Isabel Pisani (Buenos Aires, 1952) se dedica a la enseñanza y ha publicado el pasado julio su primer poemario titulado  “Desde mi Rincón Sureño”. Muchos poemas suyos han aparecido antes en distintas revistas digitales y antologías literarias, aparte de formar parte del Ateneo Poético Argentino “Alfonsina Storni”.

Como escribe la autora en el prefacio de su libro, para ella “la poesía es el diálogo íntimo y vital del hombre con su tiempo, sus recuerdos, sus sueños y las cosas cotidianas. El género lírico se adueña de la lengua e imprime música y luz a los versos.  Y en el intento de huir de la vulgaridad logra peso, a veces liviano como una pluma y en otras, fatigoso como el de una roca”. 

Los poemas de Isabel Pisani tratan de los eternos temas existenciales, como la fe, el amor, la naturaleza, la fantasía, la creatividad, los valores, la duda, la muerte. Están agrupados en secciones para facilitar su lectura, aunque hay un hilo conductor que les proporciona unidad. Pero dejemos a la autora que responda a las preguntas que le hemos hecho para conocer mejor su afán.

Isabel Pisani

 

¿Cómo surge la idea de publicar Desde Mi Rincón Sureño?

Surge para cerrar una etapa de escritura que fue prolífica, pero algo amplia respecto de las temáticas. Escribí para antologías y revistas digitales, esta es mi primera publicación individual.

¿Cómo fue la tarea de elegir el título que resumiera tu trabajo?

En el título confluyen dos aspectos. Argentina pertenece al sur de Sudamérica, y nací en Lanús, un distrito del sur del conurbano bonaerense. Y esto no es gratuito, ya que imprime ciertas características a la vida, visión y sentir de la patria grande y del ámbito propiamente natal. El sur parece lejano, aislado y parco. Sin embargo, tiene sus privilegios, pues da perspectiva, no sólo en la diversidad de paisajes y personajes, sino de cierta nostalgia por ser un país mosaico de originarios e inmigrantes con sus dolores, ilusiones y reclamos.

¿Este libro fue escrito durante la pandemia o trabajaste en la selección de los textos que ya venías escribiendo desde antes?

Es una selección de textos. Algunos, escritos hace años; otros surgieron durante la pandemia, que nos permitió un tiempo de reflexión sobre temas existenciales, además de la sensibilidad para expresarlos.

¿Notas algo diferente, entre escribir antes de la pandemia y escribir durante la pandemia?

Antes me parecía que todo podía esperar. Hoy, no. La pandemia nos dio un punto de vista más cercano a la muerte y una necesidad de conectarnos con lo que sea trascendente: el amor, Dios, el infinito, nuestro destino espiritual. 

¿Cuáles son los escritores con los que te sentís influenciada y por qué?

En general, con la poesía española por la profundidad temática, la riqueza lingüística, el ritmo poético y ciertos puntos de vista cercanos a la tradición familiar que poseemos los descendientes de inmigrantes europeos.

Toda obra tiene un propósito más allá de la difusión, ¿qué te gustaría que suceda con este libro, ¿cuáles son tus expectativas?

Me gustaría que el lector hallara un poema con el que se sintiera identificado, o pudiera observar algún ingrediente que le abriese camino a nuevas reflexiones.  

¿Cómo fue encontrar tu propia voz?

 No sé aún si tengo una voz en especial. Intento hacerme entender y decirlo bellamente, lo cual no es tarea fácil porque suelo ser obsesiva con el uso de la lengua y las técnicas literarias. Busco no perder mi sentir tras las palabras, pero tengo mucho respeto por la literatura y eso me vuelve juiciosa y precavida al escribir un poema. Cada uno de ellos es un rito de gestación.