Michel Foucault y Michael Stoneman en el Valle de la muerte, 1975
El filósofo francés Michel Foucault (1929-1984) tomó LSD por vez primera en el californiano Valle de la Muerte, en 1975, de la mano del entonces profesor de Historia en el Claremont Graduate School, Simeon Wade, y que contó la experiencia y sus implicaciones en el libro “Foucault en California” (Blackie Books, 2023).
Wade era un admirador de la obra de Foucault y como profesor del colegio universitario de Claremont, una ciudad del condado de los Ángeles, se puso en contacto con Foucault para ver si con motivo de su estancia como profesor invitado en la Universidad de Berkeley podía acercarse para impartir una conferencia. Tras algunos intentos infructuosos, Wade logró su propósito en 1975.
Este profesor era un historiador formado en Harvard que había tomado parte de la contracultura de los años sesenta. Dirigía un programa interdisciplinar con un plan de estudios sobre distintos filósofos europeos y consideraba a Foucault el mayor pensador del siglo XX.
Los recuerdos de esa visita se convirtieron tiempo después en un texto escrito por Wade que no consiguió publicarlo, ya que ninguna editorial aceptó hacerlo y que sólo vio la luz dos años después de su muerte en 2017. ¿El motivo? Porque el libro cuenta la primera experiencia de LSD de Foucault con Wade y su pareja el músico Michael Stoneman en el desierto del Valle de la muerte y en el que estuvieron dos días y una noche. Foucault había fallecido de sida en 1984, pero tanto su muerte como aspectos de su vida se callaron por parte de sus allegados para no “enturbiar” su obra y figura.

Simeon Wade y Michel Foucault en 1975
Tanto Wade como su compañero habían preparado cuidadosamente el viaje y elegido la banda sonora, aparte de llevar algo de marihuana para la bajada del ácido y bebidas frías para combatir la sequedad de la boca. Según Wade, muchos de los grandes inventos que hicieron posible la civilización ocurrieron en sociedades que utilizaban hongos mágicos en sus rituales religiosos. Así que deseó saber el efecto que haría en la mente de Foucault.
Foucault acababa de publicar en inglés Las palabras y las cosas donde trataba la finitud del hombre. Wade pensó que si Foucault tomaba LSD se daría cuenta de que hay formas de conocimiento diferentes a las de la ciencia y no pondría tanto empeño en la muerte del hombre.
Al principio Foucault se resistió a tomar el LSD, luego intentó rebajar la dosis a la mitad, pero Wade le convenció que era necesario que lo tomase entero. Montados en el descapotable de Wade aparcaron el coche en Zabriskie Point, el lugar donde el cineasta italiano Michelangelo Antonioni (al que Foucault admiraba) había rodado la película del mismo título años atrás. Bajo el majestuoso atardecer del desierto, y desde la pequeña loma en la que se encontraban, vieron la tierra rocosa que parecía desprender vetas amarillas y rojizas. Wade puso una cinta en el radiocasete del coche y empezó a sonar el Gesang der Jünglinge (Canción de los jóvenes) de Karlheinz Stockhausen y tomaron el ácido. Cuando escucharon a Elisabeth Schwarzkopf cantando Four last songs de Richard Strauss, las estrellas parecían llover del cielo y Foucault lloró en silencio.
Luego se metieron en una de las hendiduras del desierto y vieron cómo aparecía el planeta Venus. Permanecieron unas diez horas en Zabriskie Point.
Foucault había probado distintas drogas desde joven y era partidario del uso de las drogas. Lo que le frustraba era que se enfocase siempre el problema de las drogas como una dicotomía entre libertad y prohibición. Él creía que las drogas tenían que convertirse en un elemento más de la cultura y ser una fuente de placer. Había que estudiarlas y experimentar con ellas para crear sustancias que produjesen placer sin consecuencias perjudiciales para la salud.

Michel Foucault y Michael Stoneman en el Valle de la Muerte, 1975
Meses después Foucault escribió a Wade diciendo que había sido la experiencia más grande de su vida, y que había cambiado su trabajo.
En esa época estaba acabando el primer tomo de su Historia de la sexualidad, que se publicaría al año siguiente. Titulado La voluntad de saber, Foucault sostiene que la sexualidad no está reprimida, sino que es un punto focal para el ejercicio del poder en la sociedad. La obra adopta un enfoque histórico, examinando los cambios de actitud hacia el sexo y la regulación de la sexualidad desde el siglo XVII hasta el siglo XX.
Wade atribuye diversos cambios a los volúmenes posteriores de la Historia de la sexualidad, así como que le hizo repensar su obra. Y aunque Foucault cambió la perspectiva de sus investigaciones en años posteriores, estos cambios tuvieron que ver con otros factores.
Durante décadas, los detalles de este viaje no se conocieron. El relato más extenso apareció en la biografía de James Miller sobre Foucault publicada en 1993. Muchos académicos e intelectuales dudaron de la veracidad de esta historia o dijeron que eso significaba manipular la mente de una persona genial, lo que terminó afectando a la carrera universitaria de Wade que la cambió para trabajar de enfermero en diversas instituciones psiquiátricas.
Foucault les visitó de nuevo meses después e hicieron senderismo de montaña sin tomar ácido. También mantuvieron una nutrida correspondencia y se volvieron a ver en 1981, cuando el filósofo impartió una conferencia a la University of Southern California. Con el tiempo salieron a relucir otras personas que corroboraron la experiencia con LSD de Foucault y que el mismo filósofo les había contado.