Un año tuve que informar como periodista de los cursos de verano que la Universidad Complutense de Madrid organiza en El Escorial. Entonces y ahora son un acontecimiento cultural y mediático, ya que acuden figuras de renombre de distintos campos que aprovechan para hacer declaraciones en un mes, julio, poco pródigo en grandes titulares. Los cursos consisten en una serie de conferencias sobre un asunto o persona determinada. Sorprendentemente, uno era sobre el escritor Eugenio d´Ors (1881-1954) el gran ensayista español del siglo pasado que pasó del catalanismo al franquismo, con escalas intermedias en otros puertos ideológicos.
Cuando pregunté la razón de aquel curso, me dijeron que lo habían organizado porque lo iba a clausurar el entonces presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol. D´Ors siempre fue un personaje incómodo por sus planteamientos políticos y estéticos, y mucho más en Cataluña donde era visto como un traidor. Sin embargo, el Gobierno catalán iba a publicar algunas obras suyas y para los organizadores era una buena ocasión para traer a Pujol a El Escorial.
En su intervención, Pujol trazó una semblanza de D´Ors acorde a los principios fundamentales del nacionalismo catalán. Poco más o menos, el escritor fue un abanderado del mismo que tuvo la mala suerte de buscarse algunas enemistades que le influyeron a marchar de Cataluña. Alabó también su nacionalismo, civilidad y clasicismo. Se basó en el noucentismo (término acuñado por D´Ors y movimiento que fue una reacción al modernismo) para explayarse sobre lo que se entiende por ser buen catalán. Del resto de los años que vivió fuera de Cataluña, nada se dijo. De su fascismo que evolucionó en un conservadurismo autoritario, silencio. Tampoco se habló de cuando D´Ors vivió en Madrid. Por ignorancia o no aguar la fiesta, los asistentes al curso aplaudieron con entusiasmo la alocución pujoliana. Nada de particular. En España, la historia cultural suele estar al servicio de los intereses partidistas.
Personalmente, creo que la propuesta ensayística de D´Ors, aún siendo notable, adolece de barroquismo y tiene altibajos debido a sus creencias políticas. La crítica de arte es muy buena. Y sus novelas, como Oceanografía del tedio o Sijé https://bit.ly/2J4QfhY, son modernas y actuales. Por esto y algunas cosas más esta biografía escrita por el filólogo e historiador Andreu Navarra, titulada La escritura y el poder.Vida y ambiciones de Eugenio d´Ors (Tusquets, 2018) me ha gustado mucho.
Primero porque no es una tesis doctoral sobre las teorías filosóficas y artísticas de D´Ors, sino sobre su vida, algo más entretenido y sobretodo si vivió una existencia singular como la del biografiado (estuvo en París de 1927 a 1937). Segundo, porque cuenta todos los aspectos de la misma incluso los más conflictivos para los ojos de hoy día, como fue su compromiso fascista. Tercero porque es ecuánime. O sea, no es una biografía en blanco y negro. La vida no es así. Y por eso al leerla da la impresión de vida vivida. Cuarto, y último punto, porque Andreu Navarra ha hecho un buen trabajo de investigación y pisado terrenos hasta ahora desconocidos, como la correspondencia dorsiana.

Andreu Navarra
¿Pero quien fue D´Ors?
Tras leer La escritura y el poder descubrimos más cosas nuevas de Eugenio d´Ors. En lo personal, tuvo una inteligencia pareja a un ego desmesurado que llegó a compararse con Goethe, Napoleón y Prometeo. Lo cual no le ayudó a ganarse amistades. Contradictorio en lo personal y político, mientras era fascista ayudó a republicanos, fue amigo de Andreu Nin, Picasso https://bit.ly/2NrXapF, y se relacionó con Unamuno, Maragall, Maeztu, Azorín, Sánchez Mazas, Ridruejo o Joaquín Ruiz Giménez, entre otros.
En cuanto al nacionalismo catalán, incluso en su época barcelonesa en la que trabajó en la Mancomunidad de Cataluña (una institución promovida por Enric Prat de la Riba, dirigente de la catalanista Liga Regionalista a comienzos del siglo XX), D´Ors, como señala Navarra en su libro, no era el nacionalista catalán dispuesto a comulgar con todo el ideario y desde el primer momento no obvió la cultura castellana. Incluso antes que catalanista siguió un poco el mismo trayecto de otros escritores europeos de su generación. Gente que pasó de un anarquismo idealizante a un conservadurismo autoritario y que en los años del auge del fascismo les llevó a abrazar su causa.
En el caso de D´Ors desde el estatismo, su defensa de la monarquía imperial y el catolicismo universalista. D´Ors quiso siempre ser padre y conformar él la teoría no secundar la de otros, pero tras las derrota del fascismo la dictadura franquista no estaba para complejidades intelectuales, y D´Ors mas que un intelectual orgánico del régimen franquista fue un verso libre.
Culturalmente, fue el inventor del Glosario, unos comentarios en que lleva a cabo su «heliomaquia» o lucha por la luz, una filosofía que intenta unir la acción y la contemplación, el juego y la ciencia, la cultura y el trabajo. El glosario revolucionó el periodismo cultural español de la primera mitad del siglo XX. No se puede entender su filosofía sin su fe por lo que intenta conciliar el cristianismo con el nietzscheanismo. Para D´Ors, el hombre tiene una parte de animal y otra de ángel. También fue el autor de varias novelas, crítico de arte (el mejor de su tiempo), gestor cultural… En definitiva, un hombre contradictorio y al que Navarra estudia sin inventarse un personaje que no existió o ahondar en los aspectos más positivos o negativos de su vida según los intereses del presente.
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