La infidelidad se parece a una hilera de animalitos
que pasan y se encuentran y se dejan llevar, se asemeja al fácil y arriesgado
discurrir de un camino anfibio.
(Fragmento del cuento que abre y da título al
libro, “Caminos anfibios”).
libro, “Caminos anfibios”).
Hay unos
caminos anfibios, reales, embarrados, de los bosques del Ruhr, en Alemania,
donde cada año los anfibios transitan para acudir a los lugares donde se
reproducen, y en esa travesía se juegan la vida (cruzan incluso carreteras y
los ecologistas colocan señales protectoras), pero a partir de esa imagen
física, prestada de la naturaleza, yo he escrito historias de personas que, de
golpe, en su vida, sufren tentaciones, por ejemplo la de la infidelidad, y se
dejan llevar, incluso sabiendo que resbalan hacia algo peligroso o donde puede
que lo pierdan todo: su estatus, su estabilidad matrimonial, su equilibrio…
caminos anfibios, reales, embarrados, de los bosques del Ruhr, en Alemania,
donde cada año los anfibios transitan para acudir a los lugares donde se
reproducen, y en esa travesía se juegan la vida (cruzan incluso carreteras y
los ecologistas colocan señales protectoras), pero a partir de esa imagen
física, prestada de la naturaleza, yo he escrito historias de personas que, de
golpe, en su vida, sufren tentaciones, por ejemplo la de la infidelidad, y se
dejan llevar, incluso sabiendo que resbalan hacia algo peligroso o donde puede
que lo pierdan todo: su estatus, su estabilidad matrimonial, su equilibrio…
De esta
manera nos explica Ernesto Calabuig (Madrid, 1966) dónde nace Caminos
anfibios, libro de relatos finalista del Premio Ribera del Duero de
Narrativa Breve 2013, publicado en mayo de este año por Menoscuarto
Ediciones y presentado en la actual edición de la Feria del Libro de
Madrid. Este volumen continúa la andadura profesional iniciada por Calabuig
en 2008 con su primera compilación de cuentos, Un mortal sin pirueta,
y ampliada en 2010 con su novela Expuestos.
manera nos explica Ernesto Calabuig (Madrid, 1966) dónde nace Caminos
anfibios, libro de relatos finalista del Premio Ribera del Duero de
Narrativa Breve 2013, publicado en mayo de este año por Menoscuarto
Ediciones y presentado en la actual edición de la Feria del Libro de
Madrid. Este volumen continúa la andadura profesional iniciada por Calabuig
en 2008 con su primera compilación de cuentos, Un mortal sin pirueta,
y ampliada en 2010 con su novela Expuestos.
A lo
largo de trece cuentos, algunos con la brevedad e intensidad de un haiku
japonés, como “Mi padre a un lado del camino” o “Última instantánea”, y otros,
como el que da título al libro o el que lo cierra, “Nocturno del Ruhr”,
auténticas novelitas, este licenciado en Filosofía, crítico literario y
traductor nos hace pasear, no sin cierto vértigo, por los caminos
resbaladizos de los sentimientos y la memoria que, como él nos cuenta, queremos
por un lado evitar y por otro nos queman muy dentro y nos llaman a dar el paso.
largo de trece cuentos, algunos con la brevedad e intensidad de un haiku
japonés, como “Mi padre a un lado del camino” o “Última instantánea”, y otros,
como el que da título al libro o el que lo cierra, “Nocturno del Ruhr”,
auténticas novelitas, este licenciado en Filosofía, crítico literario y
traductor nos hace pasear, no sin cierto vértigo, por los caminos
resbaladizos de los sentimientos y la memoria que, como él nos cuenta, queremos
por un lado evitar y por otro nos queman muy dentro y nos llaman a dar el paso.
La
obsesión por el tiempo casi como otro personaje más, en este caso por el paso
del tiempo y hasta la existencia de un tiempo onírico -hay una importante
presencia de los sueños en este volumen-, es una constante en la obra de
Calabuig, que explica la necesidad de hacer memoria como una tarea casi de
titanes y cita como ejemplo el cuento largo “Del ahogarse en un vaso de
agua”, en el que autor y protagonista -fundidos en uno solo- debieron hacer casi
una especie de regresión hipnótica para relatar un suceso ocurrido en un
verano de 1980.
obsesión por el tiempo casi como otro personaje más, en este caso por el paso
del tiempo y hasta la existencia de un tiempo onírico -hay una importante
presencia de los sueños en este volumen-, es una constante en la obra de
Calabuig, que explica la necesidad de hacer memoria como una tarea casi de
titanes y cita como ejemplo el cuento largo “Del ahogarse en un vaso de
agua”, en el que autor y protagonista -fundidos en uno solo- debieron hacer casi
una especie de regresión hipnótica para relatar un suceso ocurrido en un
verano de 1980.
Este
autor madrileño no concibe la creación literaria sin su vinculación
autobiográfica a no ser que uno escriba meganovelas históricas sobre monjes
del siglo no-sé-cuántos que descubren a su vez un tesoro templario o son
masones o viajan en el tiempo y blablablá, aunque aclara que esos textos son
como una plantilla exterior, a menudo sin vida propia. Por eso, en Caminos
anfibios hallamos referencias a su labor como crítico, a su familia (a
lo largo de varias generaciones), a sus veranos en la costa levantina, a su
juventud “ochentera”, a sus estudios de Filosofía o a lecturas infaltables,
como las de Judith Hermann, Hannah Arendt o Clemens Mayer
(cuya traducción de Die Nacht, die lichter fue publicada en
2011).
autor madrileño no concibe la creación literaria sin su vinculación
autobiográfica a no ser que uno escriba meganovelas históricas sobre monjes
del siglo no-sé-cuántos que descubren a su vez un tesoro templario o son
masones o viajan en el tiempo y blablablá, aunque aclara que esos textos son
como una plantilla exterior, a menudo sin vida propia. Por eso, en Caminos
anfibios hallamos referencias a su labor como crítico, a su familia (a
lo largo de varias generaciones), a sus veranos en la costa levantina, a su
juventud “ochentera”, a sus estudios de Filosofía o a lecturas infaltables,
como las de Judith Hermann, Hannah Arendt o Clemens Mayer
(cuya traducción de Die Nacht, die lichter fue publicada en
2011).
El
anfibio -bien como animal, bien como metáfora de ese vivir y arriesgarse y no convertirse
en una “máquina que pierde y pierde calor” (“Nocturno del Ruhr”)- es el leitmotiv
que atraviesa todos los cuentos, como lo es la cultura germana que Calabuig
conoce y retrata a la perfección, por medio de sus paisajes, sus gentes, su
idioma, sus autores… En esta ocasión, además, quizá influenciado por su
trabajo como crítico literario en suplementos, como El Cultural de El
Mundo, o las revistas Mercurio o Turia, también vemos guiños
a creadores latinoamericanos, de quienes, a través de su lectura, dice, ha
aprendido a escribir mejor y tener más recursos para contar historias.
Autores de países como México, Argentina, Colombia o Uruguay no dejan de
sorprenderme cada vez por su talento y esa capacidad para contar la vida real,
nos confiesa.
anfibio -bien como animal, bien como metáfora de ese vivir y arriesgarse y no convertirse
en una “máquina que pierde y pierde calor” (“Nocturno del Ruhr”)- es el leitmotiv
que atraviesa todos los cuentos, como lo es la cultura germana que Calabuig
conoce y retrata a la perfección, por medio de sus paisajes, sus gentes, su
idioma, sus autores… En esta ocasión, además, quizá influenciado por su
trabajo como crítico literario en suplementos, como El Cultural de El
Mundo, o las revistas Mercurio o Turia, también vemos guiños
a creadores latinoamericanos, de quienes, a través de su lectura, dice, ha
aprendido a escribir mejor y tener más recursos para contar historias.
Autores de países como México, Argentina, Colombia o Uruguay no dejan de
sorprenderme cada vez por su talento y esa capacidad para contar la vida real,
nos confiesa.
Preocuparse
en exceso de esa vida real, cargada de injusticias y corruptelas, le
aísla del proceso creador; por eso, declara que hay que escribir mirando
hacia dentro y resistir. No obstante, denuncia esa especie de “mangoneo
consabido” que se ha manejado también en la política: el hecho de que un autor
hiperconocido sepa que va a ganar un concurso incluso antes de escribir el
libro, así como la hipocresía pública de quienes compiten con cartas
marcadas y, en cambio, fingen ante las cámaras juego limpio.
en exceso de esa vida real, cargada de injusticias y corruptelas, le
aísla del proceso creador; por eso, declara que hay que escribir mirando
hacia dentro y resistir. No obstante, denuncia esa especie de “mangoneo
consabido” que se ha manejado también en la política: el hecho de que un autor
hiperconocido sepa que va a ganar un concurso incluso antes de escribir el
libro, así como la hipocresía pública de quienes compiten con cartas
marcadas y, en cambio, fingen ante las cámaras juego limpio.
Frente al
mito romántico del autor bohemio, enfermizo, fumador y alcoholizado,
Ernesto Calabuig se declara un deportista nato: El ejercicio físico es
fundamental en mi caso. A mí, el deporte, la carrera y la gimnasia, me
equilibra, me tranquiliza. Corredor habitual de mediofondo, establece un
paralelismo entre esa distancia y su escritura y justifica así que el relato es
donde mejor se mueve. Hay gente que tiene claro que ahora va a hacer una
novela o un relato; yo simplemente me siento atraído por una historia que
quiero contar y tal vez al final resulte larga o tal vez se quede en un relato.
Puede que esta sea mi distancia, comenta.
mito romántico del autor bohemio, enfermizo, fumador y alcoholizado,
Ernesto Calabuig se declara un deportista nato: El ejercicio físico es
fundamental en mi caso. A mí, el deporte, la carrera y la gimnasia, me
equilibra, me tranquiliza. Corredor habitual de mediofondo, establece un
paralelismo entre esa distancia y su escritura y justifica así que el relato es
donde mejor se mueve. Hay gente que tiene claro que ahora va a hacer una
novela o un relato; yo simplemente me siento atraído por una historia que
quiero contar y tal vez al final resulte larga o tal vez se quede en un relato.
Puede que esta sea mi distancia, comenta.
Y quizá
por este motivo, en los relatos que nos llevan por estos Caminos anfibios
el autor solo sugiere, apunta, aboceta, apenas traza, insinúa y nunca juzga,
dejándonos sendas abiertas, ideas en el aire, misterios sin resolver o
suposiciones para que su lectura nos arranque un suspiro y nos encoja el
corazón, en medio de ese peligroso deslizamiento hacia la profundísima sima del
sentimiento.
por este motivo, en los relatos que nos llevan por estos Caminos anfibios
el autor solo sugiere, apunta, aboceta, apenas traza, insinúa y nunca juzga,
dejándonos sendas abiertas, ideas en el aire, misterios sin resolver o
suposiciones para que su lectura nos arranque un suspiro y nos encoja el
corazón, en medio de ese peligroso deslizamiento hacia la profundísima sima del
sentimiento.
Ernesto
Calabuig estará firmando libros en la Feria del Libro de Madrid el sábado 14 de
junio (Caseta 212. Menoscuarto Ediciones).
Calabuig estará firmando libros en la Feria del Libro de Madrid el sábado 14 de
junio (Caseta 212. Menoscuarto Ediciones).
Blog del
autor: http://blogernestocalabuig.blogspot.com.es/
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