarquía va a ser solo hija de Francis Franco senior (junior tendría más gracia).
¡Líbrenos Dios! Con estas instituciones donde ascienden los melones: todo es posible. Y, ¿qué es un melón? : el que se pega un tiro en el pie.
¡Salud al autor de La Mala Sangre!
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